¿Por qué no pueden dejar que nuestras nativas consciencias florezcan?

¿Por qué no pueden dejar que nuestras nativas consciencias florezcan?

Vio como se recriminaban entre ellos, como se culpaban y depositaban en otro un peso agregado que llevar. El noticiario gustaba de ello, lo exhibían muy seguido detrás de la pantalla, en el espacio tiempo que se les ha concebido. ¿Por qué esa necesidad de lo malo? Ingenuos ojos miraban recién el planeta y su humana sociedad.

Vió cansancios de luchar batallas circulares, incendios que se encienden cada cierto tiempo ante la más mínima brisa. ¿Por qué caen otras ves? Entonces se dio cuenta que a veces resultaba muy difícil cambiar parámetros, normas… leyes… pero se detuvieron sus pensamientos… no negaba el dolor pero… eso era… el dolor… el sufrimiento. A los humanos no les gusta sufrir pero ¿Por qué se hacen tanto daño? Destruyen y se roban, eso puede pasar con las cosas. Se ofenden y se mienten, eso ocurría con las emociones, los pensamientos, la mente. Limitan y ocultan su propia naturaleza.

Volvió a mirarlos y se dio cuenta de sus cobardías. Son tan débiles. Débiles y estúpidos, que mala combinación para pintar libros, para construir historias. Que bien se verían sus bibliotecas con esta nueva forma de escribir historias, desde la valentía e inteligencia. Se dio cuenta de los muchos artistas que con sus vivencias intentaban adornar y colorear sus asquerosos libros con sus vivencias, valientes razonamientos sentidos.

Entró a una biblioteca, había que profundizar. Vió cansancio nuevamente. Vió horas y horas de estudio de libros, textos y un sinfín de manuscritos para intentar responder preguntas, para encontrar quienes eran, para hallar respuestas. Se lamentó al ver sus frágiles memorias. Al parecer gastan mucho esfuerzo en conservar su historia, les es muy preciada pero, ¿Harían lo mismo con sus propias historias?… eso no era asunto suyo, quiso abandonar ese pensamiento.

Tomó variados libros, hojeando, leyendo… descubriendo. Así pasó el tiempo… algo en su interior había cambiado. Al ir a devolverlos a su lugar observó a un humano que en sus manos cargaba una pantalla portátil que intentaba comunicarse con él, le preguntaba qué estaba pensando. Él le respondió: “Creen que sus leyes que moldean la sociedad pueden tener dominio de la vida de los que yacen bajo la aparente inferioridad de su imposición. Estúpidos y cobardes. Las semillas de sus consciencias se reparten en nuestras tierras, semillas de laboratorios, incoherentemente manipuladas. ¿Por qué no pueden dejar que nuestras nativas consciencias florezcan? Necesito que retiren sus plantaciones, necesito que me devuelvas mi tierra, necesito que limpies mi aire que has contaminado, necesito que saques tu basura de mis aguas, necesito que apagues tu fuego que está quemando mi ecosistema, quítalo de nuestra vista que nosotros conservamos el fuego en nuestro interior y nos encendemos por dentro… así como una ampolleta por si te es más familiar, si es que mi lenguaje te parece banal, créeme hago el intento de ponerme a tu nivel de estupidez y cobardía, quiero que captes mi mensaje”.