A la orilla de la noche

Cantemos a la orilla de la noche y no pensemos en un mañana, cantemos nuestras penas y desnudemos nuestras almas, gritemos con fuerza que somos libres y que podemos ser felices, se feliz, seamos felices, cantemos tan alto que el cielo nos escuche y se una a nuestra nota, bajemos las manos y tengamos un final feliz que aquí no se trata de una derrota, de una batalla o de una tregua, debemos tener un final tan cálido y agradable que pueda abrazarte con el pensamiento, un final que sea el principio de nuestra historia.

Cantemos que lloramos en días como este, digámosle al viento que no importa si se lleva nuestra casa, digámosle a la vida que no puede robarnos nuestros sueños y ganas de seguir hacia adelante, si miras con calma, veras que allá arriba las estrellas brillan aun cuando no las vemos, aun cuando las olvidamos, aun cuando no sabemos que existen, así somos tu y yo, dos estrellas que pueden ser olvidadas, que pueden no existir para medio mundo, pero que aun así, somos estrellas que no dejan de brillar en los días de invierno, en los días de verano, en los días como este. Si tomas mi mano, podré sostenerte aun cuando me sienta débil y mi cuerpo este lleno de las marcas que dejaran los años, si tomas mi mano, podré mostrarte el mar que veo en tus ojos y que aún no conoces, esos ojos que aun cuando pierden el brillo por la tristeza, por el enojo y la desesperación, no pierden el norte, no pierden la esperanza, no pierden la magia, y yo, yo que me pierdo en ese mar, quiero naufragar en ellos y no escapar jamás, si tomas mi mano en esta noche fría cantaremos tan alto que no habrá espacio en mi mente que no reconozca tu voz, podrás quedarte allí en los días como este, podrás quedarte aquí en días como este.