Mi muñeca

Mi muñeca

Gis Leto

26/03/2021

«Bonita mañana», creo que eran como las doce del día cuando llegó. Su mirada se perdía en lo pequeña y  frágil que se veía, era como las bolitas de algodón.

– ¿Cómo pueden haber personas que les abandonan?

«No puedo adoptarles» por mi alergía, pero me la quedé.

En un día caluroso de marzo, estaba a punto de perder la fe en la vida, cuando esa hermosa bola de felpa marrón apareció.

– Estaba en un lado de la carretera, hinchada pero vivía.

– Yo me preguntaba: ¿Cuánto tiempo estuvo ahí?

«Y no me gusta pensar, porque es como un viaje al origen, reconstruirlo todo, hasta el preciso momento. En que sus manos se atrevieron a abandonarle»

– ¡En la carretera! Donde los carros pasan velozmente.

Teníamos que encontrarnos, estoy segura que de todas las personas que tienen un ángel, este era el nuestro. Desde que llegó se apropió de la sala, de los zapatos, de lo que se mueve, lo muerde y vigila todo.

– ¿Pero quién es muñeca?

– Es ese detallito extra, que no habla pero lanza ladridos, que no te juzga solo te mira fijamente, es el agradecimiento sincero, que no te reprocha por las horas que te vas.

Muñeca es como un bocadito, dulce, rebelde y exótica. Tiene solo meses pero es tan inteligente, que te provoca apapacharla, a pesar que no es de raza.

– ¡Qué bonita es!

«Me pregunto si me escucha cuando le hablo» ¿Será que sabe que es muy querida?

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