Un señor recibe un mensaje con una noticia horrible que lo sacude por dentro.
Que lo lleva a un círculo de no comprender los tiempos de la vida,
Porque entiende el proceso «nacer, crecer, morir»
Pero no cuando le toca a alguien retirarse antes, con tanto por delante.
sin siquiera una oportunidad más.
Y en ese círculo, se replantea
entre varías cosas,
su presente.
Paralelamente, en otras coordenadas, una joven presencia una propuesta de casamiento,
donde el escenario es completamente diferente:
los abrazos compartidos son de celebración y las lágrimas de felicidad, claro.
Escucha a algunas personas decir entre risas:
«Que lindo cómo se quieren, se lo merecen. Después está uno que así le va»
«A mí ni en pedo me va a pedir casamiento».
¿Por qué será que ante un evento ajeno extremadamente feliz
o extremadamente triste
inevitablemente
miramos hacia dentro?
OPINIONES Y COMENTARIOS