Mali, él fue mi osito de peluche cuando era pequeña.

Éramos inseparables, unidos, íntimos…Mi mejor amigo durante mis primeros años de vida.

Pero debíamos distanciarnos de esa dependencia. Al pasar el tiempo nos hicimos polvo, la despedida es dura, el desenlace despiadado, el desprendimiento material prácticamente inhumano.

Me di cuenta que nada es duradero más bien limitado. No te sientas culpable de salir de ese planeta, de pensar el quién va a estar y quien no. En pensar si solo es duradero o si es eterno. Quién va a ser pasado y quien se queda en tu presente, quién llega a tu futuro o se pierde entre el polvo de la ventana.

No te asustes, no te asustes, no caigas porque las despedidas no son algo malo si dejan más de lo que llevan. La ida te destruye sin percatarte. Mira alrededor de tu planeta y quien realmente merece tu tiempo, porque cuando se agota no hay vuelta atrás. Claro que cuesta pero piensa que ya lo hiciste la primera vez.

Adiós Mali.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS