Una pequeña esperanza

Hoy te escribo a ti. A ti que siempre eres la que me escucha y me mira todas las noches. Me escuchas cuando aprieto fuerte la almohada contra mi cara para que mi familia no oiga mis llantos. Tú eres la única que me escucha y me ve llorar.

Tú y únicamente tú me observas desde tantos kilómetros desde arriba, ya sé que me observas. Yo se que cuando volvía a casa como cualquier otro día de noche e iba cabizbaja, se que tú me empujaste a levantar cabeza para observarte y darme cuanta de que no estoy sola. Brillas en la inmensidad de la noche, de la oscuridad, aún estando todo oscuro tú brillas como si no hubiese un mañana. Hay días que tengo también el honor de verte a la luz del amarillo sol. Eres tan bella en cada una de las formas en las que alumbras la Tierra… Poca gente se da cuneta de tal belleza, pero la ignorancia humana no tiene limites…

Hoy te escribo a ti, Luna, por que eres mi amiga, mi compañera de viaje allá donde vaya. Me gustaría ser como tu. Brillar siempre, alumbrar el frío y oscuro universo.

Brillar en los momentos más oscuros y negros donde no veo ninguna salida, estar siempre ahí. Me encanta la soledad pero no podría vivir toda la vida en ella, pues acabaría muerta antes de tiempo.

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