Fue una simple mirada.
En el medio de la nada.
Rodeados de gente.
Y sin decir palabras.
Fue una sonrisa.
Que nos maravilló como ninguna.
Y una promesa nunca dicha,
de un amor que nació sin precedentes.
Fue allí.
En medio de la gente.
Donde sin importarnos la multitud que nos rodeaba, conseguimos enamorarnos.
Una mera ilusión.
Producto de dos corazones que ansiaban ser queridos.
Y que ansiaban dar amor.
Donde con una simple mirada,
logramos ver nuestro futuro anclado a la sonrisa del otro.
Donde creamos la película de amor más taquillera del momento.
Y donde los finales felices, se quedaban cortos.
Si, fue allí.
Cuando menos lo esperamos y aún así lo conseguimos.
Ese tipo de amor del que nunca tienes suficiente.
Del que te vuelves adicto.
Y ni siquiera te das cuenta.
Pero fue allí.
Donde la más hermosa historia de amor fue creada.
En un cruce de miradas.
Y con unas sonrisas robadas.
De dos extraños que se encontraban.
Porque eso fuimos.
Simplemente dos extraños,
que buscaban ser más que un simple encuentro.
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