Ya después de varios años de conocerla, de reír, de llorar, de asustarnos juntos, de muchos tiempo repleto de amor y agonía, con muchos sueños, después de que ya conocía cada expresión en ella, después de que ame cada una de sus imperfecciones entendí cuan perfecta llega a ser una persona en nuestras vidas, sin duda para mi ella, marcó como nadie está estúpida existencia, muchas veces tropezamos o hay golpes que uno no se espera, cuando esto pase, llora tus penas deja que la melancolía te consuma como aquel cigarro en la lumbre, respira hondo, ponte de pie y vuelve a caminar que solo fue un tropiezo, porque usualmente las lágrimas son la última sonrisa del amor, aunque irónicamente a los que merecen el mundo no les demos ni la mitad de nosotros, y a los que no, les dimos hasta lo que no teníamos, en fin los tropiezos son experiencias.
Que eso que nos llena el vació del alma dure para siempre, arriésgate si es necesario, por esas cosas por esas personas, que te llenan de la luz, no importan las consecuencias, solo vívelo, quizá no haya un mañana, quizá no haya más oportunidades. El tiempo no perdona.
Ella no es de las personas que te quitan el tiempo, es de las que le dan sentido. Esa extraña forma de querer que tenía, dejándome que la quiera, en silencio, en solitario, imaginando que es mi rosa, la diosa de mi reino, y sus besos eran mi mayor regalo.
Y ahora estoy aquí como en el principio abrazando recuerdos, no puedo ignorarte porque haga lo que haga, sin preguntarme si la distancia, o el miedo es impedimento.
Quise gritar, pero sentí en la garganta el nudo apretado de aquel amor que me partió el pecho, dos almas que pudieron ser un solo latido, pero solo fueron un de fuerzas que chocaron en un mar de sin saberes, claramente yo puedo ser feliz sin ella, pero elijo morir cada noche en sus recuerdos, amanecer odiándola, y derrumbarme de amor con el ocaso. Porque hay partes de mí que solo existen cuando está a mi lado, cuando pienso en ella, cuando observo como se aleja, y termino anonadado, odiándome, dándome golpes de pecho arrepintiéndome el no haberte conocido antes, vivo cosiéndome las heridas sumido en lágrimas a raíz del dolor que causan, aún recuerdo cuando alguna vez la vi llorar de resignación, como nunca vi a nadie llorar, aún recuerdo su dulce voz gritarme intransigentemente durante aquel momento donde ella ardía en ira, me sentí culpable no haber hecho nada para calmar el daño que le habían causado, la impotencia me invadía por las veces que ella triste traba de vivir su vida, pero ahora yo debería decirle lo mismo, recordarle las veces que me prometía amor, para decirle que cuando aún después de irse, su nombre, su sonrisa, su mirada, sus recuerdos aún me atraviesan el alma, y no tengo mas remedio que sobrevivir, ahora tengo que buscar el camino a casa, porque al enamorarme tanto de ella no tuve más remedio que perder el rumbo, según yo, junto con sus huellas formaría un nuevo camino. Y bueno ahora solo, intento volver a casa, pero tengo miedo sé que cuando logré regresar ya nada será igual, mientras los recuerdos van acabar conmigo junto a la soledad…
Y el mañana será el amargo sabor de la realidad,
Saberlo hace que el dolor
no duela tanto.
Lo que pasa con el amor
es que nos duele más al final,
porque lo que pensamos hacer
cuando ya no estamos más con alguien,
el miedo a saber que no podrá suceder ya más.
Lo que queda pendiente,
no existe.
No existen los abrazos
que no supimos darnos.
No existen los besos
que debieron durar un poco más.
No existen las manos que ojalá,
hubieran estado más tiempo entrelazadas.
No existe un debí caminar
más tiempo junto a ti.
No existen los tal vez,
que nos llenan de esperanzas
por volver a amar.
No existen esos arrepentimientos.
No existe lo que no supimos
valorar en su momento.
No existe lo que ahora
vemos de verdad.
No existen esos lugares que ojalá
hubiésemos conocido juntos.
No existen todas aquellas palabras
que no pudimos declarar
y que ahora nacen de repente
porque sentimos miedo
de perder algo importante,
y al final lo perdimos todo,
mientras entendemos esto caemos en el abismo del dolor.
Mañana en su habitación se dará cuenta que solamente son cuatro paredes frías que lo acompañan, que recluyen a un ser solitario hastiado de todo. Porque hay días tan solitarios en los que cada mañana tenemos que salir a trabajar, sin dinero, sin buenos días, sin amor, y con el corazón partido, muchas veces sin desayunar, y aun así aquí estamos tratando e sobrevivir, mis disculpas en esos días, pero en esos momentos sale a flote mi odio más irreverente a todo, empezando por mí. Aún de rodillas se hallaba con lágrimas en los ojos, aquel sucio poeta, que, en su locura, buscaba en su mente una respuesta frente a ese ruido endemoniado que cada noche lo acongojaba de manera constante apuñalando su razón, mientas destrozaba más su corazón, ese ruido endemoniado era el dulce sonido de su voz.
Ya el día después del adiós, entenderá que se encuentra en el sitio del que alguna vez huyo, ahora el hijo prodigo regresa a lo mas profundo del infierno de donde un alma rota como fénix resurgió con una corta esperanza amarrada al pecho que ahora murió y ahora el destino devuelve a aquella alma rota al hueco del que la esperanza lo sacó…
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