SIN REQUISITOS
Que no me hallen tus besos
en la cotidianidad del martirio,
en una triste
duna de formalidades.
Vence el suplicio moral
impuesto por las fortuitas
reprimendas de los vencidos del amor.
En tus pechos
me escabullirme del púlpito
culpable de tus dudas,
entretanto domo
las cicatrices de quien me precediera.
¡No dispongas tu experiencia
a superficiales condiciones!
Concédele un vals eterno
a quien por ti
danzaría hasta desvanecerse en la pista.
Un vespertino sentimiento
ha florecido.
Un espontaneo romance
lleno de contradicciones.
Jerónimo Villa. Versos Trasnochados.
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