MI ÚLTIMO SUSPIRO

Esperado encuentro, culminando con la vida misma, dando el suspiro final sobre la tierra, sintiendo el aire, el agua, el calor y la tierra bajo mis pies por última vez.

Ultima mirada al horizonte donde culmina el tiempo, honrado por ser lo que soy, sin arrepentimiento alguno, sin ninguna deuda con el destino.

Soplando la llama de la vida, es como fui elegido por el misterio del más allá, misterio que me aguarda sin la menor idea de lo que sucederá, de lo que acontecerá con mi alma; suelo pensar que es como un sueño profundo, un sueño en blanco, donde deambulo sobre la nada, sin ningún recuerdo, sin ningún pensamiento que me demuestre que ya no existo, que soy parte de la nada.

Creo que existe la división sobrenatural entre el bien y el mal, en el cielo y el infierno, creo por consecuencia de las enseñanzas de mi familia, pero en este punto final, ruego que si esto existe, sea acobijado por el bien y llevado a la felicidad absoluta como me fue explicado por los religiosos a los que acudía en compañía de mis padres.

Culmino mi camino, un trayecto largo pero con enseñanzas que me hicieron fortalecer mis pasos, un camino lleno de desgracias que se mezclan con alegrías, perdidas pero también ganancias, lagrimas secadas con risas, una vida perfecta entre tantas imperfecciones.

Se acerca la hora en que llega a reclutar mi alma la inevitable muerte, cosechadora de tristezas y mares completos de lágrimas, justicia del destino que da por terminado el ciclo de la creación, observando la rutina de la vida de comienzo a fin.

Aliento mi último respiro, ganándole segundos a la muerte, recordando mi vida, todos mis triunfos, mis derrotas, recordando a mis familiares y sus enseñanzas, dando el último adiós a todos aquellos que me acompañan en silencio, aclamando perdón por todos los errores cometidos y dando gracias a la vida por otorgarme la oportunidad de amar, de sufrir, de llenarme de orgullo y llorar de tristeza o de alegría; le doy gracias por la oportunidad de vivir.

Lloro mi última lagrima y observo con felicidad mi último recuerdo, que me demuestra que no estoy solo en mi lecho de muerte y que los seres que me rodean están afirmando que tuve una vida perfecta, donde lo único que importaba era ser feliz y brindar un poco de amor y respeto, y así vivir la eternidad en un cielo que yo mismo cree.

Ya puedo cerrar los ojos pensando en este último recuerdo y esperar con tranquilidad a que el destino me regale mi último suspiro.