JUEGO DE UN TRAIDOR

Detrás de una mirada de ojos encantadores, mirada expresiva, delicada y cautivadora; detrás de lo superficial y representativo, se esconde el engaño, la traición de esmerada confianza que se gana con incansable esfuerzo.

Engaño mortificante que concluye con la desgracia de existir, engaño intolerable ante la penumbra de la vida, desorbitante estado de decepción y sollozante espíritu traidor.

Miles de lágrimas derramadas por los amargos segundos marcados en el reloj que jamás se detiene, mar infinito de decepciones y un universo completo de desconfianza y temor ante una ilusión perdida.

Lacerantes palabras de silabas hirientes como punzadas al corazón, palabras llenas de mentiras, creando un mundo imaginario a raíz de un sucio propósito que encarna los pecados ventajosos, carcomiendo los sentimientos y destrozándolos sin piedad.

Lujuriosos pensamientos de una realidad pobre de estimación, sentimientos efímeros incapaces de amar a un solo corazón.

Triste vida de amargura y soledad, consumiendo su tiempo de vida y desperdiciando la razón de existir.

Mil vidas de suplicas es el castigo que otorga el destino, idilios pasajeros convertidos en karmas que persiguen la existencia en la oscura realidad.

Mendigando compañía al final del juego, este juego infeliz que desata una cadena de trágicos misterios que se resuelven con impacto, llevando su mirada cautivadora al fondo de su infernal destierro.

Vivir una vida falsa sin ninguna recompensa, un mal negocio que no deja ninguna ganancia, por lo contrario, empobrece aún más el alma que se consideraba pobre.