Te extraño como nunca, pero te siento tan lejos que mis ganas de abrazarte desaparecen al instante de imaginar un futuro juntos. Se me vienen al cuerpo sensaciones e imágenes que no dejan tranquila a mi mente, sometiéndola a ilusiones crueles y frías; pero ¿cómo culpar a la mente? si simplemente desapareciste, decidiste tomar una decisión en las peores circunstancias, dejándome totalmente desnudo frente a la crueldad de una mente despechada que no entiende las razones de tu actuar, y aquí estoy, en el mundo de los vivos escuchando como se desgarra mi alma ante tu indiferencia y egoísmo.
Sa.
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