Con mucho desprecio para mí, y con mucho amor para ti.

Los días son más fríos y más tristes al estar sin ti, cada día que pasa me siento más viejo vacío y ya no hay vuelta atrás, cada noche es más larga y odio la soledad mientras te extraño cada vez más, talvez te has ido de mí, pero en mi corazón nunca morirás, aunque lleve el alma de negro en honor al luto de nuestros recuerdos que mueren cada vez que la manecilla del reloj marca otro segundo en esta estúpida realidad, al menos si quieres buscarme, encuéntrame entre la niebla y la obscuridad entre aquellos versos que llevan impregnados tu nombre, porque cada kilómetro que recorro pienso en ti, ojala no estuviese en este viaje solo, sabes, solamente quisiera mirar a mi derecha y verte a mi lado. 

Al cerrar los ojos aun te veo sonreír, escucho tu dulce voz susurrarme «siempre voy a estar aquí», pero ya no estás hace mucho que te fuiste, te echo mucho de menos, quiero escribir el verso más dulce y más doloroso está noche, sacar de mi este veneno que me consume, solo quiero que la depresión no me tome de rehén porque esta vez no se si pueda escapar de mi agonía, a veces resultamos ser sujetos frágiles, ausentes de nuestras emociones, simplemente seres varados en el tiempo, tontos que caminan sin rumbo, enardecidos por las ansias de libertad, pero somos esclavos de nuestros pensamientos, esos que te mortifican que te quitan el aliento con cada latido, esos que noche tras noche te apuñalan con recuerdos…

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