Escarmentar el fuego.

Escarmentar el fuego.

rugal eugal

15/02/2021

Escarmentar el fuego.

Piel Madero

Si estoy en el camino correcto…

Si estoy en el camino correcto lo único que me puede detener son los fantasmas.

Y ellos no hacen más que paréntesis en mi mente.

Por lo tanto el camino se vuelve una lucha contra una bruma, Que se va acentuando.

Alguien dijo que era más seguro con las luces apagadas y ahora lo entiendo.

Si estoy en el camino correcto,

Marcho ya entre montañas negras que abren a mares negros con los cuales interactuó,

Es inevitable;

Pero también es inevitable que me olvide de ellos.

Los recuerdos de colores se ven concentrados, dándoles un tono de madurez.

El rojo del amor, de la furia, del sacrificio de la sangre,

Se vuelve en un burdeo, que habla del amor verdadero.

Que habla de la lucha en la cual dos oponentes aprendieron el camino de apagar las luces.

Y comenta brevemente el camino que abrió la valentía del incomprendido,

Que se metió a la boca del lobo.

Rastros y rastros de sangre que vemos en la bruma donde no hay que pisar.

Pienso que lo mejor que podemos hacer es mirar al suelo y esas huellas.

Con la luz lejana de nuestros sueños como guía,

De los cuales siempre dudaremos de su veracidad.

Todo apunta a que es mentira su promesa.

Una mera perspectiva demasiado positiva.

Mejor sentarse con los monjes inmutables y que las moscas hagan el trabajo.

Todos dicen eso.

Pero preferiría ser devorado por los lobos de la locura,

Que morirme podrido y resignado.

La luz, ilusoria o no, hace que le dé una sonrisa a los fantasmas.

Que parecen celebrar. Muy en el fondo celebran, la sonrisa.

Esa puede ser su luz cuando todo se oscurezca.

Una sonrisa de dientes amarillos, pero sincera,

Esa puede ser su luz y la mía está detrás de esa ciudad montañosa de tribulación.

Si lo medimos por niveles…

Somos iguales.

Si estoy en el camino correcto.

Propio imperio.

Cuando era pequeño me desesperó la intensidad de las emociones.

Las felicidades eran absolutas obviamente,

Pero las malas sensaciones eran terribles,

Y en ese instante, cuando me consumió la vergüenza de la humillación,

Mi única esperanza era que creciera y no me afectara tanto.

Hacerme una armadura con la cual luchar.

Al crecer me di cuenta que no impera la objetividad y la ciencia,

Si no, la perspicacia, el ingenio y la fuerza.

Ahora estoy en mi jardín interno, resguardado de la cultura y la filosofía.

Saco artillería frente a fuegos fatuos y abro los puentes para los animales heridos.

Y de vez en cuando a un hombre.

Del cual, inevitablemente, tengo que relegar y echarlo.

El humano tiene que crear su propio imperio;

Si no, está el riesgo que infecte el ajeno.

Cristal.

Veía la vida desde un cristal.

Y veía desde la comodidad y la ironía,

Los problemas cotidianos que se presentaban en la pantalla,

Incapaz de relacionarlos conmigo.

Entre risas y risas al presenciar desgracias,

Me había hartado de la comodidad y la vida sin movimiento.

Haciendo recuento de los logros y medallas,

Me encontré en medio del horror.

Y un día cualquiera me desperté del otro lado del cristal.

Y agradecí a la suerte por ponerme en el meollo del problema,

Y no darme una silla de expectante, para el resto de lo que tenga que vivir.

Intento.

Después de tener la certeza de haber encontrado el fundamento para vivir,

Vinieron unas grandes dolencias. Terribles realmente.

Me hicieron pensar que no había escapatoria,

Y aferraba esa verdad que acababa de adquirir y pareció muy pequeña,

Frente al mundo que miraba con ojo de jurado.

Te puedo decir que no encontraras en ninguna parte,

Suficiente justificación para vivir.

Te puedo decir que te aferres solo a lo que te deja sin aliento.

Puedes crear escusas frente a la desesperanza.

Puedes decir que es el mundo probándote,

Puedes decir que es la consecuencia de ser libre,

Puedes decir que son las energías que te mantenían en penumbra.

Pero no desistas.

No desistas.

No desistas.

Te prometo que con tus nuevos ojos, las pequeñas cosas te harán sonreír.

Es una mentira que existen grandes cosas.

Lo máximo que podemos hacer como humanos es

Intentar ser verdaderos. Y con el intento basta.

Explicación.

Veo la vida como si fuera una cinemática.

Con sus pequeñas cosas que marcan los cuadros y las escenas.

Es inevitable.

Si una vez vista las relaciones y sus recovecos,

Podríamos crear una ciencia del actuar.

Incluso mecánicamente podríamos actuar,

Y conseguir lo que quisiéramos.

Pero ¿qué pasa con el sentimiento?

Donde todos juegan con ellos como si fuera algo sin importancia.

De qué sirve todo ese odio, que se desilusiona si vemos el origen.

Si vemos lo que perdimos y lo que ganamos.

Ya no se puede ver normalmente la vida si es un mero cálculo.

Lo que mejor que podemos hacer,

Es la prevalencia de lo verdadero, intentarlo.

Verdadero amor, verdadero odio, verdadera alegría y verdadera tristeza.

Porque estamos aplacados de medios tonos que se quedan en la nada.

Y la excusa siempre fueron fantasmas, que no pueden hacerle nada,

A quien lo intenta.

Pesimistas.

Mis trabajos están llenos de vida,

Y, a los ojos de los pesimistas parece una promesa perdida.

Y lo es.

La eternidad en el paraíso me parece una mentira,

Para castigar a quien no esté de acuerdo con el seminario.

El paraíso inminente es el descanso total, más no hay nada.

Solo negrura.

Pero este mundo en el que vivo es algo.

Y parece ridículo hacer de este paseo algo horrible.

Pues tendremos todos los tiempos en el descanso.

Entonces me parece incluso racional,

Disfrutar el rumbo hacia la nada.

Bailar mientras haya música.

El comienzo.

He hecho lo que todos me pedían.

Me he rendido.

¿Y donde están todas esas promesas de sanas convivencias?

Aquí lo que hay es adoctrinamiento.

Cuando era salvaje como los locos

Me perseguían con grilletes.

Y ahora no soy nada. Me he traicionado.

He traicionado a los muertos que confiaron en sí.

He traicionado a las personas que me decían, que eligiera el camino que me hiciera feliz.

Me he traicionado.

Y pienso que hay un cielo para los que son realmente sinceros.

Y mi imaginación no puede más que crear el peor castigo,

Para quien llevaba la llave del cielo.

Y la soltó por cansancio.

Guía, o mi manera de hacerlo.

Los fundamentos para la contienda cambian.

Pero en un principio siempre fue la no seguridad,

De poder entender el mundo.

Entonces todo lo que se presentaba lo tomaba como ilusión.

Y al ver eso, dije que lo que sustentaría mi felicidad

Seria enfocarme en lo positivo, que tenia la misma credibilidad que lo negativo.

Solo era cosa de elección.

Y siempre pensé que era sano un poco de abismo;

Y en la desmesura de él, se me hizo difícil prestarle atención a las luces.

Luego, ya en los peldaños de la felicidad,

Mis argumentaciones iban defendiendo lo que tenia.

Eso era lo bueno de encontrar lo malo en todo:

Que se puede revertir.

Y Desde aquí estoy, ampliando mi reino de ilusiones.

Desde mi habitación a mi casa, al barrio, hacia las personas y hacia la ciudad.

Y nunca había sido tan feliz.

Nunca se dará por vencido el pesimismo mío.

Pero cuando se mete con mi persona, me alegra tener una muralla,

Que se basa en la experiencia y los momentos airosos.

Solo me da curiosidad hasta donde llegare.

Manchas que no se quitan.

Salí de mi habitación y fui a la de mi madre.

Se estaba maquillando.

Le día un beso en la cabecita y le dije que la quería.

Baje y mi padre había llegado, estaba entrando la camioneta.

Entre al baño y escuché la puerta de la sala abriéndose.

Habíamos pintado la puerta del baño.

Eso no evito que me olvidara y agarrara el borde.

Me reí y me lavé las manos.

Mientras orinaba, le advertí en voz alta a mi padre que no agarra la puerta,

Porque estaba con pintura.

El me dijo ya. Hizo una pausa y dijo ¿Cuál baño?

El de abajo conteste. Y el subió la escalera.

Luego pensé en mi madre y que se estaba maquillando.

Ella estaba pintada. Ella era una puerta, que abriría a los infiernos o a los cielos.

Y mi papa es celoso, no le gusta que se maquille

Porque ella sale con sus amigas.

Y pensé que tuve que decirle que no molestara la puerta de arriba, mi madre.

Porque si lo hacia

Se mancharía con pintura que nunca se saldría.

Ante cada juicio que se hacía…

Ante cada Juicio que se hacía, Siempre yo me ponía primero.

Los congéneres narraban y al hablar de lo déspota de su enemigo,

Intentaba encontrar las razones del actuar de ese ser.

Y luego me castigaba por no aceptar lo que estaban narrando y ya.

Siempre me había preguntado cómo no se podían poner el caso hipotético del otro,

Solo varía la suerte. ¿Por qué no intentaban entender al otro?

Pero pensé, al ver atrás, que siempre iban haber seres que interpretarían cada

Acto de manera totalmente negativa.

Y si fuera por ellas, no se podría hacer nada.

Yo fui un asesino del mundo.

Y ahora asesino a los asesinos.

Desconfiar.

Me dio miedo mostrarme tal como era,

Pues los otros podrían mal interpretar mis intenciones.

Quizá ese es el error principal de un ser humano:

Desconfiar de lo primero que sale del instinto.

Ahí pondríamos a los filósofos a discutir si la naturaleza del humano es buena o mala.

Pero puedo decir que desconfiar de nuestro corazón,

Nos aleja de ser lo que por defecto viene en nosotros.

El mundo está plagado de asesinos de sí mismos.

Identificar las cosas…

Identificar las cosas no me ayudo a hacerlas desaparecer.

Cuando entendí eso se hizo una sociedad de susurros,

Alrededor de mi impotencia.

Que provenía de mi inactividad frente al conflicto.

Mi excusa siempre fue que los otros no entenderían.

Y mi luz siempre fueron las personas que encontraban artístico

Las cosas más simples.

En todos lados…

En todos lados hay condicionalidad.

Incluso la música se presenta como alguien que quiere instaurarme sus valores.

Siempre hay que pagar de vuelta y recibir.

Algunos llevan una bandera por resistir tanto.

Y por eso hay que respetarlos.

No quiero saber nada de eso.

¿Dónde hay actos que realmente sean desinteresados?

Ya no más filosofía barata, ni cara.

Ya no más sentirse orgulloso ni desdichado.

Envidio al animal por solo ver el mundo tal cual es.

Incluso el animal más cazado tiene la libertad,

De no cargar con la conciencia.

Los pensamientos no pueden hacer nada.

Los actos hablan. ¿Y quién tiene la osadía de concretar su naturaleza?

Temporada en el infierno.

Cuando veo a la gente, ubico el estigma que puede ser el motivo de su ser.

A una niña chillante y revoloteante, le ubico su hermosura,

El amor latente de sus padres,

El universo que le sonreirá por mera compasión.

Si sigue en ese camino.

Puedo ver a un ser feo, furioso.

Luchando contra cosas que no son verdad.

Y puedo ver que tendrá mucho conflicto y pequeñas felicidades;

De las cuales desconfiara porque está seguro que el mundo se las arrebatara.

Veo al triste y cabizbajo y pienso en su increíble capacidad,

Para convertir todo lo bueno, en algo por lo que preocuparse.

Y puedo ver, que tendrá mundos ideales en los cuales pueda descansar.

Y ese es quien me interesa,

Quiero darle una pluma, un cincel, una brecha, un instrumento.

Y ver si puede acortar, para sus allegados,

La temporada en el infierno.

Ilusiones positivas.

Al contar mis cigarros cuento uno de más,

Dándome la satisfacción de no estar fumando tanto.

Midiendo los lentes que siempre quise

Conté unos milímetros más, haciéndolos perfectos

Comparados con mis lentes de cuatro años de uso.

Pero luego algo me hace volver y revisar.

Y veo que el cigarro ideal ya no estaba

Y la medida de los lentes era distante de lo que quería.

Y me alegré

Me alegre de amoldar la realidad a lo ideal.

Pues siempre hice lo contrario:

Crear problemas donde no los había.

Aún cuando no fueran reales,

Me gusta encontrarme con estos momentos de felicidad.

Y es mejor que antes, cuando caía en desesperación.

Seguir o hundirse.

El problema esencial es que no se ha enseñado a vivir.

Aun con los parámetros de la bella vida

No se ha explicado como un bello barco

Se hunde hasta el abismo.

La comparación y la posibilidad de mundos nuevos

Hicieron el desgaste del timón y lo soltaron

Hacia la automutilación.

Los pasos a seguir no sirven, si nacemos en una hoja en blanco.

Solo, entre todos los barcos, sobrevivirá el que se fija en las aguas próximas a su popa.

Al final no se puede ser la tripulación, la bandera, ni el modelo del año

Del barco más próximo; es una tontería perder el tiempo.

Prometeré algo para el lector: las partes que anhelamos de los otros,

Llegaran en trozos de barcos hundidos,

Que chocaran con nuestro pasar.

La única pregunta que cabe para el barco es si

La soledad es peor que la compañía.

Pero en el inicio siempre fue mirar hacia adelante para todo y todos.

Incluso cuando había centenares de barcos alrededor,

Siempre era hacia delante.

No hay devuelta.

Solo seguir o hundirse.

Mundo desierto

Siempre me había preguntado cuando seria que el ideal yo vendría.

Pero al ver que los mismos problemas acuñan a todos,

Independiente de la edad. Entendí que era una decisión propia

Sentirse en el oasis o en el desierto.

Era un buscador con lupa.

Mirando cada grano de arena que me encontraba en el desierto.

Mirándolo de todos los ángulos, si es que me daba la respuesta

Para entrar sin miedo, al oasis que se encontraba al lado.

Todos los granos eran iguales. Unos más grandes, unos más blancos y negros.

Pero las mismas conclusiones que se quedaban en la paradoja.

Todo acabó cuando un viejo buscador, cercano a la muerte,

Se puso hablar frenéticamente sobre su incompetencia.

Y también cuando vi a un buscador soltar la lupa y rendirse,

Sin más, a la pequeña y hermosa charca del oasis.

El pequeño oasis, comparado con el mundo desierto

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