Desde el manto negro que se extiende a lo largo del valle se puede contemplar una serie de volcanes que, en su peregrinaje solitario hasta el mar, cambiaron el aspecto de este lugar.
En la tierra del fuego se puede sentir la energía que brota desde las entrañas inexploradas y que se nos representa de mil formas diferentes.
En ciertas noches se puede escuchar un sonido seco, distante, imponente… que emerge de entre las piedras. Este es el escultor del paisaje, este es el viento.
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