Donde
crecen las uñas grandes
con
viejos rencores sustituidos.
Las
flores alumbran su pequeña
idiosincrasia
de jardines arrasados.
En
los instantes florecientes, navegan
exóticas
mantas de terciopelo arrugado.
Mientras,
la luna demarca su territorio
de
sombras gesticulantes, histérica dama.
Los
gitanos asombran al rey de los monarcas
y
en vetustos pasillos, arrobados, se enfrentan
tallos
de plantas verdes y obsequiosas.
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