Me sedujo tu voz, tu sonrisa
me sedujo tu piel, tu caricia
ya no puedo dejarte mi vida,
me sedujo tu boca en la brisa.

Como el vino caliente te bebo
tú me tienes en cada caricia
nos tomamos un canto de grillo
un delirio, un eclipse nocturno.

Seducidos ambos hacemos la vida
juntamos párpados, labios, latidos
abrazamos caminos y campos azules
y una gota de miel nos perfuma.

volamos entre un remolino de días
hacia nuestro destino de gracia,
la pasión invadió nuestros cuerpos
húmedos, en los labios del tiempo.

MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI.

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