
No soy una joven promesa,
no soy joven,
y mis promesas quedaron atadas
a los torpes años
en los que no sabía,
en los que sólo hacía.
Mi futuro
no tiene propósito de enmienda,
soy lo que soy
por lo que he sido,
es hora de asumir las consecuencias.
Si en estas letras dejo,
mis lamentos,
mis sueños o mis quejas,
no es para ocupar
un puesto entre los grandes,
es solo para contarme
lo mucho que he aprendido,
lo poco que he realizado,
lo tanto acontecido,
si alguien quiere escucharlo,
será bien recibido
y espero hacer de él mi aliado,
en este tramo final
de mis delirios,
que no son de grandeza,
que son de caminante
contando el recorrido.
A.M.G
OPINIONES Y COMENTARIOS