Soy un gato de cristal de bohemia…Pero no siempre lo fui.

Hace mucho tiempo estaba dormido en una cueva brillante, húmeda y fría en las afueras de Silesia, Republica Checa. Solía sentir las gotas de agua caer día tras día, bañando mi superficie e invitándome a soñar en multitud de colores.

Tenía una vida monótona, tranquila y predecible….hasta que un terrible día de invierno gélido un golpe seco me desprendió de mi adorada montaña que me vio nacer…rodé…rodé….y terminé dolorido y asustado en una pila de cristales como yo arrancados de su origen.

Pasé muchísimo tiempo en un lugar oscuro y desprotegido entre miles de cristales como yo, anónimo, algunos más grandes, otros más pequeños…abandonados a nuestra suerte.

Pero el día llegó…me trasladaron a un taller donde me introdujeron en un horno muy caliente y fui tomando otra forma, otra dimensión de mí mismo, bailé, me derretí, me infle y gire mucho…Con mucha dedicación el artesano me transformó en un gato…y de pronto recibí un corazón azul brillante, hermoso y cristalino como yo…pero fue el que me dio la vida que tengo hoy.

Así fue que me transforme en un gato de cristal elegante, imponente y atractivo. Recibí muchas miradas y muchos elogios en mi estantería de un negocio en Praga. Orgulloso de mi no sabía que mi vida iba a cambiar en Abril de 2015.

Fue entonces que una mujer extranjera y su marido me llevaron con ellos a la Argentina. Sentí que esa mujer poseía un sentimiento de admiración más allá de mi belleza y transparencia….ella puso en mí un cariño especial y me cuidó mucho durante todo el largo viaje en avión. Nada podía dañarme ni siquiera rozarme. Debía llegar sano y salvo a Buenos Aires.

Y aquí estoy en otra estantería pero solo para el deleite de mis dueños y de sus invitados que siempre sienten curiosidad por mi belleza y mi origen. Ahora no solo me halagan sino que me cuidan de que nada ni nadie pueda hacerme daño o vuelvan a transformarme….De aquí y por siempre seré un bello gato de cristal de bohemia con un enorme corazón azul brillante.

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