El vaquero Elías se ha dispuesto viajar al espacio en su nave construida por el mismo e impulsado por cohetes pues en su pueblo no existe la electricidad y se adentrara en las estrellas para capturar algunas y así iluminar todas las casas vecinas.
Partiendo de una gran montaña encenderá la mecha de sus cohetes y el impulso lo acercara a las nubes y mas allá fuera de la tierra, donde al mirar hacia abajo las casas se hacen pequeños y los mares lo cubren todo. Con el objetivo de lograr su idea ha llevado frascos en donde va a depositar cada una de las estrellas que consiga, serán un regalo para cada uno de los niños que conozca, será la luz que alumbre sus caras cuando el sol desaparezca y en las noches les dará confianza y seguridad, pensar en tanta alegría lo motiva mas y mas.
Aterrizando en la luna saca su cuerda, dispuesto a enlazar todas las luminosas y bellas estrellas que pueda enlazar, saltando casi a paso de galope donde no hay gravedad flota sobre la superficie rocosa donde la vista es mas que majestuosa ¡es perfecta! se deslumbra la cantidad de pequeños círculos brillantes. Una a una las atrapa y las pone en sus recipientes donde vivirán de ahora en adelante. Casi culminado el trabajo guarda todo dentro de su nave para proceder a encender nuevamente sus cohetes que lo lleven de regreso a casa cuando de pronto como si el espacio se derrumbara muchas rocas de asteroides pasan junto a el golpeando su transporte y lastimando sus impulsadores cohetes que debían llevarlo a casa; rotos y sin esperanza de poder repararlos Elías debe ingeniar un plan, un rescate que lo saque del espacio, que le permita regresar y abandone por fin el gran universo.
De pronto a lo lejos entre los pocos asteroides que aun pasaban divisa su salida, ¡una excelente idea! una magnifica e infalible idea. Con la rapidez que los caracteriza Elías ve un cometa y piensa: «Si con mi cuerda logro enlazar al mismo, me podrá remolcar y así descenderé a la tierra cayendo sobre el mar» así que ata su cuerda a su nave y prepara su otro extremo para cuando el cometa llegue a pasar utilizarlo para lograr avanzar y así lo logra, en un acto maravilloso y magnifico tiene éxito su plan y coloca nuevamente los pies sobre la tierra donde su fiel corcel lo espera. Cabalga a toda marcha y llega a su pueblo una vez mas, abre su bolsa donde las estrellas están y al sacar la primera observa iluminadas y llenas de felicidad las caras de los niños que ahora cuando duerman seguros estarán y el resplandor de tan hermoso regalo los cobijaran.
Duerman niños en sus camas y sueñen con las estrellas, esos ojos puestos en el cielo que los miran, los iluminan y cuidan de manera casi angelical. Así que no tengan miedo al cerrar sus ojos y hagan sus sueños realidad. Que sus cohetes los lleven muy lejos a volar.
K.B Monalbar
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