Una consTante sorpresa.!

«La vida es la constante sorpresa de saber que existo»…

Si fuera el día de tu cumpleaños y te llenaran de regalos, te aseguro que no sentirías el mismo placer que puedas experimentar una noche al recibir un regalo con trocitos de chocolate.

Habían dado las 20h00 pm y como de costumbre salió por los 5 panes que solía comprar en la panadería de Polo, esos que tenían relleno de queso con cebollita.

Siendo las galletas con granos de chocolate lo más deleitable en la panadería, no dudaba en pensar a que llegara el viernes por la noche y comprarlas, por este tiempo ya había entendido el valor de los rituales en su vida, al saber que cierto día y a determinada hora haría una de las cosas que más le gustaba, se disponía a preparar su corazón con antelación para disfrutarlo como se debe.

Pero, si la vida no es una sorpresa, entonces, ¿cómo tomarás el actuar del panadero?

¡Sí!, Polo había decidido por alguna extraña razón regalarle a Paula sus galletas preferidas, han sido 10 exactamente, estaban calientitas, apenas salidas del horno, pues lo había notado por el calor en sus dedos al recibir la bolsa.

– Señorita Paula, esto es para usted, disfrútelas.

– Gracias Polo. Sonrió.

– Ha venido por 3 años comprar estas galletas y con su padre ya son como 20.

– Ha pasado mucho tiempo, es un gran detalle Polo.

– Su padre, ha visitado mis sueños y ha querido que hoy disfrutara de ellas, solo cumplo su deseo.

– Mi querido Polo, al hecho saltar de felicidad a mi corazón

Con esta acción su padre no había muerto, pues de una u otra manera se hacía presente en su vida, un brillo especial no se hizo esperar para hacerse evidente en sus ojos y sonriendo volvió a agradecer por el regalo recibido. Acomodando un poco el abrigo que llevaba puesta, se dirigió hacia la salida de la panadería. 

La calle en la que estaba la panadería por la que transitaba era muy concurrida por personas y vehículos, parecía una gran avenida, pero no, en esta todo era agradable para comer y el sonido de los pájaros hacía más acogedor el lugar.

Los terrenos en los que se habían construido un par de casas ahora era una verdadera urbanización.

Entonces esta calle tomaba más realce, porque su olor a chocolate caliente por las noches iba perfecto con el paisaje que brindaba, los últimos árboles de aquella ciudad curiosamente estaban allí.

Luego de unos 1995 pasos (lo tenía claro porque los había contado durante 1 mes) y dando las buenas noches a los vecinos que encontraba por la calle, llegó a su casa. Habían pasado 5 minutos y la tetera empezó a sonar, avisando que el agua estaba caliente, estirando sus brazos como tratando de sacar la pereza que le invadía fue hacia la estufa y apago la perilla.

Sentada en el banquillo de siempre y con una buena música de fondo, preparaba cuidadosamente su chocolate, le encantaba la idea de apreciar el agua moverse al compás que ella pusiera.

Podía tomarse el chocolate con los panes que había comprado, pero la bolsa que Polo le había regalado, tenía dibujada una flecha que señalaba hacia el piso de la misma. Era algo curioso porque aun ayudando el medio ambiente, él nunca dibujaba en sus bolsas de pan.

Movida por la curiosidad no dudo en acercar la bolsa hasta ella y mirarla con detalle.

La flecha conducía a un escrito en la base de la bolsa, lo supo luego de decidir alzarla con su mano izquierda. Polo tenía una letra hermosa, pero más impresionante era su mensaje.

«La vida es una constante sorpresa si dejas de idealizar a las personas y a todo aquello por lo que trabajas, no digo que dejes fuera la planificación de tus días, solo que te permitas sorprender y sorprendas con tu existencia«.

Polo siempre estará en nuestras vidas como los amigos que llegan de visita, la música que se estrena y va perfectamente con tus emociones, ese amigo que te saluda diferente cada día o el regalo que alguien te ha dado por lo bien que lo haces sentir con tu presencia, el ascenso por el que te has esforzado, un abrazo de tus hijos al llegar a casa, tu comida preferida en la mesa, las palabras que exalten tus cualidades, todo es aquello que disfrutas, pero llega sin previo aviso.

Paula serás tú, al planificar el día y disfrutando de todo en una calle pequeña te dejes sorprender por la bolsita que llegues a recibir en la panadería (cada día vivido).

-Estefanía P.