Estado Om – Poesía de tu galaxia.

No he recorrido con mi mirada tu cuerpo

ni tampoco palpado con ojos cerrados

tu figura infinita,

Solo he apreciado una parte de ti

a través de las estrellas.

La casualidad de conocerte entre sueños.

La vida que desprendes la encuentro en la pequeña muerte

que sucede cuando duermo.

Me abres los ojos cuando pienso en ti

sosteniéndolos cerrados.

Siempre es un ir y venir de latidos en clave morse

queriéndome decir todo,

sin decirme nada.

Yo un astronauta en estado Om,

cruzando Barreras imposibles,

rebasando la atmósfera de ese pequeño mundo mío.

Meditando entre saberes derramados en el tiempo.

Visitando otro universo otra galaxia dónde habitas,

en esa dimensión tan tuya que ha sido tu voz.

Esa conexión con lo divino, lo sagrado, lo puro

me ha llevado a buscarte y te he encontrado.

Disfrazada con múltiples lenguajes complejos

que trato de descifrar.

Lo simple de mi existir solo

quiere mezclarse contigo.

En una noche o en un día ,

en un segundo o en una vida

para comprender que significado tiene todo esto.

Pero la distancia que parece nunca va ha desaparecer

me envuelve en olvidó ,en tiempos que ya fueron

pero no han pasado.

Buscando la luz en una oscuridad profunda.

Viviendo y muriendo en cada palabra.

Danzando con los amaneceres

y cantando mientras anochece

entre frecuencias.

Nadando entre las ondas que expulsas de tu boca

para crearme en tu galaxia,

esa que se refleja en mi

dónde tú eres la Diosa de todas las cosas;

Dónde se unen las almas a la eternidad

con el puente del amor.

Siendo tú todos los caminos al único destino

de todos los universos.

Porque todo nació en ti y debe volver a ti desde la primera letra escrita hasta el punto final de cada cuento que ha existido en mí, en este lugar que quizás solo he imaginado.

Solo soy el mensajero de ese paraíso que eres tú.

Un ángel desterrado que no puede volver pero te observa mirando el cielo que se asemeja a tu presencia para que tú misericordia me acerque a ti.

Quiero recostarme en tu pecho y sincronizar tu corazón con el mío, mientras acaricias mi cabello como una madre que se rencuentra con un hijo que no sabía que tenía.

Y cuando los ojos se crucen veamos a través de ellos reconociendo nuestras almas y las vidas pasadas que hemos recorrido juntos.

Al final me des la bienvenida al regazo de tu galaxia lo simple y lo complejo se uniría en un abrazo.

La felicidad que tú cargas vibraría con la tristeza que yo llevé creando constelaciones nunca antes vistas por nadie.

Las arterias y las venas se volverán carreteras que llevaran emociones, tal vez nuestras manos se unan para que la piel recuerde como es encontrar, lo que se había perdido en el huracán que se ha convertido la vida.

Esa energía que nos separa con la fuerza de una masa de 100 millones de soles, quizás nos una entre su luz y los dos bailemos entre ese mecanismo espiritual que a veces son los cuerpos y seamos uno, fundiéndonos en las posibilidades de ser y no ser entre la nada y el todo.