Quiero
Yo quiero un amor que me consuma,
hecho de pasion y fuego,
de labios húmedos y manos que instigan,
un amor ávido e impulsivo,
puro y a la vez insolente.
Que desplace mi quietud,
que me inhiba la razón,
que perturbe mi mundo,
Yo quiero un amor bohemio
que sea escandaloso y pleno,
que sepa andar en el infierno
se deje arrastrar
sin mapas ni reglas.
Quiero un amor aventurero,
que navegue y sea sea mi brújula,
mi capitán y mi vela,
que sea tierra y lluvia,
que sea noche y luna.
Un amor desmedido, indeleble.
Un amor visceral.
Yo quiero un amor.
Deseso
Esta noche nos consagra,
testigo muda de nuestras caricias
La luna con su luz refleja
la furtiva sombra
de nuestros cuerpos,
perfecta fusión de deseos.
Una melodía inminente
se gestaba acelerada
mientras nuestros cuerpos
se mecían de pasión.
En un arrebato salvaje,
despojados de decencia,
musitamos extasiados
plegarias descontroladas.
Un incontenible frenesí,
trepando afanoso,
cálido e insaciable placer,
que iba enmudeciendo
en la cáliz de nuestra desnudez.
La piel nos ardió, los labios persiguieron
y hurgaron el infierno de mi placer,
de tu placer, que se entregaban
como fruta prohibida
en una vorágine
de escandalosa lujuria.
Cuatro versos
Uno
Ternura de Primavera,
despierto ante el sol de Octubre…
Como león de Dios, fuiste ungido,
infante alado, oleada perenne
de absoluto amor.
Dos
Brisa pura de Marzo,
solemne en cuna de seno.
Lazo de raíces profundas,
libre, envuelto de tulipán
Tres
Del romanticismo es tu nombre,
de Diciembre el inocente serás.
Al oleo es tu mirada,
ráfaga celestial sublime.
Cuatro
Enero de aroma vestido de azul.
Dulce manantial, puro y fresco.
Destello de luz brillante,
semilla de color amor.
In Memoriam
Enero fugaz, enero azul…
Enero dorado, de sol y juventud.
Diecisiete primaveras,
doncella de la alegría.
La luna te acuno en su seno,
el alba te escondió en silencio.
Eras blanca, eras etérea…
Eras sueño y calma.
Costuras
Aún latiendo desenfrenado,
herido por tu arrogancia culposa
y trepidando de temor…
Aún esperando,
escurridizo de amor.
Aún en el ocaso,
a la intemperie de aquella ilusión.
Aun tibio…
marcado por el deseo
que lo estremeció.
Así, aun desbocado,
salpicado de tu sabor.
Aún frenético, aún humano…
Aún amante y agitado,
piadoso e ilusionado…
Penitente y oprimido.
Desvelado y agónico…
Así, en un manojo de heridas,
así… Envuelto y enmarañado,
entre todas esas costuras.
Poema herido
Escribo para renacer
y volver a saborear la vida
que a veces olvido;
tanto como para no morir
y no ser olvidada.
Escribo para que mi corazón
sea escuchado
sin tener que pronunciar palabra.
Porque así me desprendo de los recuerdos
que no puedo soltar,
que me absorben en su seno,
y me acurruco ahí, sin vida,
sin aliento ni opciones.
Escribo para no quebrarme
y porque cuando lo hago
es para no ser invisible ante tus ojos,
porque cuando escribo me libero,
y aún así,
te ato a mis recuerdos.
Escribo para vos, mujer.
Hoy escribo para las mujeres que en silencio lloran…
Para aquellas que muerden sus labios,
para llenarse de coraje y continuar.
Por esas que sonríen sin decir que tienen miedo,
y llevan el corazón destrozado,
por que simplemente el mundo se les ha venido abajo.
Escribo para las mujeres valientes
que lloran a escondidas,
mordiendo la almohada cada noche,
porque no hay palabras que sean escuchadas,
porque no hay llanto que sea comprendido.
Por las que luchan con las exigencias de estos días.
Por esas que tratan de ser buenas madres,
buenas esposas, buenas trabajadoras,
independientes,
por las que desean verse bellas frente al espejo.
Por las que han dejado todo
por algo que terminó en nada.
Por esas que renuncian a sus sueños
por entregarse a los sueños de otro.
Por las que desean no ser vistas como objetos,
como inútiles y quieren florecer
pero el mundo les cierra las puertas.
Por las que caminan erguidas en la calle,
cuando por dentro quisieran gritar
que el mundo les duele, que el mundo las mata.
Escribo por las mujeres que nadie ve llorar,
pero traen un río de llanto en el alma.
Por las que están rotas y les falta alguien.
Por las que se están muriendo,
queriendo morirse pero siguen levantándose
todos los días a sonreír para los demás.
Por las mujeres fuertes, las débiles,
para las que tienen el alma rota
y el espíritu quebrantado sin fuerzas.
Por las que han perdido la esperanza,
por las que se sienten derrotadas sin decirlo.
Por aquellas que vieron su vida pasar por la ventana.
Y las que subieron al tren que al final las dejo tiradas.
Por las que quieren dejar de llorar pero no pueden.
Escribo por ellas, y escribo por mí, que escribo para no llorar.
Te amo
No te amo por tu apariencia,
ni por lo dulce que puedan resultar tus palabras.
Yo te amo por todo lo bueno que encontré en vos…
Te amo con tus locuras y tu sensatez.
Te amo por la pureza de tu alma,
y lo valor de tu esencia.
Te amo por el rocío que emana de vos
y por las lunas que marcaron tu piel.
Te amo, porque vas más allá de la ilusión,
porque inviertes tiempo en mi corazón.
T amo por esas charlas sinceras por las madrugadas
y por el alba que se refleja en tu mirada.
Te amo por esas tácticas para enamorarme
y esas acciones sin adornos para conquistarme.
Te amo, porque soy tuya… soy tu mujer…
La que frente a tus ojos suele arder de infinito placer.
Te amo, porque enciendes mi Sol,
porque somos dos locos ebrios de amor.
Te deje entrar
Te deje entrar y me tendiste una trampa.
Fuiste testigo de cada latido de mi corazón.
Te hice más espacio en mi alma del que te merecías.
Conociste todos y cada uno de mis rincones,
aún los más oscuros.
Pretendí que fueras aquello
que me impulsaba a continuar.
Pasaste afirmando tu andar
por entre toda la maleza que invadía mi espíritu
y dejaste que el sol de tu sonrisa acabara con ella.
Conocí al final a aquel que iba regalando
mil promesas olvidadas al pronunciarlas.
Me basta la distancia que hizo presente la verdad
y le dió forma y nombre a un reemplazo inminente.
En este mundo egoísta y en lugares opuestos,
con los recuerdos que vuelven y castigan.
Volvieron a crecer las malezas
que se entierran en el alma,
?en ese lugar vacío que abandonaste.
Para que no te ame, sere.
Desapareceré en el ocaso,
si no quieres que exista.
Me volveré silencio,
si no me quieres oír.
Me transformaré en sombra,
si necesito ver tu luz.
Me revelaré en una mentira,
si ya no quieres la verdad.
Seré el frío,
si ya no necesitas de mi calor.
Volveré como cenizas,
si no te hace falta mi fuego.
Me convertiré en lágrima,
para rozar tu mejillas.
Me colaré como susurro,
si necesitas oír un Te Amo en tuss oídos.
Seré como la brisa
si deseas que te roce.
Tendré perfecta distancia,
si pides que me aleje.
Fingiré ser lo que me pidas,
si eso te hace feliz,
pero jamás seré el odio,
para que no te ame.
Porque el amor no se pide,
tampoco se convierte,
simplemente sin escoger, escoge
y sin querer amar, ama.
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