Había pasado 1 mes de no pensarte, pero me basto dejar caer una lágrima para recordarte.
A pesar del frío que hace esta noche, me senté en la primera grada de mis escaleras, poco a poco se podía sentir que la piel se me erizaba, no tenía miedo,ni frío, mi corazón recordó cuando estaba desgastado, y sólo hizo falta un motivo banal para empezar a llorar.
Donde la respuesta era soltarte y recuperar mi valor, empecé a aceptar que de cierta manera me sentía completa contigo. Te hice notar aquello que me hacía falta, pero es que el amor no se trata de eso, el amor no es sufrimiento y sentirse vacío a pesar de estar con alguien más y mucho menos pedir que alguien haga algo por ti.
Acaso son heridas del pasado las que aún no he borrado, quizás siempre me gustaba hacer sentir bien a quien estaba conmigo para tratar de evitar su abandono. Las personas estamos destinadas a encontrarnos pero muy pocas para quedarnos.
Recuerdo tu risa, tu timidez, esa forma tuya de tratarme con halagos innecesarios, jamás quise muchos cumplidos en un solo mensaje, solo quería sentirte conmigo aun en la distancia. Aquel día de tu asalto, mi impotencia me ganó, no supe que hacer, pero que podía hacer, me acostumbre a ilusionarme muy temprano, nunca hubo una pregunta clave para el inicio de muchos sentimientos. No era tu enamorada, pero me gustaba la idea de ocupar ese lugar.
Las cartas, los saludos de cortesía, las canciones que hablaran de amor nunca faltaron de mi parte para hacerte sentir especial, de tu parte solo recibía un mensaje repetitivo para decirme que te había gustado y que yo era tu todo. ¿Todo?, que es todo, no sé que signifique esa palabra, cuando se te hacía fácil no contestar mis mensajes por 2,3 hasta 5 días, y luego solo tenías la escusa barata de decir que estabas de viaje.
De cierta manera sé que fue cierto, pero eras tan adicto a permanecer en línea y no contestar mis mensajes, que el día en que tuve que pasar por el hospital a causa de un familiar cercano, me decidí a no volverte a escribir, pero las madrugadas eran muy largas, no podía dormir, después de todo quien podría hacerlo, si tenía la responsabilidad de suministrar un medicamento en determinadas horas. Entonces era fácil pensarte e imaginarte conmigo, tú dándome un abrazo, tú mirándome y diciéndome que todo estará bien.
No habíamos compartido mucho, solo pude verte personalmente una vez, pero eso sumado a las tantas palabras que me habías dicho, me bastaron para que te convirtieras en el hombre de mi vida. Las heridas sin sanar me han pasado una factura con un precio muy alto, incluso podría decir que se parece al pago de una hipoteca.
No tenía nada material para cubrir la deuda, tenía empeñado mis sentimientos, esos que de un tiempo a otro se volvieron fáciles de dar y ser pisoteados. Me tomé la molestia de pensar en el motivo que me llevo a estar en esta situación, y si, no hay marcha atrás, mi primer amor, ese que llega inesperadamente a causarte un torbellino de emociones, ese que cumple con tus expectativas, ese ideal para tus padres, para tus conocidos se volvió luego de un largo tiempo un completo cobarde.
La religión siempre será una atadura desde este punto de vista, pero la intención con la que haces las cosas pesa más que cualquier objeto, si en tu religión no te permiten estar con una persona de diferente religión a la tuya y por algún motivo encuentras a esa persona ideal para ti, no la ilusiones, no la enamores, no hagas que sus días los quiera planear contigo, si, eso le diría a mi primer amor, si hubiera sido su amiga.
Lo curioso de todo es que el «hubiera» no existe, y eso es lo que ha hecho tratar de llenar los vacíos que coseche de una relación tras otra luego de haber perdido a mi primer amor. Me llevo 7 años darme cuenta de eso, porque siempre pienso que quienes llegan a mi vida y quieren amarme, se pueden parecer a mí, y si me retiro del amor, y si jubilo mis sentimientos, y si dejo de sentir, ¿qué pasaría con mi corazón?
No quiero lastimarlo, pero sin este corazón mío, no podría funcionar, yo sé que tengo un propósito en la vida, y por varias personas entiendo que puedo ser su rayo de luz al final del túnel, que con mi sonrisa puedo alegrarles la mañana, con mis chistes malos mejorar una tarde y con mi buena vibra hacer placentero el fin de un día.
Quizás y no curé un amor del pasado, pero hoy al no tener nada para cubrirme de este frío tan intenso, he podido pensar y llegar hasta aquí para decirte que:
Quiero agradecerte por todo lo que me enseñaste,
que eres capaz de lograr lo que quieres,
no hay nada que te detenga,
no pido que me extrañes porque yo tampoco quiero hacerlo,
y que me amo lo suficiente para dejarte ir,
que estoy dispuesta a soltarte y dejarte libre completamente,
lejos de mis pensamientos y que te he dejado en un capítulo cerrado de mi vida.
Hoy, me decido a dejarte ir a ti junto a mi primer amor, porque hay algo en común para los dos, ninguno me enseño a soltarlo, pero ya me cansé de querer retenerlos en mis sentimientos no correspondidos.
La vida me ha permitido conocer a un hombre magnífico, ese que no aprueba todo lo que digo por qué me cuestiona en aquello que requiero, ese que notó aquello que creía perdido, aquel que me da miedo enamorar y enamorarme, porque ha llegado como el viento a mi vida, sin hacerse evidente, pero que me da vida al tenerlo. Quiero amarlo, no por necesidad sino porque me dan ganas de hacerlo.
Y después de tanto tiempo, me gustaría volver a verte…. para no decirte nada.
OPINIONES Y COMENTARIOS