La segunda vez que la ame….
No se dejo abrazar, a duras penas me prestó la frente para darle un beso.
Me trato como quien trae la peste, yo la subí al asiento de atrás para que no se fuera a contagiar.
Mis síntomas: confusión, palpitaciones, lágrimas en los ojos, temblores del corazón, fiebre de amor, nostalgia y tristeza.
El remedio: mantener la distancia metro y medio del enfermo, sin olvidar dejar el alma en casa.
Ella me había buscado algunas semanas atrás, para decirme que en esta realidad distópica, ya estaba extrañando el : no amarme .
No hay cura ni vacuna, para quien lo padece, dicen los poetas, los cantantes y los filósofos, que el tiempo es el único remedio, quizás lo fue en la anterior normalidad…..
Aun me despierto por las noches y me escribo estas notas para ir deconstruyendo este breve amor de pandemia.
Siempre de ella.
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