Esta historia me recuerda a tus abuelos y a mi bisabuela porque en este libro se puede sentir la otra fibra de la vida. Se te va el sueño de leer ya avanzada la noche aquellos pensamientos vagos que acallan las voces viejas dentro de sus corazones.
Las tardes pardas que aquí se describen, hacen que pueda dibujar en el aire los rasgos hendidos de las arrugas que ha dejado el tiempo en su piel. Al leer tales relatos siento que el fulgor ya empequeñecido de una veladora se asoma de entre los rincones para recordarme a los más grandes, a los antiguos.
Tus abuelos me dan curiosidad por el modo en que los describes y porque a través de ti, en tus ojos, he visto un brillo que sé que tiene parte del brillo que ellos te han heredado a ti. Es curiosidad de saber qué fue antes muy antes de que fueras tú, tus pensamientos, tus obras, tu vida… Todo eso que siempre está antes, antes de ti, de mí, de ellos.
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