La foto de portada representa nuestra primera aventura, nuestro primer destino, al cual los dos decidimos, armamos y buscamos ir con muchas ganas, con muchos miedos. Sin ser novios, y con pocos meses de conocernos decidimos emprender unas vacaciones juntos. Creo que fueron las mejores de mi vida…
Gracias a ese viaje me terminaron de caer muchas fichas con respecto a tomar la decisión que tanto yo evadía por miedo, pero que ya no daba para más, quería estar de novio con ella. Su personalidad me cerraba por todos lados, muy frontal, aventurera, con hormigas en el culo, cosas que a mi me faltaban y en ella me encantaban. Apareció sin querer, nos caímos bien, entre risas y chistes, tomadas de pelo. Yo venía con el autoestima destruido, y ella empezó a sanarme, a ver las cosas de otra manera, a empezar a creer nuevamente de que podía volver a tener proyectos con otra persona, que pensé que no iba a volver a poder tenerlos.
Pasó todo muy rápido, modifiqué aspectos míos que pensé que no iba a poder cambiar, que no me gustaban y me daba cuenta, pero gracias a ella pude hacerlo. Descubrí cosas nuevas, me ayudó mucho a abrir más la cabeza, a tomar más decisiones, a moverme más y no ser tan quedado, me ayudó hasta donde pudo…
Conviví con una persona maravillosa, que me amó a la par y más, que supo encararme cuando las cosas no le gustaban, cuando yo estaba equivocado, reconocer errores propios también. Estoy seguro que sin ella no hubiese hecho ni la mitad de las cosas que logré en estos dos años. Con lograr tampoco es que llegué a ser mi propio jefe, pero yo sé de que hablo y con eso me alcanza.
2020 fué un año particular para todo el mundo. Voy a ser egoísta y voy a decir que me importa un carajo el mundo, fué un año de muchos cambios y de dolores de cabeza para mi, de angustias y miedos, de increíbles inseguridades. Y ella estuvo al lado mío. Soportó hasta donde pudo… la entiendo. No es fácil convivir con una persona que desde marzo a la fecha tiene angustias, no sabe qué va a hacer de su futuro, que llegando a fin de año tras conseguir un trabajo que quería, lo deje a los días porque no puede entrar a la oficina por depresión. No debe ser fácil, y fuí muy egoísta al no darme cuenta o quizás dar por hecho de que ella iba a seguir a mi lado a pesar de todo. Pensando en frío, seguramente no tomó la decisión antes por lástima o porque estaba muy mal yo. Me tomó de sorpresa, quizás no tanto la decisión, sino la firmeza con que me lo trasmitió, y eso me lleva al pensamiento anterior, que esto debe venir de hace mucho tiempo y los últimos días que no pasamos juntos la habrán ayudado a aclarar el panorama y pensar más en ella y en su bienestar. Por eso es que no estoy ni enojado, ni rencoroso.
Domingo 3 de enero al mediodía entró por la puerta de mi casa y terminó nuestra relación. Mi reacción fué fría, ya que no me lo esperaba. Dejé que se llevara todas sus cosas sin molestarla, sin planteos, no se merecía una escena más de llanto por parte mía. Comprendo su postura y hasta en un momento me preguntaba “¿por qué todavía sigue conmigo?”, y ya con ese pensamiento no estaba manejándome bien. La amé y la sigo amando con el alma, fué una excelente compañera que, repito, hizo que volviera a creer en poder proyectar a futuro con alguien más. Como se lo dije en un mensaje al rato de que se fuera, quiero lo mejor para ella, se merece lo mejor, se merece alguien que esté a la par, y yo lamentablemente estoy a destiempo.
No se cuanto tiempo va a doler, no sé en cuánto tiempo voy a dejar de pensar en ella cada 5 minutos, pero sé que no puede estar con alguien como yo, no la merezco en este momento y no tiene porque seguir cargando con mis penares. Me apoyé demasiado en ella, y dejé muy de lado nuestra relación, no la cuidé como era debido, y por eso estos llantos cargados de dolor que no me dejan quedarme quieto, que no puedo parar por horas. Porque sé que lo arruiné con mis problemas.
Lo que me queda es juntar los pedacitos que quedan de mi, tratar de estar mejor yo, y salir adelante. Quizás estos días voy a estar muy desganado como hoy, que no me podía levantar de la cama, que no me puedo quedar solo… pero tengo que sobrepasar esto.
Sinceramente lo único que quiero es que sea feliz, porque no merece menos. Los reproches son todos para mi, y tengo que ajustar cuentas conmigo mismo.
Por mi parte, espero poder salir de este pozo en el que estoy, y no escuchar las voces que a veces no quieren lo mejor para mi y me dan una solución rápida para terminar con tanto dolor y angustia. El camino del cobarde.
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