Al padre de mi hija

No es lo que yo tenía en mente, no esperaba ser mamá a tan temprana edad,pero aquí estoy; amando cada segundo de mi vida con ella mientras lo único que nos quedó de él fue el recuerdo plasmado en su rostro cada vez que la miro….

No puedo odiarte, seguro no se puede odiar a quien te ha dado una parte de lo que más amas en tu vida, pero tampoco sé cómo no gritarle al cielo y maldecir tu nombre cada vez que su dulce y tierna voz pregunta por ti, aun no sé cómo cargar todo este peso sola y siento miedo; miedo de defraudarla a ella, de no ser un buena mamá y papá a la vez…ya fallaste tú, no puedo fallar yo.

No entiendo como tuviste las agallas de marcharte, de atravesar esa puerta sin mirar atrás e irte dejándonos solas, como no pudiste detenerte al saber que dejabas a tu hija atrás como si no importara, como si pudieras borrarla de tu vida a cada paso que dabas….

¿Qué no pensaste que en ella? ¿No te dabas cuenta de cuanto te amaba? Cada vez que cogía tu rostro con sus manitas y te daba un beso de esos que te llenan el alma…Como no pudiste ver sus lágrimas rodar por sus mejillas cuando estabas tan fuera de ti, lleno de ira, gritándonos y recordándonos una y otra vez que éramos el peor error de tu vida…

Hoy que no estas te prometo que siempre la cuidare, siempre estaré para ella de día y de noche, velando sus sueños y protegiéndola de las pesadillas; te prometo que no mancharé tu nombre para que se lleve los mejores recuerdos de ti si es que algún día los hubo, y sobre todo; te prometo que le enseñare afrontar la vida para que el día de mañana cuando sea ella quien este parada como mujer y mamá, nunca vaya a cruzar la puerta dejando atrás lo único por lo que vale la pena vivir.

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