Un Romance desde Pequeños

«Fue el amor de su gloria toda mi infancia»

— ¡Miremos una película de romántica! — propuso Sofía, emocionada. 

— ¡No! ¡Miremos Guerra Z! — propuso Cielo, emocionada — mi película favorita. 

— Pero, si todos quieren ver películas diferentes, ¿ cómo vamos a elegir cuál ver? — dijo Mía, preocupada. 

— ¡Mejor una película que está en estreno! — dijo Sofía toda aburrida. 

— En las carteleras solo habían estás películas :

 » Garnerd, la casa embrujada, Still Morer y Peniwoll» 

— ¡Chicas! — gritaba Sofía apuraba. 

— ¿Cielo, quieres ir con nosotras al baño ?

— ¡No! compraré un helado se me esta antojando desde hace rato. 

— Bueno, espéranos no te vayas a ir a otro sitio.

— ¿A dónde iría? ¡Las espero, pero no demoren! — exclamaba Cielo. 

Cielo pide su helado favorito de menta con Choco chip, de repente ella al voltear se choca con un chico y embarra toda su ropa.

— Disculpa soy un idiota, no miré dónde caminaba 

— No te preocupes, yo fui la despistada — contestaba Cielo toda roja los cachetes. 

— Enserio disculpa, mira lo que provoque.

— No te preocupes enserio, ya me limpio ahora.

— Vale déjame ayudarte, te compraré otro helado y ponte mi chaqueta por que la gente esta viéndote raro.  

— ¡No, gracias!

— Oye no lo tomes a mal, pero déjame ayudarte — dice todo avergonzado. 

— ¡Bueno, esta bien! 

— Me llamo Mauricio, un gusto conocerte. 

— Un gusto, soy Cielo.

— ¡Oh! lindo nombre ¿Qué hace por acá una chica tan bella?

— Salí con mis amigas a ver una película, hubo unos pequeños problemas y tuvimos que salir. 

— ¿Dónde están ahora? 

— ¡Ah! Se fueron a los servicios higiénicos. 

— ¡Ah! Bueno con cuidado, ya se me hace tarde; me tengo que ir. ¿Podrías pasarme tu número para seguir hablando y un día así salir, que te parece?

— Eh, no te conozco bien.

— ¡Oh! pero ya te dije mi nombre, no quiero sonar muy extrovertido pero me gustaría salir contigo algún dia.

— Bueno, anota. 

Mauricio y Cielo se pasan sus números, a poco tiempo aparecen las amigas de Cielo; ella se despide y devuelve la chaqueta.

— ¡Oh! no te preocupes quédate con la chaqueta; no puedes ir así toda manchada a tu casa.

— ¡Esta bien! ¡Cuando te vea, te la devuelvo! — hablaba en voz alta llendo a sus amigas. 

— ¿Qué te paso Cielo? ¿Un tractor pasó por ti? — preguntaban sus amigas todas preocupadas. 

— Choque con un chico y se me cayó el helado en la ropa. 

— ¡Debes tener más cuidado! — decía Sofía mirando al chico. 

— Si la tendré, vamos a casa ya estoy un poco cansada. 

Sus amigas dejan a Cielo en su casa y se despiden, entra a su recamara a bañarse; al echarse a su cama le llega un mensaje.

Cielo lee el mensaje…📥

— Hola Cielo, soy Mauricio. 

— Hola Mauricio, ¿cómo estás ?

— Estoy bien, pero no puedo dejar de pensar en lo que sucedió.

— Yo tampoco, fue muy gracioso.

— ¡Me pareces una chica muy linda! ¿Qué te parece si salimos la otra semana al cine?

— Tengo examen la otra semana, por eso hoy salí al cine con mis amigas a relajarme un rato antes que me estrese más.

—  ¡Bueno! Te entiendo será para otro día.     

—  ¡Lo siento! pero enserio me gustaría salir contigo.

—  No te preocupes, que te parece si te recojo mañana en la universidad y nos vamos a comer, mañana es mi día libre.

— No hay ningún problema, pero sabes dónde queda?

— Por supuesto, te recojo y nos vamos a comer; pero no vayas a pensar que te voy a secuestrar.

— Que cosas dices oye — Cielo se reía viendo los mensajes. 

— Bueno me voy a descansar, tuve un día largo.

— Igualmente, cuídate.

 Al día siguiente…

Cielo al baño, se maquilla y va a la universidad. Llega la hora de salida, dejó a sus amigas y fue a ver a Mauricio. Sus amigas la llamaron pero ella siguió esperando.

— Me mintió, pensé que iba a venir hasta me puse perfume de romero, bueno seguro algo le habrá pasado, no debo quejarme.

Cielo llega a su habitación, se baña y almuerza, va a su cuarto y se pone a escuchar música. En eso le llega un mensaje de Mauricio.

Cielo

—Hola Cielo, disculpa por no ir hoy a recogerte, mi madre se puso muy mal.

—No te preocupes entiendo y dime cómo está ahora ella ?

— Ella ahora está muy bien.

—Me alegra que estés cuidandola, y que esté mejor.

— Oye qué te parece, si el fin de semana salimos al cine ?

— Si, no hay ningún problema.

— Eres una chica linda, pareces un angel.

— ¡Oye! ya es tarde, descansaré, mañana seguimos hablando.

— ¡Está bien mi niña hermosa! descansa si que tengas un lindo sueño.

Cielo esa noche estaba muy contenta, no podía dormir, estaba pensando en él. Pasan así los días y ella cada vez se enamoraba, en la manera como le hablaba y la respetaba. Llega el fin de semana y Cielo se arregla como nunca en su vida, sobre todo se hecho demasiado perfume.

— Creo que lo voy a matar con tanto perfume que me hecho — decía Cielo riéndose frente al espejo. 

Una llamada…

Llamada de la salida al cine con Mauricio

— ¡Te estoy esperando! 

— Ya estoy por salir — hablaba Cielo corriendo de prisa. 

—Dónde andas?

—Estoy en la cartelera.

Cielo encuentra a Mauricio, se queda callado por un buen rato y no la saluda.

— Mauricio, estás bien ?

— Disculpa es que estas divina, mujer hermosa. ¡Oh! tampoco es para tanto, solo me maquille.

— Igual estas preciosa, una diosa.

Cielo se ríe y le da un beso en la mejilla a Mauricio.

—Cielo dime qué película quieres ver ?

— ¿Una de romántica te parece?

—Si, vamos hay una que está en estreno.

Compran los boletos y van a comprar palomitas de maíz, entran a la sala y se sientan al fondo para que puedan visualizar bien. 

Pasan 30 minutos y Mauricio le agarra la mano,

Cielo se pone nerviosa y lo primero que hace es colocar su cabeza en sus hombros, en eso Cielo se queda dormida. Mauricio le da un beso en la frente y acaricia su rostro. Ya estaba por acabar la película y Mauricio despierta a Cielo.

Abrazo de Cielo con Mauricio

— Cielo, despierta, ya se acabó la película.

— Hay lo siento, casi no descanse esta semana.

— Te entiendo, así es la Universidad, por eso quise sacarte un rato para que te relajes.

—Vamos a comprar tengo mucha hambre.

—Está bien, vamos.

—Cielo espérame un rato, iré a comprar pizza, no te muevas.

—Está bien, te espero, pero ve rápido.

Mauricio va a comprar la pizza, en eso Cielo se acuerda que dejó su celular en los asientos del cine. Cielo va a buscarlo pero no lo encuentra, al salir de la sala triste se choca con un joven.

—El celular.

—Discúlpeme joven.

—Ese es mi celular.

—Disculpa, lo encontré tirado en los pasillos del cine.

—Gracias, no sé qué hubiera pasado si lo hubiera perdido. 

—Enserio, tan valioso es tu celular?

—Si, en ese celular guardo fotos de un amigo que falleció, cuando era pequeña.

—¡Oh! lo siento en serio; menos mal que cayó en mis manos.

—No sé cómo recompensarte, gracias.

—No te preocupes, pero si me gustaría tomar un café contigo y platicar, casi no tengo amigos.

—Seria muy lindo, pero deje a mi amigo comprando pizza y me dijo que lo esperará, que no me moviera, pero vine porque no tenía mi celular.

—Ah entiendo, verdad te estaban llamando.

—Si, debe ser  mi madre.

—Oye, no es de molestarte pero te me haces conocida, como si te hubiera visto antes.

—A mi también, te pareces mucho a un amigo de la infancia, el chico justo que te dije que falleció. Alex era un chico muy alegre, no era tan sociable con las personas.

—¡Alex! 

—Qué coincidencia yo también me llamo Alex.

— Tengo que irme, deben estar esperándome.

—Esta bien, fue un gusto hablar contigo.

Encuentro del celular

Cielo sale corriendo a buscar a Mauricio, va a la pizzería pero no lo encuentra; lo llama pero no contestaba, después de buscarlo ella se sienta y empieza a llamar a sus amigas para que la recojan, pero ninguna le respondía. Después de un gran rato Alex aparece.

—Sigues aquí?

—Hola Alex, si estuve buscando a mi amigo, pero no lo encuentro y estoy preocupada, no puedo ir sola a casa.

—Tan lejos queda?

—Es peligroso ir sola, hay delincuentes.

—Bueno te acompaño, no quiero que te pase nada.

—Enserio, gracias.

—Compraré café hace frío, toma mi capucha abrígate.

—No gracias, no tengo frío.

—Ese cuento ya me lo sé , no insistas ponte la capucha hace frío, te vas a enfermar.

—Está bien.

Alex compra los vasos de café y van tomando mientras van caminando, llegan a una esquina y un chico se les aparece apuntando con una navaja.

— Entrégame todo lo que tienes o quieres q le haga algo a la chica.

— A ella no la toques, llévate mi celular, reloj y esta plata que tengo.

 — Alex no hagas eso.

— Déjalo, no quiero que te haga daño.

El ratero le pide la chaqueta y se va.

— Estas bien ?

— Si, gracias, pero porque hiciste eso te quito tus pertenencias y te dije que este sitio es peligroso .

— Menos mal que estuviste conmigo, si no que te hubiera pasado.

— Gracias, pero yo también me preocupe que te acuchillara.

— Vamos rápido mi casa, queda a unas cuadras, ya estamos cerca.

— ¡Vamooooooos! 

Después de un rato, Cielo llega a su casa toda congelada de frio.

— Gracias por acompañarme y por tu capucha.

—No hay de que, menos mal que no te hizo nada.

—No sé, cómo recompensarte en serio.

— Me podrías pasar tu número, por si quisieras salir un día de estos o fin de semana.

— Si, claro normal.

Mientras Cielo le daba su número a Alex, la madre de Cielo bajó a buscarla.

— Estas son las horas de llegar? estuve llamándote y no me contestaste.

—Lo siento madre, mi celular esta fallando y se puso en modo silencio.

— Sabes hija que es peligroso estar de noche por acá.

—Si madre, te presento a Alex, me acompaño a casa.

—Hola señora, buenas noches.

— Que caballero, muchas gracias por acompañarla.

— No es de nada, pero ya tengo que irme, se me hace tarde.

—Su rostro se me hace conocido, que paso con Mauricio?

— Creo que se fue, porque su madre está mal.

— Mañana invita al chico para que almuerce con nosotros ya que te ayudo.

Cielo va a su habitación y ve su celular que tenia llamadas perdidas de Mauricio.

Cielo lo llama pero él no contestaba, andaba preocupada dejaba mensajes pero ni así respondía. De repente le llego un mensaje de Alex.

— Hola Cielo, ya llegue a casa.

— Gracias por lo de hoy, nose que hubiera pasado si no me hubieras acompañado a mi casa.

— No te preocupes.

— Alex mañana podrías venir a esa hora del almuerzo, celebraremos el cumple de mi madre, además ella dijo que te invitara por haberme acompañado, menos mal no le conté lo que pasó.

— Por supuesto, allí estaré, es mejor que no le hayas dicho nada.

Al día siguiente Alex llega a casa de Cielo, su madre lo saluda, pasan.

— Cielo ayúdame a servir.

— Ya madre.

— Yo también les ayudo.

Ellos almuerzan y platican, al acabar de almorzar Cielo recoge los servicios y Alex le ayuda.

— Cielo, no me siento bien, iré un rato a descansar.

— Está bien madre descansa, cualquier cosa me avisas.

La madre de Cielo va a su recamara a descansar, mientras Cielo pone una película para que vea con Alex. Preparan las palomitas de maíz y Cielo sirve la gaseosa. Se reían a carcajadas, Cielo miraba a Alex, esa sonrisa hermosa hacia que se olvidara de todo. Al finalizar la película Alex se despide de Cielo, ya era tarde para él. Cielo lo acompaña a la puerta, pero Alex le da un obsequio antes.

— Para qué es este collar?.

— Es un regalito, mientras iba caminando por ahí, lo vi en una tienda y quise comprarlo. 

— Pero no te hubieras molestado.

— No es molestia, por favor acéptalo.

— Está bien, gracias, esta lindo.

Se despiden y Cielo entra a su casa, al llegar a su cuarto ve en el mueble una billetera.

— Esta billetera es de Alex, se olvidó.

Cielo va corriendo agarrar su celular y lo llama.

— Alex dejaste tu billetera en el mueble.

— Mañana pasaré por él, tenlo ahí por favor.

— Está bien.

— Por favor cuídalo, no sé que pasaría si pierdo esa billetera.

– No te preocupes lo guardaré.

Cielo va a su habitación a descansar, a la mañana siguiente  Alex toca su puerta, Cielo se levanta y ve que en el suelo había una foto, lo levanta y ve su foto de pequeña.

– Esa foto es cuando tenia 12 años, si me acuerdo bien, porque la tienes tú.

Cielo trae una foto que tenia guardado en su billetera también.

– Esa niña soy yo.

– Enserio?

– Si mira yo también tengo una foto así.

Alex empezó a llorar y abraza a Cielo,  llora también y lo abraza.

– Cuanto tiempo te estuve buscando y al fin te encuentro.

– Yo pensé que te había perdido.

– El destino nos unió, no pienso dejarte Cielo.

– Yo tampoco, al fin que te encontré siento un alivio en mi, pensé que habías muerto.

Ellos estuvieron hablando por un buen rato, Cielo ya se le hacía tarde para la Universidad, así que Alex la acompaña. Llegan a la Universidad, se despiden.

— Te recogeré en la salida.

— Vale, con cuidado si.

Cielo se sentía muy feliz que ese día estaba con ganas de trabajar y hacer las cosas bien. Al finalizar siempre sus clases Alex la recogía y así seguían, paso 1 año y se acercaba el cumpleaños de Cielo.

Cielo cuando iba a salir de la Universidad, sus amigas le dijeron que le tenían una sorpresa y que tenían que vendarle los ojos. Cielo emocionada deja vendar sus ojos. Cuando llegan, sacan las vendas a Cielo, Cielo ve un cartel grande hermoso con un montón de regalitos .

— Alex esto hiciste por mi ?

— Alex? Quién es él? Es Mauricio quien te preparo esta sorpresa Cielo.

De repente aparece Mauricio con un ramo de flores, a Cielo se le caen los cuadernos que tenía a la mano.

— Cielo, disculpa por todo. Se que no te hable por un buen tiempo, y te contaré el motivo, pero esto que hice fue para decirte si quieres ser mi enamorada y vivir momentos lindos.

— Lo siento pero no quiero nada contigo. Cielo sale corriendo, encuentra a Alex.

— ¿Qué paso? Estuve buscándote y no te encontré.

— Disculpa, fui a los servicios higiénicos.

— Entiendo, vamos a comer te parece?

— Si muero de hambre, vamos.

Al ir al restaurante, Cielo se pone nerviosa, Alex le pregunta si estaba bien, Cielo le cuenta lo que pasó. Alex trata de tranquilizarla y decirle que fue la mejor decisión, aunque lo haya dejado plantado.

—Está bien ahora hay que disfrutar de la comida y olvidarse.

Cuando terminan de comer, Alex acompaña a Cielo a dejarla en su casa.

— Gracias por lo de hoy.

— No te preocupes ahora descansa y ve hacer tus tareas que imagino que tienes bastantes.

— Si adivinaste, ahora iré a mi habitación me bañare y haré mis trabajos.

— Cuídate si, hablamos.

— Ve con cuidado.

Cielo cuando iba a entrar a su habitación escucha que tocan la puerta.

— Seguro es Alex.

Cuando abrió la puerta vio que era una chica.

-— ¿Quién eres tú?

— Hola, disculpa que te moleste pero debo hablar contigo urgentemente.

— Pero dime como te llamas ?

— Me llamo Valen.

— Está bien, hablemos dime que paso ?

— Disculpa, este no es un buen lugar para hablar.

— Vamos a una cafetería que por acá cerca está, pero antes déjame cambiarme de ropa.

Llegan a la cafetería y se sientan un poco lejos de la gente.

— Soy la enamorada de Alex y estoy embarazada tengo ya 4 meses de embarazo.

— ¿Qué hablas? 

— Se que no me creerás pero tengo una foto con él mira.

— Estás mintiendo, por favor vete.

— Lo siento, pero es verdad lo que te digo.

Cielo se fue a su recamara a llorar, esa tarde apagó su celular y no fue a cenar. Esa noche se quedó dormida. Amaneció, se bañó para ir a la universidad. Ese día ella no tenía ganas de nada, ni de comer, estaba aislada de sus amigas. En la salida Cielo se acuerda que Alex siempre lo iba a recoger entonces toma otro atajo. Al caminar varias cuadras Cielo se da cuenta que Alex la había encontrado, trata de caminar más rápido pero Alex la alcanza.

-— Cielo espérame que te pasa ?

— Déjame en paz, no quiero verte.

— No te dejaré ir si no me dices que es lo que te pasa ?

— Dile a Valen que te diga.

— Valen? ¿Quien es?

— Hay no te hagas, tu enamorada.

— Oye yo no conozco a Valen.

— Ayer vino a mi casa, me dijo  que vas hacer padre, ella tiene 4 meses de embarazo.

— Te juro que por nuestra amistad tan grande, no la conozco, Hay solo una chica en mi corazón.

— Deja de mentirme.

— Hay Cielo te estoy diciendo que no la conozco, me gustas tú. Como saldría con alguien si no conozco a nadie y te lo dije, tú sabes como soy.

— Verdad, pero quien es ella y porque vino a mi? 

— No sé pero investigaré, no puede estar hablando eso, le llevaría muchos años de cárcel por difamación.

— Ojala que se haya confundido.

— Ya no estés así, vamos si?

Al día siguiente…

Valen viene otra vez por la mañana a la casa de Cielo pero esta vez la abraza.

— Qué te pasa suéltame, eres una mentirosa.

— Discúlpame no era mi intención, pero Mauricio me amenazó, si no lo hacía él iba a matar a mi bebé.

— Y quién es él para amenazar.

— Él es el padre de mi bebé.

— Qué, pero él no tiene enamorada por lo que se, es un chico respetuoso y bueno.

— Mauricio no es así, consume drogas y por eso se pone así.

— No me asustes.

— Él siempre para juntándose con sus amigos, cayó en eso desde que sus padres se fueron.

— A dónde fueron?

— Ellos se fueron a España y dejaron a Mauricio con sus tíos.

— Sus amigos lo llamaban para drogarse, ahora lo entiendo todo. Debemos ayudarlo, él no puede estar así necesita ayuda de un psicólogo.

— Yo también quise llevarlo pero no quiere, no hace caso a nadie. 

— Ahora que me acuerdo, las veces que salíamos a un rato él se iba, me decía que su madre se enfermaba.

— Por favor ayúdame, no quiero que mate a mi bebé, yo lo quiero tener.

— Lo hare, ahora solo tranquilízate si, no te preocupes, haré lo que

pueda, pero debes tener cuidado de no juntarte con él.

— Está bien, tendré cuidado, gracias.

— Ve a descansar ya es tarde. Mañana lo llamaré para hablar si, no le diré nada de ti.

— Adiós, cuídate.

Al día siguiente Cielo llama a Mauricio, no le contestaba pero ella seguía, hasta que respondió.

— Hola Mauricio ¿ Cómo estás?

— Y porque me llamaste, estarás feliz con tu enamorado.

— No tengo enamorado, te llame por otra cosa.

— ¿Qué quieres de mi?

— Escuche por ahí que andas en las drogas.

— Y eso que te importa a ti, es mi vida.

— Por favor vamos a un psicólogo.

— Lo haré.

— ¿Enserio?

— Con una condición.

— ¿Cúal ? 

— Que me aceptes, quiero ser tu enamorado.

— Oye no me puedes pedir eso.

— Entonces no hay trato.

— Mauricio corta la llamada.

— Ahora que hago, él necesita ayuda.

Esa noche Cielo casi no durmió por pensar en una solución, pero no le venía nada a la cabeza, la única opción era aceptar ser su enamorada. Amaneció y Cielo llamó de vuelta a Mauricio.

— Hola Mauricio.

— Hola Cielito.

— Tome una decisión pero debes prometer que iras a un psicólogo.

— Claro, prometo.

— Aceptare ser tu enamorada.

— Me alegro saber eso.

— Te mandare el número de un psicólogo profesional que te ayudara vale.

— Normal, lo que sea por mi amorcito.

Pero tú también prométeme que no veras más ha Alex.

— Te lo prometo.

— Te quiero, hoy iré a recogerte a la universidad, chau amor.

— Chau, cuídate.

Cielo corto la llamada y se fue a su cuarto a llorar.

Pasó así media hora llorando, vio su celular, ya se hacía tarde para ir a la universidad, se alistó rápido y se fue sin desayunar.

Cielo ese día no se sentía bien, casi no tomaba atención a las cosas y ni a sus amigas. Sus amigas andaban preocupada por ella, nunca la habían visto así. Al llegar la salida, Cielo sale triste, ve a Alex y Mauricio. 

— Hola Cielo.

Cielo no le hace caso y se va donde Mauricio.

Mauricio le da un beso y le hace subir a su carro.

— Vamos a comer amor tengo hambre.

— Está bien vamos.

Cuando terminan de comer Mauricio deja a Cielo en su casa, se despiden y Mauricio trata de darle un beso, pero ella lo esquiva.

— Chau cuídate.

– Eso nomas me dirás?

— Chau amor.

— Mauricio así me gusta, hoy iré a ver a ese psicólogo vale ?

— Esta bien amor.

Cielo va a su cuarto y se hecha a llorar otra vez, apaga su celular. De repente tocan su puerta, sale a ver y ve a Alex. Trata de cerrar pero Alex pone su pie.

— Cielo que te pasa?

— Por favor vete no podemos estar juntos. 

— Te mintieron que me había muerto de pequeño, sufrías por eso y ahora quieres que me vaya ?

— ¿Dime que te pasa ?

— Por favor no compliques las cosas, te lo explicaré a su momento. 

 Alex la sujeta de su brazo y le da un beso, Mauricio los ve. Cielo se percata y sale corriendo.

— Mauricio, espérame.

Cielo no lo alcanza y se regresa.

— ¿Que pasó?

— Pasa por favor, ahora te cuento todo.

Cielo le cuenta a Alex todo lo que hablo con Valen.

— Esa chica está corriendo peligro debemos ir a buscarla, Mauricio le puede hacer algo a ella y su bebé. Después de un gran rato hablando tocan la puerta, era Valen llorando asustada.

— Ayúdenme por favor, Mauricio me busca y me hizo un corte en la rodilla, pero pude escapar de él.

— Debemos llevarte a un Hospital.

— Es un corte pequeño puedo ayudarte.

— Qué necesitas?

— Tienes vendas y alcohol ?

— Solo tengo alcohol, pero puedo ir a comprar vendas en la farmacia del costado.

— No vayas, iré yo nadie sabe si Mauricio aparece.

— Ve con cuidado por favor.

Alex cuando va a comprar las vendas. al regresar siente que alguien le iba agarrar del cuello, voltea y se da cuenta que era Mauricio. En eso Alex trata de agarrarlo pero Mauricio tenia una gran fuerza, siguen así hasta que Cielo baja, Alex demoraba demasiado. Mauricio nose da cuenta y por dejar a Alex, con la navaja le da en el estómago a Cielo.

— ¡Cieloooooo! 

 Mauricio sale corriendo pero lo atrapan los policías, Valen había llamado y vinieron rápido. Alex agarra su celular y llama a una ambulancia. Cielo derramaba demasiada sangre ya no podía resistir y la ambulancia tardaba. 

— Alex escúchame.

— Por favor no te vayas de mi otra vez no quiero perderte, te amo Cielo .

— Hasta que por fin lo dijiste, yo también te amo Alex.

— No digas nada, gastas fuerza, resiste por favor.

— No boten ningún cargo en Mauricio, solo llévalo a un psicólogo y a Valen también.

— Pero el debe ir a prisión por lo que te ha hecho.

— Prométeme que harás lo que te digo.

— Esta bien te lo prometo, haré lo que me pidas, pero no te apartes de mi lado otra vez.

Empezó a llover y Alex gritaba de la desesperación, lloraba. En eso la ambulancia llega, recogen a Cielo y la llevan al hospital, esperan unas horas, una doctora sale y les comunica que ella a falleció.

Muerte de Cielo

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