Entre en aquella galería de arte con el fin de conocer a gente, que se interesara tanto por la pintura como yo. 

Pero  nada mas entrar  la vi a ella. 

La chica de la sonrisa apagada. Parecía cual flor  marchita en sus últimos momentos de vida. 

Estaba frente a un cuadro con la mirada perdida y sumergida en sus pensamientos. 

Me comió la curiosidad y seguí observándola. 

Pude observar como de vez en cuando ,intentaba cruzar la mirada con un hombre al otro extremo de la sala.

Enseguida me di cuenta, era el pintor que aquel día exponía.

Allí estaba él, alto, radiante y enorgullecido del éxito que estaba teniendo su exposición.

Nada me hizo sospechar nada raro.

Pero la curiosidad se estaba alimentando de mi y decidí acercarme. 

Le pregunté que le parecía el cuadro y me contó que era ella, que el pintor era su marido y que ese cuadro fue pintado pocas horas después de una discusión. 

Con el fin de saber más sobre ella, me envalentone y la invité a salir a tomar un café. 

No me costó mucho convencerla.

Se notaba que ansiaba poder salir de aquella galería.

No tardo en abrirse conmigo.

Me contó los momentos bochornosos que le había hecho pasar, que la engañaba, la maltrataba, que no era feliz.

Solo deseaba que aquel día fuera el fin de todo.

Después de estar un buen rato consolándola, decidimos volver a entrar. 

Me percate que él estaba rodeado de chicas mucho más jóvenes que él, nada nuevo después de escuchar su historia. 

El no titubeó ni gesticuló  cuando se nos acercó.

A pesar de ver  lo forzosa que estaba siendo su sonrisa.

En aquel instante la vi tomar aire profundamente, en la última inhalación, no lo soporto más y  grito:

– Se acabó. No te aguantó más. Para que todo el mundo lo sepa es un maltratador!!!!

De inmediato me agarró del brazo para salir corriendo de allí, antes de que le diera tiempo a mediar palabra.

Corrimos y corrimos hasta dejar muy atrás aquella galería.

Un día que pensaba pasar con mucha tranquilidad, de repente estaba siendo una escapada con una mujer que apenas conocía.

Pero me deje llevar…

Y ahora, mírame contándote la historia de como conocí a la persona que aún sigue a mi lado.

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