Hay seis cosas que odio de ti: tu falta de carencia y perspicacia al ver las cosas del mundo, y del mundo que te doy así no este contigo. Tu falta de carisma no para las cosas cotidianas, sino para mis cosas cotidianas, que casi siempre llevan tu nombre. Tu mudez innata a la hora de mostrar cariño. Tu falta de paciencia cuando la mía todas las noches y parte de los días la pongo en juego. Tu facilidad de verte a ti misma sin verme a mí viéndote. Y tú regreso plasmado de no más de cuatro letras al volver a saludarme. Fuera de esto hay muchas más cosas que odio, y que odio casi con el mismo amor que te profeso; y si esto no fuera amor, sé muy bien que te odiaría de los pies al alma, porque sin ti no sería más que un odio hueco; un sin sabor, un paseo por el parque sin mano que tome la mía, un día más un día menos, pero un día donde no te tendría ni para decirte las cosas que odio de ti.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS