Creía que había pasado desapercibida por la mayoría de la gente en su pueblo, pero no era así, aun cuando ella salía a las 5:30 am de casa, casi aun en la oscuridad de la mañana para alguien más era el sol de las 8 am.

Una rutina a causa del trabajo que tenía, había hecho que Mary tenga la posibilidad de conocer a pocas personas, y los días que se supone eran «libres», los ocupaba para verificar alguna cuenta en su trabajo, sesiones o algo puntual, como pagar servicios básicos, y en el mejor de los casos salir a la bailo terapia del barrio vecino. Esta actividad era una de sus favoritas, parecía que con cada movimiento rejuvenecía, la sonrisa que se dibujaba en su rostro era única, aquel hoyuelo de su mejilla derecha, era la combinación perfecta para esos ojos expresivos.

Y así las noches de sus días libres, eran la excusa perfecta para liberar el estrés del día anterior. Ejercicios que iban y venían, vaya que le sacaban el aire. La ejecución de estos eran tan agotadores que parecía desfallecer al final de la bailo terapia. Con los cachetes rojos, gotas de sudor por su cuello y algo de mareo si la rutina de ejercicio fue muy demandante, acostumbraba regresar a casa con su hermana.

De regreso pasaban por el parque central de su barrio, y ahí estaba él, expectante de su paso por la vereda de en frente. ¿Cómo acercarse a ella?, ¿Cómo preguntarle su nombre?, ¿y si un día solo le digo, hola?, era lo que se le ocurría, pero fiel creyente de la ley de la atracción, miraba al cielo y pronunciaba: Dios, Sabes que no soy un chico malo, solo quiero llevarme con ella, puedo parecerte un loco, pero un hola me bastaría, esperaré tu voluntad, pero no me falles.

Había pasado una semana fatal para ella, trataba de apoyarle a su enamorado en todo aquello que el hacía, pero una vez más la excusa de no responder mensajes, era el trabajo. Cuando podía verla, prefería pasar tiempo con sus amigos, y es que así parecía ser su jerarquía de importancia sin darse cuenta que de a poco por esas actitudes, mermaba el corazón a pedazos de quien lo amaba.

Se acercaba navidad, y salir por una foto, comer en un puestito de la calle, disfrutar de un helado, ir al cine, caminar y conversar de cosas sentido, eran para ella los planes perfectos para conocerlo más, a quien en ese entonces era su enamorado. Sabiendo que con la hermana que iba al bailo terapia haría a ver las luces de la ciudad colindante, Mary no dudo en invitarlo a su enamorado, Ricardo.

¡Ay, Ricardo!, si tan solo hubieras estado atento de lo que estabas perdiendo, quizás hubieras podido evitar tus lágrimas del futuro. Pero, como en la vida necesitamos, unos cuantos tropezones y a veces caídas con largos lapsos para coger impulso y levantarnos, Ricardo seguía creyendo que ella, estaría enamorada siempre de él. La noche que salieron a las luces de la ciudad, Adela la hermana de Mary, pudo ver en los ojos de Mary un brillo especial, que parecía una niña pequeña con un caramelo en las manos, a Mary se la veía feliz caminando de la mano de su enamorado, pero Ricardo no, parecía que todo lo hacía por compromiso, ella hacía lo posible por tomarse fotos con él, pero Ricardo trataba de salir en lo más mínimo.

La noche había terminado, pero Adela prefirió no decir nada, después de todo Mary, tenía claro que lo quería y nada de lo que Adela pudiera decir serviría de algo. En Febrero del año siguiente, Adela había presentado formalmente en su casa a Ricardo, parecía que las cosas habían mejorado, pero quizás fue una breve pausa en la indiferencia del muchacho. Después de un tiempo las cosas se volvieron a repetir.

Lo que resiste, persiste. Eso lo escuche por ahí, pero ahora que lo analizo creo que es verídico, ¡piénselo!, aquello que no quieres ver aunque para el resto parezca evidente, estará en tu vida hasta que haya dejado la lección aprendida en tu vida. Y así fue, la indiferencia de Ricardo cada vez era más evidente, hasta que un buen día, Mary quiso salir a comprar empanadas. Quien diría que una simple compra, le ayudaría a tomar una decisión. Cuando ella llegaba al puesto de Mechita, la señora de las tortillas, pudo ver al fondo del local a Ricardo, muy feliz con la muchacha que meses atrás se rumoraba que mantenía una relación.

El cruce de risas para Mary, no habría sido un problema, pero, que Ricardo se riera y la abrazara por la cintura a la muchacha que lo acompañaba, fue el detonante, para que Mary, se planteara dejar a Ricardo. Casi todos en la familia, querían cambiar de tema cuando Mary hablaba de Ricardo y era algo incómodo, pero es que el amor, o mejor dicho la dependencia emocional hacia alguien son tan fuertes, que te hace evadir la realidad de tu entorno.

Esa misma noche, Ricardo llamó a Mary para cancelar los planes que tenía junto a ella el día siguiente, con la excusa de que saldría con sus hermanos y no le daría tiempo de pasar por ella, pero que sin duda en la noche la vería. Tratando de mantenerse tranquila frente a la situación, Mary acepto sin mayor problema. El destino ya teniendo todo planificado, hizo que Mary, saliera de su casa la mañana del día siguiente. Quizás a esa hora Ricardo debería estar planificando su viaje, pero al contrario, él estaba en la tienda que solía comprar Mary, todo relajado tomándose unas cervezas con sus amigos.

Cuando Mary, se percató de esta escena, trato de esconderse en la puerta de la tienda, con la intención de regresar a casa y llamar a Ricardo para reclamarle que estaba embriagándose. Pero, siendo el mayor propósito del destino que Mary por fin dejara a Ricardo, antes de que Mary pudiera salir de la tienda, alguien pregunto: ¿Cuándo terminaras con Mary? Aquella pregunta fue como un balde de agua fría para la muchacha, el pulso se había acelerado, y por saber la respuesta a dicha pregunta, ella decidió regresar y esperar tras la puerta.

Me he portado mal y lo acepto, incluso sé que ella puede saber ya que estoy saliendo con Carolina, pero he de confesar que Mary, me hace ser un hombre maduro. Ella bien podría ser mi esposa, tiene las cualidades que cualquier hombre quisiera en una mujer para un futuro, pero yo no estoy listo para tener una relación seria. Si la pregunta en la joven fue un balde de agua fría, esta respuesta eran cubos de hielo a la cabeza para que reaccionara y un martillazo al corazón. Mary, no podía creerlo, después de todo Ricardo no quería sentirse culpable del fracaso de la relación, así que estaba esperando que Mary pusiera final a esta relación.

Lo mejor en ese instante, hubiera sido que Mary saliera de la tienda y fingiera que nada paso. Pero ese valor de mujer salió a flote, así que por algún extraño motivo, desde lo más profundo de su ser, emitió un gran grito, llamando a la puerta de la tienda, para que salieran a vender. Inmediatamente, Ricardo reconoció su voz, quedo perplejo al darse cuenta que ella pudo haber escuchado lo que había terminado de decir. Se llevó la mano izquierda a la boca, mientras su mano derecha detenía el vaso de cerveza que se estaba tomando.

La dueña de la tienda había salido, atendía a la joven y entregándole el vuelto de su dinero, Mary pudo salir de la tienda. Ricardo no sabía qué hacer, después de todo era lo mejor para él, que ella hubiera escuchado todo y de una vez terminara su relación, pero no pensó lo mismo cuando la dueña de la tienda dijo: me sorprende que Mary, no me haya saludado como de costumbre, de seguro está pasando mal por algún motivo, esos ojos llorosos me han desgarrado el corazón.

Estaba confirmado, Mary había escuchado todo, así que brevemente sacó su celular para llamarla, marco de inmediato, sus piernas no dejaban de temblar y en su intento por controlarse, pudo escuchar: Este es el correo de voz, deje su mensaje después del tono. Asumía que ella no quería contestar, así que volvió a llamarla, pero esta vez un: Lo sentimos, el número que marcó esta fuera de línea. Ella apago su celular, la impotencia rápidamente se apoderó de él, pero con el consejo de sus amigos, aquellos que se consideraban «expertos en el amor», pronto dejo de insistir.

Mary, con cada paso que daba de regreso a casa, sentía que algo dentro de ella se rompía en pedazos y la voz de cada persona que le decía que dejara a Ricardo, tomaba más fuerza en su cabeza. Sin saber qué hacer con todo lo que estaba pasando, decidió salir a correr, apenas eran las 09:00 am así que la ruta por la que solía correr, ya debía estar vacía.

Peinó una coleta alta en su cabello, vistió un deportivo plomo, zapatillas blancas y colocándose sus auriculares, reprodujo su mejor lista de canciones. El «modo avión» del celular eran una tremenda opción para correr, después de todo podía perderse por un instante. Entonces esta vez, cambiaría de ruta sin darse cuenta, aun si la música se apoderara de ella, era evidente que su situación sentimental no podía salirse fácilmente de su mente, y siguiendo firme hacia adelante por la calle que acostumbrara correr, se desvió.

Joaquín, que había visto a Mary en algunas ocasiones cuando ella terminaba su bailo terapia, había estado planeando ir con su prima a dicha actividad, con el único afán de conocer a Mary, y ya estando dentro se le ocurriría alguna cosa para saludarla. Uno que otro chiste y poder ser alguien confiable para la muchacha, era como que todo lo tenía planeado, lo que no sabía, era que no la conocería en la noche, y tampoco en la bailo terapia del barrio.

Joaquín había salido pronto de casa, y con una encomienda de forma inesperada había conducido hasta la ruta en la que la gente acostumbraba correr en la mañana, pero al percatarse que eran las 09:20 am, sabía que estaría despejada, así que no le vendría nada mal un poco de velocidad en el camino. Al adentrarse en la ruta mencionada, se dispuso a acelerar poco a poco. Piso el acelerador, ¡Madre mía!, de no haber estado con sus 5 sentidos, pudo haber arrollado a la chica que quería conocer. Mary, había salido de forma improvista de una de las calles que desembocaban al carretero principal por el que conducía Joaquín. Los milisegundos más importantes de la vida de Joaquín llegaron esa mañana, al ver que la chica salió sin previo aviso, le obligaron a frenar rápidamente, entonces dejo la marca de las llantas sobre el asfalto, sonido y susto que hicieron que Mary, se detuviera y cubriera su rostro con ambas manos.

El susto pasmó a ambos jóvenes, rápidamente Joaquín bajó del carro a ver a la muchacha que casi atropella, y sorpresa, era la chica que intentaba conocer. Así que no sabía si estar asustado por lo que paso o feliz por haberla encontrado esa mañana. Un par de palabras y asegurándose de que fue un susto apenas, Mary pedio disculpas al muchacho, pues ella reconoció que fue su culpa. Joaquín al escuchar la disculpa de la joven aumentaba más su interés por conocerla. Él la invito a subirse a su carro y llevarla de regreso a casa, sin nada que perder y casi distante de todo lo que sucedía, ella acepto.

En cuanto arrancó el carro, Joaquín volteo a ver a joven, de pronto una lagrima bajaba por su mejilla, pensó que era por lo sucedió, que quizás la emoción del momento hizo que su reacción se estancara y se liberara a través del llanto, así que le dijo: ¡Hey!, también ha sido mi culpa, asumí que no habría nadie cerca, perdoname. Mary escucho esto y se limpió la mejilla de prisa, y menciono: no, lo que ha sucedido ha sido para que me detuviera, no sabía a donde iba, gracias por encontrarme.

¿No sabía a dónde iba?, ¿Encontrarla?, pero que estaba pasando se preguntó Joaquín, entonces no espero más tiempo para preguntarle a Mary por lo que le pasaba. Joaquín detuvo su coche, y tras 30 minutos de conversación, dedujo que la joven estaba tratando de asimilar lo que se sería la ruptura de una relación amorosa. De cierta manera podía ser algo favorable para Joaquín quien contemplaba a Mary desde lejos, pero verla triste no era lo que él esperaba, cuando planeaba conocerla.

Quien diría que un extraño para Mary, se volvería su confidente, ella no supo disimular esa mirada tan triste, así que Joaquín le conto un par de chistes, ella no dudo en reírse a lo que más podía, y con esa sonrisa él se quería quedar. Hace tanto tiempo no me había reído, hace mucho tiempo no había conversado con alguien, hace mucho tiempo no me había sentido bien al viajar en carro, había mencionado Mary. Cerca de las 9:55 am, el sol alumbrara con más intensidad, pues este ya había rebasado la nube que lo cubría. Joaquín detuvo el coche y se bajó, abrió la puerta y bajo a Mary, mira tengo algo que decirte:

A el sol también le tomo tiempo rebasar a esa nube, aunque la nube es pequeña al juntarse con una más grande, le ha quitado luz, así es la vida, pueden ser situaciones grandes o pequeñas las que debamos superar, pero si no las superamos, ellas son capaces de hacerse más grandes, entonces debemos ser como el sol, tomarnos el tiempo para superar esos problemas, pero una vez que se lo ha hecho brillar con más intensidad que nunca.

Mary, tenía claro lo que debía hacer, por primera vez, su corazón estaba tranquilo, parecía que ver al sol brillar, le recordó su valor como persona y poderle dar un adiós definitivo a Ricardo, así es como estamos muchas veces, rodeados de Ricardo que dicen quererte, pero en realidad no saben qué hacer con todo el cariño que les das, les falta honestidad y eso los condena a quedarse en el pasado de una persona.

Entonces, era cierto, todos somos responsables de aquello que nos pasa, las situaciones desagradables están en nuestra vida como nubes oscuras en el cielo cuando quiere llover, lo bueno de todo esto es que siempre se presentará un Joaquín para generarnos un buen susto, y hacernos recordar que podemos salir adelante, con ese brillo que nos caracteriza.

Abre bien tus ojos, Joaquín puede estar muy cerca.

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