Había una vez dos críos…

Había una vez dos críos, cada uno en su mundo, cada uno con sus cosas, sin saber uno del otro,  los críos llevaron una vida normal, con padres amorosos que les querían mucho, era una vida feliz, pasaron los años y estos dos críos se cruzaron por primera vez, no se hablaban, uno de ellos era demasiado tímido, sin embargo, el otro, que ya conocía a más personas no era nada tímido y al verlo solo se le acercó, comenzaron a hablar aunque no por mucho tiempo ya que la clase estaba por comenzar, pasaron los días y estos críos se hicieron muy amigos, comían juntos, salían juntos, básicamente hacían todo juntos, así pasaron dos años, hasta que llegó el momento de elegir una escuela nueva para continuar con sus estudios.

Ellos insistieron por ir a la misma escuela, no se querían separar lamentablemente eso no fue posible.

Ambos pensaban que a pesar de que no se quedaran en la misma escuela podrían seguir haciendo todo lo que pudieran juntos y sin más que decir ambos fueron a casa sin saber que algo más les esperaba.

Llegó el primer día de clases en las escuelas nuevas, antes de salir ambos acordaron contarse todo lo que pasara regresando de clases y así fue, tuvieron un buen día, hablaron con personas nuevas y conocieron un poco el nuevo ambiente en el que estarían durante 3 años, así pasaron los días y ellos seguían con su rutina.

Se acercaba el cumpleaños de uno de ellos, el más alegre le preparó algo para celebrar pero, por una causa externa a ellos no se pudieron ver el día que habían acordado, eso fue triste para ambos pero como en unos días era el cumpleaños del otro crío lo dejaron de lado, finalmente llegó el día en que se verían, fueron varios amigos del crío y, por supuesto, su amigo, ese se la pasaron increíble, otra vez estaban juntos y cuando por fin llego la hora de despedirse nuevamente ambos mostraron la mejor de sus sonrisas, se dieron un fuerte abrazo y así acabo el día.

Luego de ese día los mensajes, las pláticas y llamadas fueron desapareciendo poco a poco, el chico más alegre sabía que algo anda mal pero no se atrevía a preguntar, empezó a caer en depresión, intentó apoyarse de otras personas, intentando encontrar nuevos amores que llenaran ese vacío pero nadie podía remplazar al otro crío con el que vivió tantas cosas.

Por otro lado el crío tímido parecía no importarle lo que le pasara al alegre, pensaba que solo lo hacía por moda, algunas veces intentaba ayudarlo pero no sabía que solo empeoraba su estado y el otro crío iba apagándose más y más con el pasar de los días.

Llegado el siguiente año, cerca del cumpleaños del crío tímido, el más alegre haciendo lo posible por recuperar la amistad que se estaba perdiendo empezó a hacerle un regalo, pero no era un regalo cualquiera, como lo conocía casi tan bien como la palma de su mano pensó en algo increíble para darle, comenzó a dibujar personajes de una serie que al crío le encantaba mucho, se tardó varios días pero logró terminarlo antes del cumpleaños del otro crío, sabía que debía hablarle pero sinceramente no sabía ni que decirle, ya que, para ese entonces llevaban varios días sin hablar pero, lo hizo, todo parecía ser como antes, lamentablemente y como la vez anterior no se pudieron ver en a fecha que habían acordado, pasaron los días y como se acercaba el cumpleaños del crío más alegre pensó en invitarlo a festejar, estaba tan feliz de hacerlo de poder ver al crío y poder darle su regalo que con tanto esfuerzo le había hecho pero, sus padres le dijeron que no, esto lo destrozó.

Aunque no fue tan malo, esto ayudó a que los críos volvieran a hablar, aún así no era lo mismo de antes se notaba que todo era más forzado, los temas de conversación se iban acabando, ambos se comenzaron a aburrir y como era de esperarse dejaron de hablar.

(Si has llegado hasta este punto de la lectura te pido que tomes un descanso, que tomes agua o que vayas y te prepares algo para comer, esta lectura esta por terminar así que por favor ve y descansa un poco la vista, sin más que agregar, continuemos.)

Pasados unos meses, en el último año de su escuela que apenas estaba empezando, los críos ya casi no hablaban apenas y se saludaban, ambos intentaron alejarse pero no podían, ninguno quería irse del lugar donde fue feliz en su momento pero sabían que si seguían con esto les iba a seguir doliendo y no lo iban a permitir, el crío alegre intentó alejarse del otro por varios días, por meses pero ya no podía vivir sin este y cada vez que volvían a hablar se atormentaban más, el crío tímido siempre que podía intentaba hacerle saber al otro que lo quería, que quería seguir a su lado, que nunca lo iba a abandonar esto lo hacía porque tampoco le gustaba la idea de olvidar todo lo que pasaron juntos, sin embargo lo único que hizo fue hacer que el crío alegre decidiera cortar toda comunicación lo más rápido posible.

Así siguieron durante meses decidiendo si se alejaban o no, y en noviembre del 2020 más específicamente el 27 el crío alegre por fin se decidió empezó a escribir lo que salía de su corazón, fueron las palabras más sinceras y las más dolorosas, sabía que lo perdería, estuvo haciéndose a la idea pero lo único que logro fue comenzar a llorar pero eso no lo detuvo y envió el mensaje, lo bloqueó y se fue a dormir.

Se preguntaran el por qué de esta lectura o tal vez no, pero se los diré, uno de esos dos críos soy yo y quise contar lo que pasó desde mi punto de vista.

Apenas van unos días desde que no le hablo pero siento que fueran años sin saber de el, ya no puedo hacer nada solo lo lastimaría y no puedo permitirme eso, espero algún día volver a cruzarme en su vida y les prometo a todos los que lean esto que esta vez haré las cosas bien, no lo voy a dejar ir, no otra vez, pero esto solo pasará si volvemos a coincidir porque si no yo tendré que vivir con la idea de que lo perdí…                                                                                                                                                                                                                   Gracias por su atención.