Mi plácida canción.

Si tú fueses una canción, yo la cantaría plácidamente.
No es ninguna equivocación, eres dueña de mi mente.

Fuiste quién iluminaba mis días como aquel sol de mi corazón,
siempre me despertaba pensando en ti sin ningún motivo o razón.
Truenos sentía dentro de mi interior al ver que me rechazabas,
lo peor de todo fue que no te importaba y fácil me remplazabas.

Toda la gente de ti me advirtió pero yo no escuche,
temía que todo lo que decían fuese verdad y al final fuiste como un serruche.
Un serruche que a la mitad corto mi corazón sin piedad alguna,
de noche me encontraba llorando y me desahogue con la luna.

Yo era una persona optimista y creyente del amor,
ahora soy esclavo y seguidor del puro y profundo dolor.
Yo al principio tantas veces quise negar mis sentimientos,
pero mientras más lo hacia tu más llegabas a mis pensamientos.

Y ahora que estoy realmente aprendiendo a vivir sin ti,
te pido por favor que ya no vuelvas por nada del mundo a mi.
Te ruego que me olvides de verdad así como lo estoy haciendo,
y no, con el dolor de mi corazón te digo que no estoy mintiendo.

Si tú fueses una canción, escaparía de esa melodía.
No es ninguna equivocación, el amor ya me lo advertía.