Los perros aman a sus amigos y muerden a sus enemigos, casi al contrario de las personas, quienes tienden a mezclar amor y odio.
Con esta frase quiero iniciar con la historia de mi perro llamado Braulio la historia no es muy larga pero si es bonita de cómo lo conocí.
Cuando lo conocí era callejero. Mi madre en ese entonces tenía un local de abastos y licorería la mayor parte del tiempo pasaba en el local, hasta que un día un perro se acercó a la puerta del local y yo le acaricié y le di Procan.
El perro era muy bonito blanco y juguetón, le puse de nombre Braulio como era callejero venía todos los días a las 3pm por su comida, mi madre al principio no lo quería, cuando le daba su comida mi madre me regañaba, así que para evitar eso le daba a escondidas de mi mamá.
Entonces un día hablé con mi papá y él me ayudó a convencer a mi mamá para adoptarlo, en un inicio mi madre no lo quería ni si quiera mi abuela, así que mi papá le dijo a mi madre de que le dejemos a Braulio en el local una noche para que cuide, no quería aceptar pero yo le dije que si estaba sucio el local yo limpiaría entonces con esa condición mi mamá aceptó.
La primera noche que él se quedó fue un perrito muy limpio, esperó toda la noche para poder irse a hacer sus necesidades en otro lugar, desde ese entonces mi mamá le empezó a tomar cariño, y con el tiempo todos le adoraban a él, los vecinos de la ciudadela, mi familia y en especial yo que lo adopté. Hasta la actualidad él está conmigo y es un perro muy feliz, y duerme conmigo de vez en cuando.
Esta foto es de hace 3 años atrás.

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