Capítulo 4
— ¡No es justo! — Johan dijo entre dientes
— Somos tus padres, para ti en esta casa nada será justo hasta que crezcas y tengas a tus propios hijos — dijo el señor Montanna, padre adoptivo de Johan — Ahora vas y empacas tus cosas necesarias. Irás con nosotros
— No puedo ir, no puedo dejar a Jennifer…
— Pero vas a ir, ni siquiera te estamos preguntando
Johan, enfadado fue hacía su habitación haciendo corajes y maldiciendo en voz baja. Cuando llego, aventó una maleta a la cama y comenzó a empacar
Entre ropa y accesorio ligeramente maltratado por la rabia de Johan, él se dio cuenta de que debía hablarle a Jennifer, pero en cuanto comenzó a buscar su celular recordó que lo aventó al agua:— ¡Idiota! — se dijo así mismo. Así que fue al ordenador, y abrió el chat e inmediatamente inició una conversación con Jennifer
JM: ¿Hola?
JD: …
JM: Por favor, Jennifer… lo siento por dejarte así anoche.
JD: ¿En serio lo sientes? Estuve preocupada por ti. Mejor olvídalo, no quiero hablar contigo, estoy muy molesta.
Johan comenzó a tener un mal sabor de boca en cuanto inició la conversación, pero decidió ignorarlo
JM: Me iré a casa de mi abuela adoptiva… regreso en una semana. Solo me conecte para decírtelo. Sino quieres hablar está bien, adiós. Espero podamos vernos la semana que viene. Cdt <3.
Johan para evitar ver la respuesta de Jennifer, se desconectó y apagó el PC. Se quedó sentado pensando en si sería buena idea desconectarse de Jennifer después de una noche así, unas lágrimas comenzaron a caer y sintió un enorme vació. Después de varios minutos así, rápido empacó y llevó la maleta abajo; no llevaba nada importante, solo su ropa, perfume, zapatos y su reloj
— Iré con Max, a despedirme
— Nos iremos a las 05:00 de la tarde, te quiero aquí media hora antes — gritó desde la cocina la señora Montanna
— Vale… — respondió Johan cerrando la puerta detrás suya
— Estoy enamorándome — dijo Max mientras apretaba botones a lo loco en el control del videojuego
— Si vas en serio… suerte
— ¿Por cuánto tiempo te irás?
— Por una semana, como siempre — respondió Johan mientras hacía lo mismo que Max
— ¿Jennifer lo sabe?
— Ella solo sabe de Gabriel, de mi no sabe nada — Max pauso el video juego y miró a Johan
— Gabriel terminó con su novia, lo leí en su estado. ¿En serio la dejaras una semana sola?
— Mira, Max… lo bonito del amor es que no te tienes porqué preocupar de esa persona, porque si te ama de verdad, jamás intentará algo para dañarte. Es fácil, si quiere estar con él que me termine. Yo no soy padre de nadie como para estarme preocupando… — dijo Johan aunque por dentro, comenzó ese sentimiento de preocupación
Max dio un enorme suspiro — Bueno, lo tuyo también va en serio. Espero que todo se mejore entre ustedes dos
— No lo creo. Ella me dañó como nunca nadie lo ha hecho, me está haciendo pedazos. Ya no seguiré intentándolo. No puedo
— Entonces terminala
— Tampoco puedo, tal vez yo ya no tenga fuerza para seguir en esto, pero la sigo amando… y ese es el maldito problema
Ha pasado un día y medio desde que Johan partió a casa de su abuela, es un pueblo no tan alejado de su ciudad, pero si lo suficiente como para no volver por su propia cuenta. No ha hablado con Jennifer y su corazón siente un gran vacío y a la vez, un mal presentimiento.
A veces el amor nos ciega completamente haciéndonos creer que seguir sufriendo esta bien si sigues amando a esa persona… pero no es así. O al menos, no para Johan.
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