Se despertó temblando de frío y miró alrededor. No se acordaba siquiera de cuánto tiempo había pasado.

Las blancas paredes de la habitación seguían agobiándole. El minúsculo espacio no tenía decoración aparte de la estrecha cama pegada a la pared. Entonces la puerta se abrió.

-Hora de la medicación

Otro día más en ese asqueroso psiquiátrico.

*¿Por qué estaba en el psiquiátrico?

En el exterior no se veía ni un alma a causa de la lluvia y la oscuridad no ayudaba. La luz se había ido y costaba distinguir las figuras. Entonces un relámpago iluminó momentáneamente la habitación, y allí estaba él con su sonrisa sarcástica.

Cogió rápidamente las tijeras que llevaba consigo y se dejó llevar. Clavo el arma varias veces en la carne y el cuerpo herido cayó al suelo envuelto en la oscuridad, desangrándose lentamente. Al fin se había salvado.

La luz volvió, pero no había nadie más allí. La ansiedad se apropio de la razón y entonces grito de dolor.

Cuando lo encontraron, tuvieron que trasladarlo al hospital para curar sus propias heridas

*¿Por qué llevaba unas tijeras?

Volvía de trabajar cuando alguien le chistó desde atrás. Se paró y giró, pero no había nadie. Siguió caminando algo más rápido y escuchó las pisadas detrás de él. Se volvió a girar pero seguía sin ver a nadie.

Esta vez caminó más despacio, prestando toda la atención de sus oídos. Giró la calle para poder mirar de lado y lo vio. Una figura encapuchada cuyo rostro no podía distinguir.

Esa situación se repitió tres veces más, sintiéndole cada vez más cerca, pero nunca llegó a ver aquella figura.

*¿Por qué empezó a escuchar que le seguían?

Al entrar en el portal sintió un escalofrío. Miró a su alrededor, pero no vio nada. Se quitó los cascos, y entonces lo escuchó. Un leve ruido subía del sótano pero no veía nada. Se giró para abrir el ascensor cuando una mano le agarró.

El vecino preguntaba algo, pero ya no le escuchaba.

* ¿Por qué escuchó un ruido procedente del sótano?

Parecía que el tiempo no pasaba, pero a su alrededor el mundo seguía girando y dejaba que se consumiera hasta tal punto que al mirarse aquel día al espejo no pudo siquiera reconocerse. Había perdido a su yo, aquel que nos identifica y nos protege.

Pero lo peor empezó cuando sin quererlo, empezó a verse fuera de él mismo, haciendo su vida. Empezó a seguirse a cierta distancia, viendo cómo comía o se relacionaba. Pero no estaba allí. No era él mismo.

*¿Por qué no se sentía el mismo?

La vida a su lado le había hecho convertirse en una persona diferente, le había hecho madurar, y ser de otra manera que cuando la conoció. Ahora, solo y sin ella, no sabía cómo tenía que ser, se sentía perdido.

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