La desesperada.

Entre llantos y penumbra estaba la chica desolada como siempre mirándose en el espejo lo desolada que solía estar con una mirada triste y cabizbaja pero con el corazón lleno de sueños y esperanzas anhelando así algún día la felicidad su piel que deseaba caricias aunque solo fuese una vez. Había llegado su momento de cambiar y decidir si sería la chica desolada o la chica que podía llegar a ser amada permitiéndose que la quieran sin ser la desesperada que deseaba ser amada.
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