EN EL FONDO DEL POZO

EN EL FONDO DEL POZO

J.P Durán

06/11/2020

EN EL FONDO DEL POZO

¡A BURRO DESCONOCIDO NO LE TOQUES LA OREJA!

-Refranes Castellanos

Un sujeto se despertó con un dolor de cabeza que lo estaba consumiendo vivo, miró a su alrededor con un rostro de incertidumbre, no entendió muy bien en dónde estaba ubicado, comenzó a hacerse una serie de preguntas a las cuales no encontró respuesta, el hombre se levantó con firmeza y levantó su rostro mirando hacia donde se supone, debería estar ubicado el cielo, sin embargo, solo logró ver una pequeña luz que venía de la superficie de un inmenso túnel vertical, después de no encontrar ninguna respuesta sobre su ubicación actual, le llegó una pregunta nueva que lo dejó paralizado, “¿cuál es mi nombre?”, se quedó en blanco y totalmente en shock después de percatarse de que no sabía ni siquiera su propio nombre, acto seguido también se volvió consciente del desconocimiento de quiénes eran sus padres, sus amigos, la carrera que estudió, su trabajo y dónde vivía, el sujeto se encontró tan confundido, que lo podemos llegar a comparar con la incertidumbre que puede llegar a sentir un bebé al nacer si fuera consciente de su existencia; comenzó a temblar un poco y a sentir un ataque de ansiedad, el sujeto analizó con la poca luz que tenía todo el circulo sombrío en el que yacía de forma impaciente, se detuvo un momento para observar que tenía un tatuaje en su antebrazo con un número que era 222, a medida que iba dando la vuelta al pozo fijándose en cada mínimo detalle, se encontró con un enorme agujero en el borde, él se detuvo a observar su profundidad, no logró ver absolutamente nada dada la oscuridad del lugar, el hombre que por el aspecto de su piel y de sus brazos ya lograba deducir que era alguien joven que no pasaba de los 30 años, comenzó a preguntarse qué habría al final del hueco, si a lo mejor había un camino que lo llevara a la superficie o por lo contrario solo un abismo muy profundo que lo llevara a la muerte, el joven llegó a la conclusión de que sea cual sea entre esas dos opciones que él mismo se planteaba, era una salida a la situación en la que se encontraba, el joven tomó la decisión de saltar, se encontraba al borde del agujero a menos de un centímetro de caer, sin embargo, le llegó esa sensación de paz al saber que sería el final de su pesadilla. En el momento en que el decidió mantener el equilibrio con una sola de sus piernas y estar a punto de dejarse caer por la fuerza de gravedad, escuchó desde el fondo de ese abismo una voz desgarradora diciendo: “ESPERAAAAA, NO LO HAGASSSSSSSS”, el joven empezó a tambalearse violentamente y por muy poco cae al agujero, la voz continuó hablando y dijo: “Estoy aquí abajo sin salida, por favor sácame de aquí”, obviamente nuestro joven anónimo, primero se lo tomo con algo de desconfianza y le hizo un pequeño interrogatorio a este nuevo personaje, sin embargo, había algo que le llamaba mucho la atención en sus respuestas, éste sujeto sí sabía su nombre y de dónde venía, resultó ser un abogado llamado Andrew reconocido en los Ángeles; después del interrogatorio nuestro protagonista se vio con más confianza en el abogado, tomó la determinación de encontrar la forma de sacarlo de ahí, comenzó a buscar por los alrededores del enorme agujero de forma desesperada algo que lo pudiera ayudar. En un rincón encontró una maleta deportiva, se acercó con curiosidad a inspeccionarla y la abrió, en su interior se encontró con un choque emocional que lo dejó confundido, comenzó a mirar que habían muchas fotos familiares que por alguna razón le hacían sentir nostalgia, vio un pasaporte, licencia para conducir y otros documentos, segundos más tarde entró en razón y se dio cuenta que eran sus pertenencias, llegaron recuerdos de forma violenta sobre quién era y sobre su pasado, sin embargo este momento de romanticismo consigo mismo fue interrumpido por los lamentos del sujeto en el hoyo. Se dio cuenta que unos metros más adelante del bolso había una soga, sin pestañar por un segundo se dirigió hacia la soga tomándola con firmeza y arrojándosela al abogado, después de unos minutos el abogado subió con algo de dificultad. Cuando se encontraron cara a cara, el protagonista agarrando el bolso de sus recuerdos como un tesoro invaluable le dijo al abogado que su nombre era Ferney, un ex piloto de la fórmula uno que había alcanzado ganar todos los campeonatos posibles en su categoría; por la forma tan frenética en que lo contaba, el abogado notó que Ferney recién se había acordado de todo eso, así que decidió escuchar múltiples historias de sus logros por un tiempo hasta que se calmará, lo que no sabía nuestro abogado era que Ferney tendría más de una historia por contarle, y lo que en un principio quiso ser un rato, se convirtió en un trayecto de un par de horas.

Ferney comenzó a quedarse sin saliva después de una extensa intervención sobre su vida, aún tenía mucho por contar, pero al sentir que ya le estaba doliendo su garganta y sumando la cara de sueño que tenía Andrew, decidió parar para encontrar una solución a la situación en la que ahora ellos dos se encontraban, no tenían comida ni bebida, sentían que comenzaba a escasear el oxígeno en el ambiente, tenían que encontrar una forma de salir de ese lugar; comenzaron a idear una serie de estrategias y de hipótesis que realmente no servirían para nada, hasta que el abogado hizo una deducción no muy brillante pero sí lógica y dijo: “y si hay alguien más arriba? como lo estabas tú cuando yo desperté”. Ferney levantó su mirada con un brillo de esperanza y comenzó a pedir ayuda a todo pulmón, con el tiempo Andrew se unió a su idea y comenzó a gritar, después de unos segundos ambos observaron que una sombra tapó el pequeño punto de luz que había en la superficie y ésta dijo: “Gracias a Dios no soy el único aquí atrapado, yo soy el número 333, ¿ustedes quiénes son?”, Ferney contestó con el número de su tatuaje siendo el 222, Andrew se dio cuenta que él también tenía un tatuaje en su antebrazo y contestó que él era el 111, Ferney comenzó a explicar todo lo sucedido hasta el momento, los detalles más importantes poniendo al día al 333, cuando llegó al punto de la historia donde él sacó a Andrew del fondo del pozo; propuso esa misma solución, que buscara por los alrededores de su circunferencia algo que pudiera ayudarlos a subir hacia donde estaba él, nuestro nuevo personaje buscó hasta que vio una soga posicionada cerca del agujero, acto seguido lanzó la soga y dejó que la gravedad hiciera su trabajo, una vez la soga reposaba en el suelo, Ferney y Andrew tuvieron una pequeña discusión, al parecer Andrew no confiaba en el 333, él tenía la creencia de que él era el secuestrador que los tenía ahí en el fondo del pozo, y que esa cuerda no era más que una trampa para que una vez arriba, los matara el a ambos o incluso les hiciera algo peor que matarlos. Ferney entró en duda sobre el sujeto de arriba si era de fiar o no, mientras él tenía su cabeza llena de dudas implantadas por Andrew, Andrew vio que en las paredes de ese nivel las piedras estaban mucho más salidas en comparación del hueco donde él se encontraba, le dijo a Ferney que le observara escalar y que así se daría cuenta de cómo hacerlo después de él. El 333 no entendía qué podía estar pasando, cuando vio a Andrew escalando a más de 6 metros sobre el suelo la pared, teniendo la cuerda que él había acabado de extenderles, sin embargo, en el momento en que Andrew se estaba acercando a la mitad del camino, a unos 14 metros de altura, sus brazos ya cansados cometieron un error al agarrar una piedra que estaba suelta de la pared, Andrew cayó de forma precipitada hasta llegar al suelo, su cuerpo quedo tan aplastado y ensangrentado que si alguien tomará una foto de ese momento podría hacer perfectamente de esa, un cuadro de Goya. Ferney al ver el escenario tan horripilante se dio cuenta que su única alternativa era confiar en el 333 y aferrarse de esa cuerda, sin embargo, cuando se acercó a la soga, el 333 vio algo que lo sacó de quicio, resultó que Ferney se amarró a la cuerda con todo y el bolso que encontró con sus recuerdos, obviamente el 333 le llamó la atención y le dijo que eso era una locura, que la cuerda no podía soportar tanto peso ya que ese bolso no era precisamente algo pequeño. Ferney en su arrogancia le explicó que temía volver a olvidar quién era , que si eso sucedía, el bolso tenía que estar ahí con él para recordarle su identidad, ya que respirar sin saber siquiera cuál era su nombre, era como estar muerto. Siguieron discutiendo por un buen tiempo, hasta que al final el 333 al ver que Ferney no quería abandonar su pasado en forma de maleta, decidió ceder y dejarlo escalar, Ferney comenzó ascender poco a poco hasta suspenderse unos 17 metros sobre el suelo, lastimosamente en el metro 18 la cuerda comenzó a hacer un sonido que a ambos los dejó totalmente congelados, y finalmente se rompió, Ferney cayó de forma vertiginosa abrazando su bolso hasta que finalmente tocó el suelo y murió, su cuerpo quedó en un estado muy similar al de Andrew. El 333 miró el panorama tan trágico que había en el fondo, suspiró aliviado y dijo: “ufff de la que me he salvado, yo sí decía que esa soga que estaba colgando atrás mío hacia la salida no debía de tener nada bueno, gracias a Dios no me atreví a agarrarla, esperaré, que la ayuda ya debe de venir en camino”.

Resulta que más arriba de la cuerda que no agarro el 333 se encontraba el camino al cielo, y en la cúspide del mundo se encontraba Dios observando lo sucedido y dijo: “Acá se vio reflejado los problemas más grandes que tiene el humano, el primero de todos (111) duda de la mano que se le es extendida para ayudarlo y la cuestiona, es de esas personas tercas, que creen tener la razón en todo y les gusta hacer las cosas a su manera; el segundo(222) no sabe que para poder aprender nuevas cosas tiene que olvidarse de lo antiguo, ya que esa forma de ser, y esas creencias lo han llevado al problema en el que se encuentra en ese momento, si no aceptas que lo que crees está mal, no podrás aprender nada, ya que si vas cargado de equipaje viejo no habrá lugar para uno nuevo, y si cometes el error de llevar más equipaje del que puedes cargar, terminarás sin saber quién fuiste y quién pudiste haber llegado a ser; el tercero(333) en mi opinión es el más ignorante de todos, es ese individuo que al ver los fracasos en los intentos de los demás, decide no hacer nada, es ese al que le rompen el corazón una vez y decide no volver a enamorarse de alguien más otra vez, es ese cobarde que no toma riesgos para avanzar en la vida sin miedo a fallar, por eso mismo hijos míos recuerden, primero acepten ayuda, luego reconozcan que lo que sabían en un pasado estaba mal y por ultimo no teman a fallar pese a ejemplos o experiencias propias”.

Se dice que Dios mira día a día estos errores en los hombres y llora de forma desconsolada, Él mira la terquedad del hombre negando ayuda de amigos, familiares, profesores y personas que los aman de verdad, se dice que Dios siempre sufre con la ignorancia del hombre, pero a pesar de eso, siempre está dispuesto a lanzarte una soga. Una historia para todos aquellos que no aceptan ayuda de sus seres queridos, pero muy en el fondo saben que la necesitan, no se queden en un pozo sin luz perdiendo el tiempo, agarren esa cuerda, y vean el mundo con otros ojos.

J.P DURÁN 5/11/2020

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