Me quedé sorprendido al ver a Alejandra con la barriga de gran tamaño. Pensé que estaba embarazada, así que no me le acerqué. Los recuerdos sobre esos momentos me son vagos, tal vez ella se me acercó a hablarme y nos quedamos por un largo tiempo.

Me explicó que a causa de su enfermedad, su barriga se hinchaba y sus heridas le eran difíciles de sanar.

No entendía su enfermedad, pensaba que era algo terrible pero no era capaz de comprender su funcionamento.

Hablamos toda la tarde, creo que mi interés por ella se había esfumado. La divergencia de nuestros caminos.

Sería la última vez que habláramos. 

Entre mayo y septiembre del 2003. No hay registros en mi memória de la cantidad de días o las veces que pude darle un saludo. A lo lejos podía hacerlo pues siempre estaba acompañada por quien fuera su marido.

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