Tiembla el sonido de mi aliento,
tiembla entre el afán y la prudencia,
tiembla aunque sea un momento
el momento en que ve nacer la ciencia.
Es el arte que apacigua a los curiosos,
la simpleza y la extrañeza que hesita,
que con papel y lápiz no marchita,
frente a la duda la conciencia.
¿No es aquella que en su danza
le da ritmo a la materia
al compás de repulsiones,
atracciones y otras fuerzas?
¿No es aquella que desnuda,
martillo y cincel en mano
los misterios emergentes,
descubriéndolos en el mármol?
¿No es aquella que en las noches
donde invade el desconcierto
brinda abrigo, brinda arropo
brinda un paso hacia el encuentro?
Es aquella que perturba
lo que yace inmaculado
¿Sin preguntas, sin respuestas
la existencia vale de algo?
Son delirios insensatos,
productos de idolatría,
ciencia estricta, ciencia fría
hacia el ser hay apatía.
Es debate permanente
su carácter de exhaustiva,
si acaso discrimina
la experiencia subjetiva.
Limita la percepción,
trata sólo lo tangible.
Hay problemas prominentes
que descartan día a día
Siendo así de excluyente
se potencian las distancias,
cada uno por su lado,
no hay encuentro, no hay confianza.
Bien entiendo tu postura,
es la esencia de lo humano.
Poco hubiéramos durado
inquiriendo a cada paso.
No pretendo la omnisciencia
y sería equivocado
basar toda decisión
en lo cierto y lo probado.
Hay espacio en este mundo
para diálogo y debate
para exploración constante
y charlas trascendentales.
Sin embargo me mantengo
mantengo mi convicción
la belleza de la ciencia
no implica su exclusión.
Es crescendo, expectante,
equilibrio inestable,
el instante suspendido
previo al cambio inexorable.
Todo cae, pieza a pieza,
se acomoda en armonía
pinta con un sólo trazo
la elusiva epifanía.
Cambia el resto en consecuencia,
es nuevo el significado,
ya completa la sinapsis,
enfrentamos el pasado.
En el aire, ahora denso,
la presencia inmaterial
de una sombra obnubilada
con un rostro familiar
Familiar pese a lo ajeno,
te conmueve ese reflejo
pese a estar del otro lado,
Pese a haberlo transitado,
Pese al cuerpo compartido
se encuentra disociado.
En la realidad de vuelta,
se asoma una sonrisa,
el paso se ha completado
en espera, aún hay varios.
No es cansino en lo absoluto,
tampoco reiterativo,
es desglose paulatino
del motivo de estar vivos.
¿Es entonces, pues, la ciencia,
dictadora escrupulosa?
No es malicia, es prudencia
evasión de decadencia.
No son nada comparables,
los papeles que interpretan.
Cada enfoque aporta en creces,
cada uno con sus metas.
Es aquella que arrulla,
canta en lógicas secuencias,
y te guía dulcemente,
hacia nuevas consecuencias.
Es aquella que es falible,
y corrige sus errores
surgen, caen paradigmas,
como civilizaciones.
Es aquella que convoca,
es aquella que interpela
es ella transformadora,
es así mi amada ciencia
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