Si abro la ventana se va todo el dolor,
deja que entre la luz de la nube de tus ojos
deja que la piel tape todos los pozos que tiene el camino,
el que va desde tus pies al fondo de aquella cajita,
donde guarde el último roce de nuestras manos.
Si abro la ventana puede que entre el olor a jazmín,
el que me diste aquella tarde de Domingo,
para que coloque en el centro de mesa
y me inunde la armonía del mate de té a tu lado,
los días de primavera, en aquellas sillas de mimbre blanco,
casi puedo ver tus venas azules queriendo salirse,
como deseando abrazar el aire del afuera,
y hoy lo hacen.
Tengo tantas cosas por decirte, te escribo por si las dudas.

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