Estaba parada viendo como lentamente se acercaba a mí, mil sensaciones recorrían mi cuerpo, mi corazón, mi mente, solo no podía parar de mirar ese ser que tantas sensaciones me generaba, su forma de moverse, los ojos clavados a los míos y ese pequeño espacio que no parecía acabar jamás, mi cuerpo temblaba de ansias de tocar el suyo, mi corazón latía sin parar y mi mente solo no paraba de pensar en lo que me habían enseñado como correcto.
Tengo miedo! que debo hacer? no quiero pasarme la vida siendo alguien que no soy, pero tampoco quiero pasármela explicando o justificando mis elecciones, quiero que amar sea lo mismo para todos.
En tiempos donde todo es una incertidumbre, donde los viejos se horrorizan y los jóvenes luchan batallas sin sentidos, donde piden lo que no dan, donde la paciencia no existe y las formas nos lastiman, yo no elijo salir a luchar por ser quien soy…
Finalmente llego hasta mí, me agarro la mano y sin decir una palabra me beso, suave, profundo, sin miedo, sin esperar mi reacción, solo y simplemente me beso, todos mis pensamientos se esfumaron en milésimas de segundo y yo solo me entregue, en ese instante me di cuenta que yo no daño, yo amo.
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