Y de pronto entra sin preguntar esa palpitación que no te deja respirar, esas ganas de salir corriendo, la sudoración helada que para ti es fuego cayendo, esas ganas de gritar hasta sentir que te deja tu alma.
Te dices que pronto va a pasar, que pronto te sentirás mejor, pero los pensamientos de invaden, de todo aquello que pudiste haber hecho o de todo lo que haces, de sentirte inútil, incapaz de lograr algo algún día, cuestionarte de cómo te ves, como hablas, como actúas.
Gritas por dentro implorando que pare, que ya no te quieres sentir así, que tu eres una buena persona, del por qué te pasa eso a ti, comienzas a llorar rogando a Dios que todo termine pronto, que ya no quieres sentir más eso.
Luego de un tiempo que para ti parecen años comienza a desaparecer, te tranquilizas, te sientes rara pero mejor, poco a poco recuperas tu mente, tus pensamientos vuelven a ser tuyos y es ahí cuando sientes que comienzas a vivir de nuevo.
OPINIONES Y COMENTARIOS