Díganme, ¿por qué tanto luchas por algo que se encuentra incluso muy distante o es imposible conseguir? Sinceramente no lo sé. Deseo poder conocer que es eso, ¿qué es lo que nos motiva a continuar a pesar de todo? Aun cuando estamos a punto de rendirnos o ya no podemos ver la realidad, en ese momento en que nos llegamos a esconder a través de todo para olvidar o evitar que se repita, en vez de tratar de cambiar.

Durante mucho tiempo he estado con esta duda, por lo que he decidido ir a buscar por mi propia cuenta la respuesta. Sé que no será fácil, incluso, puede que el camino no sea tan fácil. Pero todo valdrá la pena, si logro encontrar una respuesta. Ojalá las respuestas fueran tan fáciles de conseguir. Si tan sólo, por un momento, lograra ver esa respuesta sin tener que levantar ni un sólo dedo o realizar algún esfuerzo. Pero, seamos realistas, si esto fuera así de fácil, nadie trataría de buscarlo. Hasta les puedo asegurar, no habría quienes se rindieran durante la búsqueda.

Pero por otro lado, también pienso que si fuera así, digan me ¿Sería tan preciado? La verdad, el simple motivo de estar bien escondido es lo que le da un gran valor. Si tú lo tuvieras, te lo puedo asegurar, no quisieras dárselo a nadie. Serias capaz de olvidarte de todo, hasta entregarías tú propia vida por ello. Si lo tuvieras, no necesitarías de un cigarrillo, una cerveza, etc. Pero, también, a pesar de querer proteger eso, no lo esconderás.

Te puedo decir, esto te puede cambiar la vida. Aunque sea por un instante, sólo un segundo o con tan sólo poder tocarlo en un mili segundo, eso te bastaría para sentirte bien. Lo más gracioso de esto, es que esto tiene diferentes formas, dependiendo de quién lo está buscando. Pero no podemos decir que sea poder o riqueza, incluso, si un rey o la persona más importante, rica, famosa o cualquier otra cosa, daría todo por tenerlo.

Sin más rodeos, les quiero decir que eso era lo que yo buscaba. Mejor dicho, es lo que estoy buscando, tratando de conseguirlo para sólo mí y no deseo compartirlo, si lo lograra obtener. Sé que eso contradice un poco lo que había dicho anteriormente. Pero, bueno, que le vamos a hacer, eso es lo que yo quiero que sea. De esta manera, podré decir a todos «hey miren me. He encontrado lo que ustedes nunca podrán tener». Sí, algo así diría. No me mal entiendan, pero no sé aún dónde esté. Además, es un poco difícil encontrar a personas que lo hayan encontrado.

Bueno, empecemos de una vez por todas. Mi nombre es Ceslo, estoy en primer año de diversificado ósea cuarto perito, bueno, la carrera no les diré, pero tal vez lo sabrán más adelante. Esta es mi forma en que busque. Aunque sea un poco raro o no sea del agrado de muchos, pero bueno, que más les puedo decir, cada quien tiene su propia forma de ver las cosas.

La búsqueda

En el colegio de San, estudia Ceslo. Es un muchacho que siempre se mete en muchos problemas. No se cansa de hacer una y otra vez travesuras. Pero, siendo su último año de básico, se reunieron todos sus amigos el último día de clases. Deseaban hacer una gran despedida pero, en esta ocasión no tenían mente invitar a Ceslo, ya que no deseaban meterse en problemas por culpa de él. Esto podría ser algo como que muy malo pero, para poder tener un gran recuerdo de sus últimos momentos en básico, no tuvieron otra opción y haciéndolo a la suerte, lanzando una ficha al aire, la decisión fue definida.

Ceslo, que no podía espera a hacer la última broma a sus compañeros antes de ya no volverse a ver otra vez o por lo menos lograr tener un recuerdo, recuerdo de todos aunque este realmente fuera el final todo. Con globos llenos de agua, que cargaba en una mochila, se acercó sigilosamente a ellos pero, al estar a punto de lanzar el primer globo, escucho que unos de sus compañero estaba diciendo «está bien, nos encontramos todo el grupo frente al complejo deportivo a las dos». Al oír esto, Ceslo pensó – no puedo dejar pasar esta oportunidad. Sí aún no me han dicho nada, voy a espera a que me lo digan y luego, cuando me inviten, les voy a dar una gran sorpresa al juntarnos allá -.

De esta manera, Ceslo espero el resto del tiempo que quedaba para que lo invitaran. Pasaron los compañeros junto a él y, aunque entre bromas, Ceslo trató de encontrar una forma de preguntarles, aunque también esperaba a que sacaran el tema y le invitaran. Pero terminaron de despidiéndose sin que le dijeran algo. Ceslo, al darse cuenta de que no sería invitado, decidió ir a verlos en el punto de reunión que habían quedado, ya que posiblemente no le habían dicho nada con tal de darle una sorpresa. De esta manera fue que regreso a su casa y comenzó a planear se, con una risa malévola, el cómo sería la expresión de sus compañeros al verlo ahí.

Llegando la tarde, Ceslo se tomó todas las medidas necesarias para que no se dieran cuenta de su presencia, por lo que llegó media hora antes. Para que esto funcionara, fue a dar una vuelta dentro del complejo antes de ir a ver a sus amigos. Ya casi era la hora en que se iban a juntar, cuando se encontró con uno de ellos, sin que él se diera cuenta se escondió poniéndose detrás de la pared de dónde iban los de natación. De pronto escucho que él hablo por teléfono. Mientras escuchaba la conversación que tenía su amigo con los demás, el simplemente quedó completamente desilusionado. Después, al ver que este continuó hacia el punto de reunión, y sin poder creer lo que había escuchado, decidió dirigirse inmediatamente al punto de reunión. Al ver a todos ahí, se escondió atrás de unos árboles.

Todos comenzaron a saludarse con una gran sorpresa sonrisa. Ceslo estaba a punto de salir cuando escucho esto «qué bueno que no invitamos a Ceslo, de lo contrario todo se hubiera arruinado» mientras decían estas y otras cosas más, Ceslo de pronto perdió el interés por sorprenderlos y sólo esperó a que se fueran para irse a casa. Al parecer no había sido para sorprenderlo ni nada parecido el que no le hayan invitado, sino que era porque realmente no lo querían cerca.

Ceslo comenzó a sentir una combinación de emociones, sentía ira, tristeza, dolor y culpa, quedando sin palabras. Sin dirigirse a ellos, comenzó a ver de todo no había sido más que un montón de apariencias y nada de lo que había vivido era real. Entonces pensó – ¿por qué me molesto en seguir fingiendo? Ya sabía que todo era una mentira pero no quise poder ver la realidad -. Dando la vuelta, comenzó a caminar sin rumbo alguno. Cualquiera que lo viera diría que es alguien con muy buen humor, ya que se miraba con una pequeña sonrisa, aunque fingida muy, ya que no quería que nadie se diera cuenta de lo que en el pasaba. Ceslo seguía con la convicción de ni querer hacer que alguien más tuviera que ver como realmente de sentía en ese momento.

De esta manera, Ceslo pasó el resto del día sentado en los columpios del parque mirando como llegaban varios grupos de amigos a jugar, otros a comer, compartir, competir, etc. Lo único certero era que todos convivían y pasaban un buen momento juntos. Ceslo los miraba llegar, pasar e irse entre risas y sonrisas. El día no era malo, el cielo despejado, un buen sol, el ambiente era agradable ya que tampoco había demasiado frío o calor. Todos podían disfrutar de un día maravilloso. Pero, a pesar de ello, Ceslo no podía notar nada. Para él, se había convertido en un día completamente monótono, ya que no había nada en particular que lo avivara o que lo hiciera terrible. En ese momento no podía decirse que hubiera algo que lo hiciera mejor.

Después de estar por bastante tiempo, ya que terminó llegando la noche, ahí, Ceslo comenzó a dirigirse a su casa. Mientras caminaba entre las luces que cada vez era más fuerte conforme se seguía asomando la noche. Poco a poco, Ceslo, ni siquiera podía ya reconocer que sentir. Ya sólo podía ir como un maniquí. Continuaba caminando, cuando por fin recordó que debía de apresurarse a regresar a su casa, ya que si no lo hacía terminaría en graves problemas. De esta manera comenzó a acelerar el paso.

Al poco tiempo, de pronto vio un letrero que decía «¿Qué buscas?, ¿estás seguro de haberlo encontrado?». Ceslo, a pesar de sentir curiosidad por ver de qué se trataba, no se quedó y continúo su camino a casa. Pero, sí que se diera cuenta, había alguien que lo miró desde la oscura puerta de aquel lugar. Mientras Ceslo se alejaba, ésta solamente sonrió como si hubiera encontrado algo que buscaba o si fuese que hubiera visto algo interesante sin siquiera abrir más la puerta que lo que apenas lo dejaba ver un poco el rostro.

Ceslo, con apenas logró llegar a tiempo a su casa, sudando y tratando de calmar su respiración, que denotaba en él la agitación de haber corrido. Tomó con fuerza y firmeza aire y tocó la puerta. Cuando le abrieron sus su mamá, a Ceslo sólo le pasaba por la mente que no le dijeran nada. Su mamá no le dijo una sola palabra acerca de la hora. Ceslo entró y, mirando el reloj de pared que se encontraba a simple vista en dirección a la entrada de la puerta, se dio cuenta de que faltaban solamente dos minutos para las siete. Sin decir nada, se dirigió directamente a su cuarto, para poder cambiarse la ropa sudada y relajarse. Se pasaba por su mente «qué bueno, llegué justo a tiempo. Si no hubiera pedido permiso hasta las siete, me encontraría en graves problemas».

Al día siguiente, de levantó como era de costumbre. Al ya no tener que ir a estudiar, Ceslo prefería ir a jugar y molestar con sus amigos pero, después de lo que pasó ayer, prefirió ir solamente a dar una vuelta para terminar de despejar su mente. Mientras caminaba, se encontró otra vez con el letrero que vio el día de ayer y, aunque trató de no prestarle atención, la curiosidad le ganó. Estuvo pasando varias veces enfrente del local, hasta que logró tener el valor suficiente como para entrar.

Se acercó poco a poco a poco, miró la puerta y, con un gulp, comenzó a abrir la puerta. Al abrirla, pudo ver que adentro no era nada fuera de lo común sino nada más que una simple recepción y unos sillones de espera. El ventilador se encontraba encendido por alguna razón, al ser que se sentía algo de frío afuera, que no era fácil de tratar de entender. El escenario parecía un poco solitario, al ser que no había nadie y no se encontraba en ese momento el o la recepcionista, no había ruido alguno de aquel lugar, por lo que podía ser fácil concentrarse en sus pensamientos como en poder estudiar. Lo que era extraño es que parecía estar completamente cómodo y a la vez un poco nostálgico.

Se sentó y comenzó a esperar a que alguien llegara y lo atendiera o, por lo menos, hacer pasar el tiempo. Los minutos pasaban y, el reloj que se encontraba en la pared, hacía escuchar el tic tac. No se podía ser más cosas que ver el tiempo pasar. El sueño comenzó a apoderarse de Ceslo. Pudo haber salido pero, como lo encontraba como una buena forma de poder pensar sin que nadie lo molestara o pensaran mal de él, comenzó a divagar en sus memorias. Ceslo comenzó a pensar como había sido todo este tiempo con sus «amigos». Recordó que todo había sido desde el primer día de clases, cuando se conocieron, todo había empezado con unas bromas. Pero, conforme pasaban los días, se dio cuenta de que le era difícil mantener el ritmo de todos los de la clase, por ello fue que prefirió buscar una forma de encajar.

Mientras seguía recordando, de pronto escucho una pequeña voz que le decía – dime, ¿qué es lo que quieres saber? – Ceslo volteó inmediatamente para ver de quién se trataba pero, a pesar que vio por ambos lados, no pudo ver a nadie. Le parecía muy extraño, ya que había escuchado aquella voz tan cerca. De decidió pararse y tocar un timbre que se encontraba en el receptor. Lo estuvo tocando tres veces pero nadie salió. A pesar de esperar un poco por cada vez que toco, en la última, decidió que se iría se nadie salía. Por lo que, despistado de unos minutos, dio la vuelta con la intención de irse. Pero, cuando estaba casi por abrir la puerta, volvió a escuchar la voz que le decía – antes de salir, ¿estás seguro que no tienes nada que hacer? Vamos, rápido, responde ¿que buscas? O, ¿si quiera, estás seguro de lo realmente buscas? Si no respondes no podré saber qué es lo que quieres -. Ceslo, ya algo asustado pero curioso ante aquellas palabras, alejó la mano de la puerta.

Con las manos temblorosas, agachó la cabeza hacia el suelo y, tratando de comprender lo que ocurría, en puño su mano y dio la vuelta para responder. No pudo ver a nadie nuevamente. Ceslo, a pesar de volver a ver hacia los lados, no pudo ver de quién se trataba. Esta vez, sin dudar, contestó – dime quién eres – no hubo respuesta alguna – si no me lo vas a decir, por lo menos. Por lo menos ¡¿dime que debo de hacer para poder encontrar respuestas?! -, la voz, – ven aquí -. Ceslo, escuchando de dónde provenía la voz, se dirigió hacia ella. En una puerta que estaba por la derecha de la recepción, entró sin dudar. Al entrar se encontró con otras puertas y unas gradas al frente. Ceslo, pensando cuál tomar, gritó – ¡¿por dónde debo ir?! – la voz – es aquí -. Ceslo inmediatamente tomó la puerta de la izquierda y, mientras la abría, decía – ya estoy cerca -. Al entrar en esta última habitación, vio a una mujer con una capucha parada enfrente de él. Ceslo, al verla, pensó – ¿ella es quién ne estaba hablando? – la mujer, con una sonrisa, dijo – veo que aceptaste mi propuesta. Pero, veamos si podrás conseguirlo -.

Ceslo, sin saber el motivo, dio un paso adelante involuntariamente. La mujer dio la vuelta y dijo – ya estás aquí. Ahora dime ¿Qué es que quieres? – Ceslo, apartando la mirada, dijo – yo… yo, ¿no lo sé? – ella se rió y dijo – Conque eso es lo que quieres. Buenos, te puedo ayudar a resolver esta duda pero… – Ceslo, al oír esto, inmediatamente dijo – Pero ¿Qué? – al ser que no decía nada respecto a su propuesta. Ella solamente sonrió. Y, Ceslo, dirigiendo su mirada hacia la una pequeña cortina que se encontraba cerca de la puerta que estaba mirando la mujer. Ceslo, un poco tímido, se acercó un poco sin sobrepasar el límite, imaginario, que le había impuesto ella.

Ceslo, aunque cada vez le daba más curiosidad, de pronto se quedó mirando fijamente y sin poder a apartar la vista de aquella cortina. Poco a poco, Ceslo comenzó a sentirse un poco débil. La cortina, al parecer, no era nada normal. Ésta comenzó a verse cubierta en una ruleta de colores que comenzaban a moverse. Ceslo comenzó a ver que este empezó a abrirse y poco a poco a mostrar alguna imagen. La mujer, al ver que Ceslo estaba prestando atención y que la cortina había reaccionado ante él, dijo – creo que eres él indicado para esto – se volteó y, mirándolo fijamente, continuó diciendo – mira. Te propongo algo. Dime que tan fuerte es tú convicción por lograr entender lo que quieres y si realmente estas dispuesto a hacer todo lo posible lograr entender que anhelas -. Ceslo, regresando en sí, miró fijamente la seriedad con la que ella lo miraba y, sin dudar, respondió – Sí. Sólo dime lo que tengo que hacer -.

La mujer lo tomó de la mano y, dirigiéndose a la imagen, que casi comenzaba a distinguirse; y saltaron en ella. Era como una puerta que los dirigió a otro lugar. De pronto, ya no se encontraban en aquel local. Era una pequeña aldea en que se lograba divisar desde la colina en la que se encontraban. La puerta parecía que era un portal que los había enviado a un lugar totalmente diferente. Ceslo, mirando hacia atrás, no pudo ver nada más. La puerta había desaparecido y no podía ver alguna firma de poder regresar y, debido a que no lograba reconocer el sitio, comenzó a entender que ya no se encontraban en su hogar y que probablemente podría también ser una simple ilusión.

Viendo a la mujer, le dijo – ¿Qué es esto? – ella lo vio y dijo – no te debes de preocupar por nada. Te diré algo. Después de haber escuchado lo que has estado pensando y, también, al ver que era respondiste a mi llamado, he decidido que te daré una pequeña prueba de lo que tendrías que hacer para poder entender lo que quieres -. Ceslo, sin poder entender lo que ella le quiso decir, decidió seguirla y ver qué pasaba. Total, como eran las vacaciones y había terminado de estudiar el básico, no estaría de más poder distraerse viendo que es lo quería hacer.

Comenzaron a caminar en dirección a la aldea. Todo parecía estar bien y sin ningún problema. Ceslo, mientras comenzaban a acercarse, pregunto – ¿Qué es lo que vamos a hacer aquí? – la mujer no respondió. Él, después de un rato, volvió a realizar la misma pregunta nuevamente y tampoco tuvo una respuesta. Al intentar la tercera vez, ya que casi habían llegado a la aldea, ella le dijo – no preguntes nada, sólo observa lo que hago y lo entenderás -. Ceslo ya no continuó intentando saberlo. La mujer se quitó la capucha. Ceslo, al poder ver por completo su rostro, pudo notar que era alguien de su edad. Comenzó a dudar un poco pero, después de todo lo que sucedió, prefirió quedarse y ver si no se trataba de algún tipo de juego.

Al entrar en la aldea, ella sacó de su bolsillo una pequeña libreta y dijo – umm, es aquí -. Comenzaron a movilizarse entre la ciudad en busca de algo o alguien. Ceslo, como le habían dicho que ni hiciera ninguna pregunta y que sólo observara, no lograba encontrar sentido a lo que ella quería que él entendiera. Lo único que podía ver era que las personas eran igual a las que él conocía, ni había ninguna diferencia más que el idioma en que hablaban. Ella, al ver que Ceslo intentaba entender lo que decía cada una de las personas, sacó un par de audífonos de su bolsillo diciendo – ponte esto y podrás entender lo que dicen -. Ceslo los tomó y, una vez se los puso, pudo entender que es lo que decían las personas.

Al parecer ellos hablaban acerca de cosas cotidianas como era el trabajo, el quehacer de la casa y conversaciones entre amigos. Pero lo que Ceslo más le intrigaba era el motivo por el cuál se encontraban en ese lugar. Poco a poco se fueron adentrando en el pueblo y, cuando Ceslo creyó que terminarían dándole la vuelta a todo el lugar, que se detuvieron cerca de un pequeño negocio. Ella, antes de entrar, le pidió a Ceslo que sólo viera y no dijera ni una sola palabra, ya que de ello dependía lo que tenían que hacer. Ceslo únicamente contestó con un «de acuerdo» y la siguió.

Ella comenzó a ver algunos de los productos que vendían y a pasar de un lado a otro. Como era como un mini supermercado, se podía decir que se encontraban de compras. Ceslo, mientras pasaban de un lado a otro sin tomar nada, pensó – al parecer únicamente estamos haciendo las compras. No puedo creer que esté haciendo esto. ¿De verdad iremos a hacer algo? Si no es más que esto, tendré que buscar una excusa para salir de esto -.

El tiempo que pasaba comenzaba a parecer una eternidad. Ceslo comenzaba a perder la paciencia y, ya estando a punto de retirarse, vio que ella se detuvo por un instante cerca a unos empleados que decían algo muy interesante. Al parecer hay alguien nuevo que acababa de empezar a trabajar y, lo que ellos tenían en mente era una buena referencia de ésta. Ceslo únicamente se imaginó a un trabajador entregado a su puesto y hacer las cosas siempre correctamente.

Pero, cuando él menos se lo esperaba, la mujer sonrió y le dijo – ya lo encontramos -. Ceslo al escuchar esto, pensó –ya habrá encontrado lo que quería comprar, bueno, esto es mucho mejor. No puedo esperar a que nos tengamos que ir de aquí -. De pronto la mujer tomo únicamente una bolsa de cereal y le dijo a Ceslo- Ven, nos debemos de preparar para este gran acontecimiento -. Ceslo no respondió y solamente la siguió. Ella pago por lo que llevaba en la mano pero, mientras le cobraban, comenzó a hablar con el cajero acerca del nuevo empleado . El cajero, sin responder ante lo que ella quería, le entrego sus compras y la despidió. Ante tal situación, no tuvieron más opción que salir de aquel lugar.

Al estar afuera, ella le dijo a Ceslo – Presta atención a lo que vamos a hacer -. Ceslo comenzó a divisar como era que el tiempo comenzaba a transcurrir tan rápidamente que era difícil creer que era cierto. Una vez se comenzó a poder divisar la noche, ella lo tomo de la mano y lo llevo hacía unos árboles que se encontraban cerca.

Ceslo ya no quería continuar con esto y decidió irse de aquel lugar, cuando ella le dijo – ves al muchacho que salió – Ceslo, sin poder contestar, sólo pudo continuar escuchando lo que le decía – Él es el motivo por el cual nos encontramos en este lugar -. Ella lo tomo, nuevamente de la mano, y comenzaron a seguir aquel muchacho que pasaba. Mientras traban de poder utilizar a las personas que pasaban por el camino para no llamar la atención, se iban alejando poco a poco de los lugares transitados.

A lo lejos Ceslo logró ver como el muchacho ingresaba a una casa lujosa. Ceslo no se podía imaginar que éste viviera en aquel lugar, ya que tenía puesto el uniforme del mini supermercado que habían visitado con anterioridad, y sólo se podía imaginar que también trabajaba ahí. Pero, apenas comenzaba a cambiar lo que tenía en mente, fue al acercarse a la casa y ver por la ventana como éste se encontraba con una ropa de etiqueta y muy cara puesta. Ceslo, sin entender que pasaba, de pronto ella le dijo – Es tiempo de comenzar nuestra misión – Ceslo – ¿misión? – ella – así es -. Sin poder comprender cómo sucedió, se encontraban de pronto ya dentro de la casa. La mujer comenzó a dirigirse hacia las gradas y Ceslo, que aún no lograba procesar lo que sucedía, la siguió como si fuese un robot.

Al llegar a un cuarto, se pudo escuchar un pequeño golpe. Ceslo, regresando en sí, reacciona inmediatamente y, viendo la expresión de la mujer, entendió que algo estaba a punto de pasar. Se mantuvo cerca de ella, mientras esta comenzaba a abrir la puerta. Al abrir la puerta, vio como aquel muchacho se encontraba con la cabeza abajo y, con una profunda desesperación que comenzaba a salir de él, caía de rodillas.

Ceslo, sin saber qué hacer, únicamente pudo se apartó al ver que la mujer se acercó al muchacho. Ella, una vez cerca, noto que no tenía sombra y que el muchacho no podía sentir su presencia. Esto comenzó a atemorizar un poco a Ceslo. Se comenzó a sentir como el silencio se volvía cada vez más y más fuerte. La atmosfera comenzó a denotar de ella un sombrío acontecer. Sin nadie más que ellos tres en aquella habitación. La mujer comenzó a decir – dime, de verdad, que es lo que quieres saber. ¿Acaso no es suficiente lo que tienes? -. El muchacho, poner siquiera prestar atención a que se encontraba completamente solo hace unos momentos, levanto la cabeza y dijo – Esto no es lo que quería – la mujer – entonces, ¿ qué es lo que querías? -. El hombre, con la vista hacia la oscura habitación, al ser que todo se volvió gris, se quedó callado por unos momentos. Después de un rato, él contestó – No quiero que todos me digan que debo de hacer. No deseo que me den trabajo únicamente por recomendación de mí familia, lo que quiero, lo que quiero es… – se detuvo y miró hacía la ventana. De pronto se colocó de pie y comenzó a caminar lentamente mientras las lágrimas comenzaban nuevamente a apoderarse de él. Al casi estar cerca de la ventana, con una gran furia y dolor, grito – ¡Quiero que estas farsa se acabe de una maldita vez! Acaso, acaso ¡¿Acaso vale la pena continuar así?! No quiero que hagan mi vida, ni… ni siquiera yo sé lo que quiero. Creo que…- abrió la ventana – Este será el adiós -.

El muchacho, apunto de lanzarse por la ventana, fue detenido por Ceslo. Éste no dejo que se suicidara, aunque fuese sólo un reflejo el que lo motivo a evitar esta tragedia, no pensaba dejar a un lado a alguien que se encuentra pasando por el mismo dolor. Ceslo, después de haber oído todo lo que tenía que decir y ver sus actos, sintió un poco de su dolor al comprender que se sentía como una marioneta más de esste sistemas de dos caras en el corazón. Ella, dirigiendo su mirada a Ceslo, pregunto – ¿por qué evitaste la muerte de este muchacho? – Ceslo – No puedo dejar que deje de vivir por algo tan simple – ella – ¿simple? – Ceslo – Así es – dirigió su mirada hacía ella – lo único que necesita es un nuevo motivo por el cual vivir. No lo podemos dejar morir – ella – pero, si fue él quien decidió hacerlo – Ceslo – Pero, hay varios motivos por el cual lo necesitamos a personas como él – ella – una persona que ha perdido el camino de su vida, no necesita que se preocupen por ellas – Ceslo – él no ha perdido su camino. Lo único que paso es que su rumbo se había desviado un poco pero, creo que todavía hay algo en su interior que quiere seguir viviendo y no dejar todo por lo que ha estado peleando -.

La mujer se impresiono un poco ante las palabras de Ceslo. De pronto el tiempo se detuvo y ella le dijo a Ceslo que probara sus palabras, y le permitiría hacer que este cambiara su forma de pensar. Ceslo, quien aún sostenía al muchacho, se dio cuenta de que no los notaban para nada y no había reacción aún acerca de sus presencias ni el hecho de que lo detuviera. La mujer se rió y, con un chasquido de sus dedos, Ceslo comenzó a sentir el movimiento del muchacho, quien de la misma manera se percató de su presencia.

El muchacho lo miró, un poco asustado, y dijo –tú, ¿quién eres? – Ceslo – No te preocupes por quién soy. Sabes, lo más importante aquí es que he venido a ayudarte -. El muchacho no respondió nada y dejo que Ceslo continuara con lo que le tenía que decir. Simplemente era un poco difícil de creer que alguien de pronto aparezca y le diga “He venido a ayudarte” pero, como había aparecido de la nada sin rastro alguno ni en sus cámaras los capto, las que revisaría algunas semanas más tarde, no podía decir nada.

Ceslo, llevándolo a la cocina y dándole un vaso de agua, le comenzó a preguntar acerca de quién era él y que es lo que hacía día a día. Después de llegar a conocer un poco sobre quien era esta, comenzó a deducir el motivo de su desesperación. Ceslo comenzó a comprender que no era que le hiciese falta algo material sino que se trataba de encontrar su propia identidad lo que hacía que el muchacho se encontrara en ese estado.

Ceslo, estando en aquel lugar por algunos días, comenzó a notar que el muchacho era demasiado solitario y que no tenía con nadie para poder hablar acerca de sus problemas que tenía y, habiendo guardado muchas emociones y conceptos incorrectos desde hace tiempo atrás, no lo dejaba avanzar. Su familia, a pesar de ser una familia adinerada, nunca se juntaba. El problema no era tanto la gran influencia familiar o el poder laborar con esmero día a día sino que era el no poder tener un lugar al cual pertenecer.

Ceslo, al notar este problema, comenzó a hacerle ver que tenía muchas personas que se encontraban a su alrededor que le apreciaban. Aunque él no pudiera restaurar a su familia, podría tratar de ir cuidando a la que tiene a su alrededor y no dejar que esta también muriera. Por ello, tuvo que abrirle los ojos y hacer que este éste se diera cuenta de todo lo grandioso que tenía a su alrededor.

Al terminar de hacer todo lo que se encontraba a su disposición y, viendo que no había resultado alguno, no tuvo más motivo que resignarse al acabar el tiempo que le habían dado. Ceslo, completamente desilusionado, comprendió que no era capaz de hacer algo y que nunca debió intentar cambiar algo que era imposible desde un principio. La mujer llegó al medio día a ver el progreso de Ceslo pero, al encontrarlo, no podía decir si era el mismo hombre con gran coraje y confianza que había dejado hace ya dos semanas atrás. Bajo el árbol se encontraba Ceslo, sentado y esperando para dar el reporte de todo lo que había sucedido. La mujer se acercó a él y, después de escuchar toda la historia simplemente alzó la mirada al cielo y, con una sonrisa, dijo – sabes algo – Ceslo dirigió la mirada hacia ella – no siempre se tendrá éxitos. Nada basta con tan sólo querer hacerlo. Las buenas intenciones no sirven de nada si nunca se lucha ni se llega a sentir fondo, por ello, no debes quedarte ahí sin hacer nada. Levántate y verás que algún día llegaras hasta el cielo con tus propias alas – Ceslo miró hacia el cielo.

Habiendo quedado en silencio por un momento, Ceslo, tomando una decisión, dijo – Oye, quisiera pedirte una cosa. Pero, pero, – apretó los puños de tal manera que estos comenzaron a ponerse rojos debido a la fuerza que aplico – pero quiero que me respondas con sinceridad a esta pregunta que te voy a hacer primero – ella, dirigiendo su mirada al fin hacía él, respondió con un “No creo que sea la indicada para responder esa pregunta”. Ceslo, bajando la mirada con un poco de decepción, quería poder olvidar que alguna vez trato de cambiar algo que ya no tenía solución. La mujer, la ver la expresión de Ceslo, dijo – no te desanimes por pequeños errores que pasan como lo son estos. Así que no te hagas el fuerte sin haber terminado aun lo que has comenzado. Mira, la respuesta a tú pregunta no puede ser respondida en este momento pero, si quisieras obtener después todo, sólo deberás de continuar hasta que sea el tiempo en que será resuelta –. Al entrar la noche por completo, los dos se alejaron de aquel lugar y comenzaron a desaparecer desde el mismo camino que habían utilizado para poder llegar.

Si tan sólo lo entendiera

Después de aquel viaje, ella le ofreció a Ceslo el ayudarle a poder encontrar repuesta a todo lo que necesitaba pero tendría que darle tiempo para hacerlo. Pero, aunque quisiera poder decir que todo podría continuar sin haber cambiado nada. Desde aquel viaje, Ceslo comenzó a ir siempre hacia aquel lugar. Todos podrían decir que no se involucrarían con nada de eso, ya que después de todo no transcurrió el tiempo y nadie se dio cuenta de la usencia de Ceslo.

Ceslo, para poder continuar, tuvo que poner en consideración una propuesta que le dieron como condición. Esta condición debería de dar su respuesta justamente a más tardar durante el último día de vacaciones. Pero, aunque lo rechazase, ella cumpliría su promesa.

Ceslo, a pesar de que siempre tendría que venir y leer unos libros que le daban. Sin darse cuenta, después de unas dos semanas, en aquel local también era una cafetería. Por lo que él comenzó a ayudar. Él no recordaba haber visto a tantas personas en ese lugar y, como aun es menor de edad, tuvo que pedir permiso para poder trabajar ahí. Pero esta decisión la tomó por su propia cuenta, ya que no era necesario que lo hiciese.

A pesar de tener ya un poco de tiempo en hablar con aquella mujer, nunca le pregunto su nombre. Lo más gracioso era que ya conocía los nombres de todas las demás personas que se encontraban en aquel lugar pero no la de ella. Pero, aquel lugar no era nada más que un sitio donde se juntaban más personas como ella. Todos viajaban a distintos lugares con una misión en particular, el estudiar el comportamiento de cada individuo y conocerlo para dar un veredicto final a la situación en que se encuentra. Aunque pareciera un poco simple, todo era mucho más complejo o eso era lo que le habían dicho a Ceslo. No sabía que más decir con los demás, quienes siempre lo miraban y con una sonrisa se alejaban. Ceslo, a pesar de poder haber logrado platicar con cada uno de ello, nunca llego a recibir ayuda ni respuesta cuando el preguntaba acerca del porque hacían eso.

Ceslo, mientras se encontraba ahí, siempre tomaba un tiempo, el cual era utilizado para poder acercarse y averiguar más sobre lo que quería ella y el motivo por el cual le hablo a él. Ella únicamente lo miraba y decía que no fue cosa suya y que debía de haber algún motivo por el que se llegaran a conocer y terminaran así, aunque Ceslo comenzó a sospechar que ellas le ocultaba algo más. Pero, como ella no le daba mayor respuesta que esta y de ahí se mantenía leyendo todo lo que le preparaba cada día, los que se llevaba algunos a su casa para poder seguir leyendo ahí. Los padres de Ceslo no le decían nada, al contrario, se encontraban felices de que su hijo tratase de ser responsable y comenzara a interesarse en estudiar por cuenta propia y, como ya habían visto uno de los libros, le parecían que si eran de fiar estos y no lo llevarían a ser cosas malas.

Al término de un mes, ella se acercó a él y le dijo – Creo que ya es hora de que volvamos a intentarlo una vez más. Así que… ¿qué me dices de tomar una misión? – Ceslo, sin poder responder, únicamente se limitó a guardar silencio. Ella, para romper las dudas de Ceslo, lo tomo de la mano y lo llevo a un cuarto, el cual Ceslo no se había dado cuenta de que existiera. Pero, recordando como fue la primera vez que se vieron, no le era de extrañar que se encontraran uno o dos cuartos más que no haya visto. Por lo que únicamente se mantuvo viendo que era lo que pasaría a partir de ese momento. Pero, al ver que ella vio hacia los lados antes de entrar en aquel lugar, comenzó a pensar que tal vez no sería buena idea el estar ahí. Sin dejar pasar nada de vista, logró ver que en la puerta decía “no entrar” y, a pesar de poner resistencia, ella logro hacer que el ingresara al cuarto.

Una vez dentro, el lugar parecía que no tuviese nada en particular. Lo único que había era nada más que dos sillones y una mesa de centro. El cual daba más la impresión de ser un lugar para recibir visitas. Pero Ceslo se comenzó a preguntar que si este fuese un lugar de recepción de visitas, por la fachada que daba, entonces porque tendría un letrero de no pasar. Ella, dejando a Ceslo en uno de los sillones, se dirigió a otra puerta que había al fondo. Ceslo, comenzó a pensar que sería mejor salir de aquel lugar ya que no quería causar ningún problema. Mirando el reloj que se encontraba en la pared, espero un poco a que ella regresara para irse de ahí. Pero, como no regresaba, mejor se levantó y se propuso irse sin ella y que le daría alguna excusa más tarde.

Pero mientras se preparaba para irse, ella regreso a la habitación con unas tazas en la mano. Ceslo, mientras miraba su caminata, un poco torpe y tímida a la vez, le hizo quedarse parado en el mismo lugar sin poder decir nada. Aunque nunca la había visto sin capucha y esta situación, a pesar de que no era excepción alguna, por alguna razón se veía un pequeño encanto y misterio en conocer cómo se vería sin aquel atuendo.

Pero, mientras se acercaba a la mesa, ella comenzó a decir – escúchame muy bien Ceslo, que no pienso que debas de seguir de esta manera – Ceslo únicamente asintió con la cabeza – no lograras nada si no vuelves a intentarlo una vez más. Por ello… por ello, iremos a un lugar en el cual creo que será el mejor en esta ocasión para lograr nuestro objetivo – Ceslo – ¿objetivo? – Ella – Así es. Si no lo hacemos, no tendrá sentido nada de lo que queremos que suceda –. Ceslo comprendiendo que se trataba ya algo más allá de lo habitual, trato de poder tratar de procesar lo que comenzaba a pasar. No podía dejar de pensar si no se tratase de alguna trampa en sí, esto debido a que ella aún se podía ver en sus mejillas la rojez que se apoderaba más en ellas.

Pero, mientras esto iba sucediendo, el cuarto de pronto comenzó a tomar un entorno completamente diferente. El cuarto comenzó a teñirse de un color entre gris y blanco. Ceslo, dejando de verla, comenzó a notar que esto ya no se era algo bueno. Retomando la conciencia y recordando que este no era un sitio en el que debían de encontrarse, se propuso a irse. Pero al parecer ya era demasiado tarde para retroceder de aquel lugar. Ya no había escapatoria alguna. Ceslo, intentando ver la salida, se percató que ya no había una salida.

El querer dejar ya este mal presagio que comenzó a apoderarse de su mente, volvió a verla nuevamente pero ella solamente comenzó a dar una pequeña sonrisa. Mientras todo desaparecía y era envuelto por estos únicos colores, Ceslo comprendió que era una trampa que le había tendido. El simple hecho de hacerlo esperar por bastante tiempo y el que ingresaran a aquel lugar debía ser lo que ella buscaba desde un principio. Pero, como último recurso, Ceslo trato de poder tomar la mano de ella. Esto era con la intención de no quedarse solo y sin salida alguna. Por lo menos que ella tuviera que sacarlo de ese lugar.

Todo cambio de un instante a otro. Un oscuro y frío lugar, aunque no era necesario el utilizar un suéter sino que se trataba de algo más allá como el pesar que se lleva en el alma y no se puede dejar rastro de alguna calidez de la vida. Unas voces comenzaban a escucharse. Estas, al principio, no eran más que unos pequeños chillidos que apenas se podían escuchar. Pero, con el pasar del tiempo, estas comenzaban a escucharse más y más fuerte. Eran como risas.

Ceslo, dándose cuenta de que ella ya no se encontraba, comenzó a ver a los lados. Pero, a pesar de sus esfuerzos de ver de quienes se traban, no pudo ver a nadie más que una oscuridad completa. Por alguna razón, aunque esas risas eran como de personas que se encontraban divirtiéndose mucho, le fastidiaban como si se refirieran a él. De pronto el tiempo parecía que se volvían tan largas que le hacía parecer que ya hacia horas que pasaba en aquel infernal lugar.

Sin previo aviso, el color negro comenzó a desaparecer y, como si se tratase de un telón que se abría, empezaron a aparecer unas sombras en un escenario rutinario. Era como si se encontrase en la ciudad, para ser más precisos, se trataba de estar en un parque frente a una escuela. La escuela parecía estar abierta y, aunque no conociese de quienes se trataban los estudiantes que ingresaban, le parecía un poco familiar.

Pensando que tal vez se tratase de otro sitio como en el que habían ido en la ocasión pasada y, como no quería quedarse ahí con aquellas sombras detrás de él, decidió entrar a ver cómo era. Mientras comenzaba a avanzar, parecía como si el tiempo se acelerara para todos menos para él. El paso de los estudiantes se volvían más rápido. Por cada paso que daba, viendo un reloj que se encontraba justo en la parte alta de aquel establecimiento, pudo notar que las agujas avanzaban unos dos a cinco minutos inmediatamente.

Una vez se encontró frente a la puerta para entrar, ya no se podía ver a ningún estudiante entrando. Pero a pesar de ello, la puerta se mantenía abierta. Ceslo, con un miedo que le comenzaba a invadir, la duda le empezó a invadir. Pero, volviendo a escuchar a aquellas voces que ahora le decían “no entres a ese lugar si deseas vivir”. Pero debido a que lo hacían de una manera macabra y con risas mientras decían esto, Ceslo no le daba una buena impresión lo que ellos decían ni tampoco le parecía que fuese una mala idea lo que le decían.

Ceslo, apretando con fuerza el puño, dio un paso para entrar. Al apenas dar un paso dentro de aquel lugar. Vio como el reloj se detuvo pero el día no. Era algo, difícil de entender, ya que al ver el sol, este se podía notar su movimiento. Por lo que el atardecer ya no tardaría en llegar y con ella la noche. Pero esto le comenzó a hacer pensara Ceslo que no se trataba más que un sueño o alguna ilusión. Sin embargo, no puede continuar con esta pesadilla si desea regresar y encontrar respuestas del motivo por el cual se encontraban en aquel lugar y después todo esto sucedió.

Mientras Ceslo comenzaba a sumergirse en sus pensamientos, una mano que le tocó el hombro le hizo regresar en sí. Tratando de voltear apresuradamente, una voz dijo – Esto parece irreal ¿Verdad? – Ceslo, comprendiendo que no era una broma, quedo a medias y no termino de voltear para ver quién era. Sin dejar pasar la única oportunidad de averiguar de lo que se trataba, dijo – dime, dime que es lo que pasa. ¿Qué es todo esto? De seguro lo debes de saber – una pequeña risa salió. Sin atreverse a mirar atrás, Ceslo volvió a reafirmar su pregunta – no te quedes callado y respóndeme – la voz – al parecer, de verdad no sabes nada de lo sucede. Bueno no te preocupes – quitó su mano del hombro de Ceslo – De acuerdo, mi nombre es Gafer y te diré lo que está sucediendo aquí. Pero antes, quisiera que me miraras de frente – Ceslo volteo de inmediato, después de decir un “está bien”.

Al verlo, notó que era un hombre, un adulto para ser un poco más precisos, con una chaqueta color café y unos guantes negros. Este, a pesar de dejar desprender de él un aura algo intimidadora, daba la impresión de ser digno de confianza. Ceslo, que no quiso decir nada pero no quería dejar pasar este momento, trato de pensar en algo que decir.

Gafer, quien se rió al ver la expresión tensa que tenía Ceslo, dijo – Parece que te has metido en un problema que ni siquiera conoces. Pero, bueno, no quiero ser descortés. Por lo que te responderé – Ceslo, sin dejar de poner una cara seria, miro directamente a Gafer. Él continuó diciendo – mira. Este lugar en el que te encuentras es conocido por nosotros como el mundo interino – Ceslo – ¿interino? – Gafer – Así es. En él se puede moldear las diferentes formas que lleva un alma. Bueno – saco unos lentes del bolsillo de la chaqueta – no te puedo decir que este lugar sea el adecuado para un novato. Por lo que te sugiero que salgas de aquí lo más pronto posible si deseas continuar viviendo y vuelvas cuando estés preparado para enfrentarlo – . Y, después de haber dejado advertido a Ceslo de ello, se fue.

Ceslo, quien ya lograba comprender un poco la situación en la que se encontraba después de que Gafer le contara un poco de lo que era aquel lugar, se dirigió hacia el segundo nivel de ese lugar. Pero el tiempo no le era algo favorable para él. Según lo que le había contado Gafer, no debía de mantenerse por mucho tiempo en ese lugar si no quería quedar atrapado y poder salir. También comprendió que aquellas voces se trataban varias personas que entraron en este lugar y nunca lograron salir.

El peligro que se corría al seguir aquí, podía ser mejor estar fuera de este durante la noche. Pero, a pesar que el sol recorrió bastante en un momento, no se había puesto aun. El tiempo en que durase el atardecer era la única esperanza de Ceslo si quería mantenerse a salvo. Por lo que debía de encontrar una de las bases marcadas como seguras si no lograba llegar a la salida antes del anochecer. El congelamiento del tiempo nuevamente, era lo que mantenía el atardecer. Gafer le dio a Ceslo un reloj de bolsillo, el cual le mostraba si el tiempo volvería a continuar y le indicaría el momento en que debería de buscar un refugio para pasar hasta la mañana siguiente.

Ceslo comenzó a correr y tratar de encontrar las gradas que le llevarían al siguiente nivel. Pero, mientras iba de un lado a otro, parecía como si solamente diera vueltas en el mismo lugar y no avanzara nada. Trato de marcar su camino con un marcador, dejando alguna señal con hilo y otros objetos, que encontró durante su trayectoria, pero todo fue en vano ya que no logro salir de aquella encrucijada. Además, al regresar al punto de salida, cada una de estas marcas desaparecía inmediatamente sin dejar rastro.

Parecía como si el lugar no quisiera que Ceslo lo abandonara o encontrase la forma de llegar al segundo nivel. Pero no se podía rendir tan fácilmente. Mientras comenzaba a pensar en una forma de salir, se comenzó a escuchar las voces nuevamente y las sombras aparecían poco a poco. De pronto Ceslo comenzó a sentir miedo aunque no entendía de dónde provenía, ya que este no era provocada por las sombras que se acercaban sino por algo más.

Un pequeño y tenebroso sonido comenzó a difundirse en todo el entorno. Ceslo, mirando a un lado, notó que el sol ya casi no se podía ver y que la oscuridad al fin había comenzado a apoderarse de aquel lugar. Sus latidos comenzaron a acelerarse y, como si no hubiese nada más y la muerte se acercara, Ceslo comenzó a correr en dirección contraria a las sombras sin mirar atrás. Pero, aunque había estado dando vueltas por mucho tiempo sin poder encontrar un camino, este no era un momento en el que pudiera pensar con mucha tranquilidad.

Ceslo comenzó a adentrarse más y más. No se dio cuenta de que el camino al fin había cambiado y no se encontraba dando vueltas. Pero, como si fuese lo único en lo que debía darse cuenta, la noche había entrado. Unas voces comenzaron a escucharse. Estas decían – no corras, no ves que ya no tienes escapatoria. Y tú bien nos conoces – pero Ceslo, a pesar del miedo, trato de alejarse lo más que pudo.

Viendo una puerta, después subir unas gradas apresuradamente, trato de abrirlo. Esta se encontraba atascad. Mientras Ceslo luchaba por poderla abrir, estas voces se acercaban más y más. Ceslo, ya casi sin poder contenerse, con todas sus fuerzas logró abrir apenas la puerta. Al cerrarla, únicamente vio como unas sombras pasaban de aquella habitación a otro lugar.

Mientras trataba de recobrar el aliento, comenzó a sentir una presión en su pecho. Era como si alguien o algo le tuviese atado. Mientras trato de levantarse, notó que sus fuerzas se habían agotado y no podía moverse para nada y que podía desmayarse en cualquier momento. Pero, antes de perder el conocimiento, vio como cuerdas aparecían en todo su cuerpo y luego se transformaban en cadenas. Las esperanzas de Ceslo comenzaban a desvanecerse. Mientras comenzaba a reírse irónicamente, recordó que la noche era el peor momento en aquel lugar. Por lo que comenzó a decir, entre delirios, – Que gracioso. Así es como voy a terminar. No puedo creer que haya logrado ver el día y… y… y ese hombre tan gracioso y sobretodo… sobretodo – apretó sus dientes y el puño – esa mujer – con furia – esto es culpa de esa mujer. Si no la hubiera seguido desde el primer momento de seguro estaría en mi casa jugando o viendo televisión y no que me encuentro posiblemente en mi muerte en este instante. Yo, yo, ¡Yo no puedo quedarme así! –.

Tratando de usar las fuerzas que le proporciona su furia, trato de levantarse y lucho por unos quince minutos. Una vez pasado este tiempo, cayó al suelo inconsciente. Mientras perdía el conocimiento, a lo lejos pudo ver que alguien se acercaba a él. No pudo notar de quién se trataba, esto debido a la oscuridad de la noche. Pero, aunque fuese lo único que podía hacer, estiró su mano y con esto ya no supo nada más que unos pequeños ruidos de algunos objetos cayéndose y quebrándose.

Al despertar, se encontró en una habitación de color celeste y recostado en una cómoda cama. No sabía el por qué pero era muy reconfortante y le hacía sentirse tranquilo, seguro como si todo hubiese sido un sueño. Reaccionando, se levantó precipitadamente viendo a la izquierda, luego a la derecha, donde se encontraba la muchacha durmiendo en una silla y su rostro recostado sobre la cama, y después al frente, atontado aún. Pero, aunque quisiese decir algo, lo único que paso por su mente fue que debía de irse de aquel lugar y reflexionar todo lo que vio.

Mientras se levantaba, ella se despertó y lo miro como si algo terrible le hubiese pasado. Ella lo agarro inmediatamente de la mano y le dijo – que bien que estés a salvo – con estas palabras Ceslo comprendió que no se había tratado de un sueño todo lo que paso. Pero lo que no comprendía era motivo por el cual tuvo que pasar.

Sin palabras para responder ante aquellas palabras, lo único que pudo pensar fue – si esto fue obra tuya, entonces ¿qué es lo que quieres de mí? – sin embargo, la simple expresión que puso fue lo suficiente para que ella lo entendiera. Por tal razón dijo – aun no eres capaz de salir ilesos de ese lugar y, mientras sigas así…, no creo que puedas alcanzar tu objetivo – Ceslo – dime algo, si no logro vencer ese lugar nunca podré alcanzar mi objetivo. Pero hay algo que no me has dicho – Ella – ¿Qué podría ser? – Ceslo – No me has dicho el todavía el motivo por el cual me has elegido. Incluso me hiciste ir a ese lugar del que creí nunca llegar a salir –.

Con un profundo silencio, que inundaba la atmosfera, no podían ya decir ni una sola palabra más. Ceslo no quiso verla directamente a los ojos y ella tampoco quiso responder. Pero, aunque no hubiese palabras, un pequeño gesto podría hacer que se volviera en una completa batalla y alguien o los dos terminaran heridos por las palabras que dirían. Si no fuese por la falta de un intermediario, tal vez todo se hubiera logrado solucionar ya hace unos momentos. Pero la distancia entre los dos era completamente visible. Por tal razón, todos los que pasaron cerca de la habitación prefirieron no molestar y simplemente ignorar por completo la existencia de aquel cuarto. Mientras seguían su camino, la curiosidad siempre era algo que a nadie se le podía pasar por desapercibido, pero este podría salir muy caro.

Ceslo, que aún era detenido por ella, trato de soltarse sin lastimarla demasiado. Ella, viendo como Ceslo comenzaba a tratar de soltarse, comprendió que no lograría nada siguiendo así. Por lo que dijo unas últimas palabras – Ceslo, no creas que te envió a un lugar sin saber que lo puedes lograr. Lo que pasa es que tú aun no te das cuenta de la fuerza que llevas por dentro y eso es lo que te hace retroceder o abandonar lo que tienes por delante. Pero, pero – Con lágrimas en los ojos y una gran determinación – pero ya verás que no te dejaré nunca sin que hallas logrado conseguir lo que tanto anhelas. Así que sólo confía un poco en mí – Ceslo – Lo pensaré – y con estas palabras ella soltó a Ceslo y él salió de aquel lugar.

Pero, ya estando fuera, se dirigió a su casa. Con una sonrisa, como si nada hubiera pasado, se despidió de todos, menos de ella. Pero, al llegar a su casa, se dirigió directamente a su cuarto y, recostándose en su cama, pensó – no sé el por qué me molesto por eso. De todas maneras ya me estaba esperando algo como esto –. Con eso terminó el día y tratando de olvidarse de todo, no mencionó nada al siguiente día acerca del tema.

El punto de inicio

Los días iban pasando y el inicio de clases era cada vez más cercano. Aunque no parecía fácil el ver llegar las fiestas de fin de año. Aquel lugar, la primera vez que lo vio parecía algún lugar vacío, ahora empezaba a llenarse. Ceslo no lograba entender el motivo de este suceso. Ya que, incluso desde afuera, se podía ver como entraban y salían las diferentes personas.

A pesar de que Ceslo todavía se encontraba leyendo y estudiando los libros que le habían dado, no dejo que eso le hiciese a un lado en poder ayudarlos un poco. Pero, en este momento la condición en que se encontraba con ella había cambiado demasiado. Mientras estudiaban juntos, ya no se trataban como erase antes, por lo que sólo el tratar de entender el entorno era completamente difícil.

Los demás, dándose cuenta de la situación, tuvieron que llamar a la muchacha. Ceslo, al ver que la llamaban, le entro curiosidad. Aunque algo le decía que no debía de seguirlos y dejar que las cosas pasaran, no pudo evitar el ir tras ellos. Pero, aunque pareciera un plan fácil el seguirlos con alguna excusa, se percató que era algo serio. Esto era debido a que ella le dejo una advertencia en un pedazo de papel que vio junto a los libros de estudio.

Pero, comenzó a penar que no podía dejarla sola, a pesar de que se encontraba todavía enojado con ella. Sin dejar rastro alguno, los siguió sigilosamente.

Conforme iban pasando habitación por habitación. Comenzó a darse cuenta que no podría regresar y retroceder desde este punto. Pero, sin importarle nada, siguió. Las puertas seguían apareciendo y cada vez se sentía más cansado. Sus fuerzas comenzaban terminarse. Sin embargo, logrando visualizar el pequeño temblor en las manos de ella, no podía darse el lujo de quedarse ahí. Así que, con todas sus fuerzas, se propuso llegar hasta el final.

Al entrar en la última puerta, Ceslo logró ver que había más personas adentro. Los entraron y Ceslo se quedó afuera y se acercó a la puerta para poder escuchar lo que decían. Todos se sentaron y, como si fuese un juicio, sacaron unas hojas. Todos los que se encontraban en aquella habitación tenían cubierto sus rostros. Ceslo, viendo que ella se cubría cada vez más con la capucha y traba de mantener la calma al entrar en aquel cuarto. Antes de que cerraran la puerta, trato de ver el rostro de la persona que se encontraba en el centro, ya que parecía que fuese el dirigente de todos. Aunque no pudo ver de quién se trataba, hizo completo silencio para escuchar todo.

Mientras tanto, adentro, todos comenzaron a discutir entre sí después de leer una copia que se les entrego de aquellas hojas. Ella comenzó a ver como las divulgaciones entre todos era mayor y el que el general no diera aun comienzo, le hacía mantener en un gran suspenso de lo que se podría tratar. El hombre que la había llevado, tomando también su copia, comenzó a leer el informe.

Después de un rato, los dos del centro, un hombre y una mujer, comenzaron a hablar entre ellos. El hombre, parándose, dijo – les pido a todos que guarden silencio. Ya que en este momento comenzaremos a ver el caso del miembro más reciente entre nosotros – todos hicieron silencio. Ella respiro profundamente para mantener la calma. Por otro lado, se podía ver como la incomodidad entre varios se comenzaba a desvanecer.

El hombre continuó hablando – Muy bien, ya estando todos reunidos, daremos inicio a nuestra reunión – todas las miradas se centraron en él – desde la operación de sinmar, fue elegida como un candidato de los nuestros debido a su gran hazaña. Desde ese día, todos hemos esperado grandes triunfos y ver resultados sin medida. Pero, después de haberse graduado y comenzado en este mundo ya hace aproximadamente cuatro meses, no hemos visto algún resultado – todos comenzaron a murmurar nuevamente.

Ella, quien no podía negar aquel argumento que se encontraba en su contra, siguió escuchando – por tal razón nos reunimos para ver lo que haremos ante esta situación. Pero, antes de decidir, les quiero decir que me llegó un informe de lo que quiso hacer hace poco – miró directamente hacía ella – no es así señorita – ella, sin dejar que le influyera, contesto – no se preocupe general. No he realizado nada sin tener en cuenta las posibilidades de éxito y peligro que este conlleva para todos los involucrados – el general – ah, conque logró tomar en cuenta cada una de las variantes que se interponían –.

Levantando la mano uno de los integrantes, dijo – permítanme decir algo – el general – adelante – la señorita del lado izquierdo dijo – Pues verán. Si es verdad que ella ha tenido en cuenta todo lo que vendría tras haber hecho todo esto, me imagino que vio venir el encuentro con Gafer – el general – tiene razón. No me esperaba el ver a Gafer en este asunto. Pero me imagino que tiene una buena explicación para este acontecimiento, ¿verdad? – La señorita – Así es. Para todos los presentes en este lugar, deben tener en cuenta de que todos somos una gran división que buscan diferentes metas. A pesar de nuestras diferencias, nos hemos juntado para poder evitar que todo se desmorone y terminemos en un estado crítico de varios años – fijo su mirada hacia la señorita que realizo tal pregunta – pero, como bien lo mencionaba nuestra compañera, no puede tener en cuenta de que apareciera personas que no se encuentren relacionadas con este asunto, como lo es Gafer, sería completamente desastroso. Por ello, tuve en cuenta de que podría caber la menor posibilidad de este encuentro y el que, el candidato que fue, era lo suficientemente astuto y capaz como para que esto no afectase la misión –.

Mientras parecía que todo comenzaba a ir mejor, la mujer del centro se levantó y tomó la palabra, diciendo – aunque digas que era capaz de tomar una misión como la que llevaste a cabo, eso no es suficiente justificación para realizar tales actos. Por ello, no puedo hacer de la vista gorda el que sigues siendo nada más que una niña que no sabe lo que hace y que en cualquier momento puede hacer que todo termine. Además, esta no es una organización como lo son las demás. Por lo que, si no tomas con más seriedad lo que significa ser un integrante de este organización, no será necesario el pensar el darte de baja hasta que seas capaz de ser más seria con estos asuntos. No me importa lo que hayas hecho o lo que eres en este momento. Lo único que me interesa son los resultados. Sí no eres capaz de llegar a dar la talla para este papel, es mejor que te olvides de todo – ella quedó completamente encerrada y ya no podría evadir la ola de caos que vendría después de que hablara la general.

La acuchillan te respuesta de uno de los dos grandes comandantes, era lo suficientemente fuerte como para hacer que todo terminara. Pero, mientras todos comenzaban a hablar y dejar sin tiempo para que ella respondiera o tratase de defenderse, Ceslo seguía escuchando desde la puerta. Él, después de escuchar todo lo que le decían, no pudo contenerse por mucho más tiempo y entró sin pensarlo más.

Nadie notó en qué momento se abrió la puerta, esto era debido al gran escándalo que se había provocado. Ceslo miró fijamente a quienes eran los dos capitanes y dijo – Y qué tiene si no ha tenido resultados aún. Aunque no lleve mucho tiempo en este lugar – todos comenzaron a murmurar al escuchar a Ceslo cosas como “¿Quién rayos es este tipo?”, “¿De dónde vino alguien como él?”, “¿Quién se creé como para interrumpir en una reunión como ésta?” y “no puedo creer que se infiltre, de seguro debe de tratarse de un espía”.

El tiempo en que Ceslo ingreso, fue como una luz para ella. Cuando las salidas ya se encontraban cerradas, este podría ser lo que había estado buscando para poder terminar con esto. Pero, antes de poder poner en marcha cualquier solución, primero debía de ver lo que Ceslo tenía entre manos. Por lo que se paró sin voltear a verlo y, con la cabeza agachada, se propuso a ver hacía donde iría todo lo que venía de un momento a otro.

Por otro lado, Ceslo continuó diciendo – No puedo creer que tengan en mente que alguien con tan poco tiempo de resultados como los que ustedes mismos no han podido a pesar de todo el tiempo que llevan en este lugar. Pero, saben algo, lo que más me ha frustrado e s es de “si no puedes dar la talla” ¡¿eh?! – dirigió la mirada hacia los dos del centro y, logrando ver como no se inmutaban ante nada sin dejarse llevar hacía el pánico de su presencia., pudo comprender que ellos eran los que tenían a cargo la reunión y que debían de ser los jefes.

Ceslo, con una determinación, continuó diciendo – Hagamos algo, si me lo permiten ustedes – con la mirada puesta en el hombre y la mujer – que tal si me dejan participar en su reunión y vemos si logramos llegar a un acuerdo en el que les haré ver que ella ha dado todo por lograr cumplir con su expectativas que le han impuesto –. El hombre y la mujer se vieron y, con una sonrisa, concordaron que le iban a permitir hacerlo.

La mujer lo vio y dijo – está bien. Muéstranos lo que quieras pero…, si no logras convencernos, saldrás de aquí y ella perderá su puesto – ella, quien se sentó, respondió – por mí no hay ningún problema – sin mirar a Ceslo, dijo en voz baja – lo dejo en tus manos –. Ceslo se acercó y, tomando el documento con el que se acusaba a ella, miró que decía la forma en que era de hablarse entre ellos. En aquel documento decía “Erol”, por lo que Ceslo pensó – con que así es que se llama –. Sin perder el tiempo comenzó a leer todo el documento.

Al tener en mente de lo que se acusaba, comenzó a decir – ya veo cual es el problema aquí. Pero, antes de comenzar a dar mi resolución acerque de ello, quisiera poder preguntarles algo – el hombre – adelante – Ceslo – podemos llegar a un acuerdo durante esta conversación – el hombre – claro, si tú propuesta llega a ser tentadora, lo estaremos tomando en cuenta – Ceslo – muy bien. Bueno, comencemos – y de esta manera comenzaron a pasar las horas mientras llegaban a un acuerdo.

Después de haber tratado todo, Ceslo, por muy poco, logró llegar a un acuerdo con todos. Aunque la terminación no fue buena, ya que Ceslo debía de demostrar que Erol tiene razón con alguna de las estrategias que había ingeniado. El problema estaba en que, aunque él no sabía de qué se tratase, era lo complicado que estos podían ser. Por supuesto, Ceslo se basaba con lo escuchado que uno de todos estos fue cuando lo envío en aquel lugar la vez pasada.

Mientras regresaban a la tienda, ella comenzó a reírse de todo lo que Ceslo dijo aunque a él no le hacía gracia. A pesar de todavía estar un poco avergonzado, dijo – no te rías. Mejor dime lo que debemos de hacer para lograr evitar que te saque de aquí – ella – tienes razón. Pero, no creo que lo podamos hacer el día de hoy. Así que te sugiero que hoy te vayas a tu casa y duermas bien, ya que mañana comenzaremos y no será algo bueno que todavía no tengas las suficientes energías para ese momento – con una pequeña sonrisa en el rostro, añadió en voz baja – no fallaremos esta vez, así que sólo espero que confíes en mí esta vez –. Ceslo, quien no escucho esta última parte, se dirigió a su casa después de haber pasado la última puerta para llegar a la tienda.

Al día siguiente, Ceslo se levantó como era de costumbre y se dirigió a desayunar. Mientras bajaba, noto que había demasiado silencio en su casa, lo que le parecía algo raro. Al ser que todas las mañanas, su mamá siempre le andaba gritando a esta hora, ya que casi era tarde para irse. Pero en esta ocasión no hubo ningún grito. Mientras se dirigió a la cocina, vio que había una nota que decía “hoy vendremos tarde, por lo que puedes tomar algo del refrigerador”. Ceslo recordando que le habían dicho la noche anterior que saldrían muy temprano, preparo su desayuno y se dirigió al lugar de siempre.

Mientras iba caminando, comenzó a ver que muchas personas transitaban por aquel lugar. La tranquilidad que se percibía, le hacía sentirse un poco incómodo. Ya que le era como si algo anduviera mal. En lo que se encontraba con personas platicando entre sí y riendo, pudo notar que algo no andaba bien. Él, que se había acostumbrado a siempre mostrar algún interés a lo que no era cierto o buscar una forma de poder ser parte del grupo, se percató que todas las personas que pasaban hacían lo mismo.

Entre más se encontraba con varias de ellas, comenzaba a recordar lo que creía que ya era del pasado. No sabía si lo que miraba en aquellas personas le hacían sentir mejor o peor. Lo que debería de ser un camino corto, se había vuelto en uno largo. Para Ceslo le parecía que no lograba avanzar por más que caminar. Por tal razón iba acelerando su paso hasta llegar a correr. Pero, con cada paso que daba, las personas que encontraba iban aumentando y no dejaban de aparecer con sus fachadas para ocultar su verdadero ser.

Ceslo, quien prestando atención, comenzó a oír como ellos hablaban acerca de lo felices que son y que nada les hacía falta. Pero la tortura de saber que él es una de ellos, le provocaba el perder el control. La vista de Ceslo comenzaba a perderse poco a poco. La ilusión donde todo debía de ser completamente controlado por los demás en sus propias mentiras y la de sí mismo, era algo que le hizo comenzar a sonreír sin ningún motivo. Los colores comenzaron a ser tan simples que ya no tenían ninguna importancia, el caminar o correr ya no importaban para nada. Al ser una jaula que se había creado por las mismas personas y él que las había aceptado, era todo lo necesario para terminar en la completa demencia de este mundo en el que se habita y no se puede escapar. Aunque intentase en este momento decir que no, era demasiado tard3e ya que en este espejismo es quien siempre lo había acogido por mucho tiempo.

El dolor ya no se podía sentir, el odio y varias emociones más eran como un simple sueño que nunca existió. La monotonía era la que comenzó a prevalecer en los corazones de todos. Ceslo, en un instante, olvidó a donde se dirigía. Por ello, comenzó a caminar sin rumbo hacia donde le fuese posible llegar. El sentía un pequeño vacío en su interior que no podía llenar. Y con una mirada perdida, seguía paso a paso recorriendo en un camino sin final ni rumbo.

Mientras pasaba el tiempo, Ceslo comenzó a pensar – ¿Qué hago aquí?. No lo recuerdo, pero siento como si me esperan en algún lugar y debo de ir- Pero ¿en dónde es? – Tratando de detenerse, se fijó que no podía – Ah, al parecer no puedo detenerme ni mover ninguna parte de mí a voluntad. Bueno, no es que me interese mucho el no poder hacerlo. Veamos hacía donde me lleva – sin tratar de hacer algún esfuerzo más.

Mientras la conciencia de Ceslo comenzaba a perderse, escucho una voz que le llamaba diciendo – Ceslo no te dejes vencer. Ceslo no debes de perder contra ellos – Ceslo, después de escucharlo por un buen tiempo comenzó a decir – silencio – pero esto no hizo que aquella voz se detuviera. Que podría detenerla sin que él formase parte y arruinara su camino, era lo que trataba de hacer al comenzar a decir en voz baja hasta gritar “silencio”.

Ya frustrado, Ceslo se detuvo y dijo – No sé qué es lo que quieres pero me gustaría que me dejaras solo y en paz – pero la voz ya no respondió. Ceslo continúo caminando. Mientras hacía esto, pensó – que molestia es esta. ¿Qué es eso de que no me deje engañar?. Además, me siento bien aquí sin tener que preocuparme por lo que pasa a mí alrededor. Siempre y cuando pueda seguirles la corriente a todos, sé que lograre con mi vida –. Tras pensar en ello, unas lágrimas comenzaron a caer. Ceslo, levantando las manos, dijo – ¿Qué es esto?, ¿por qué estoy llorando? – sintió como su corazón comenzaba a palpitar cada vez más fuerte.

Ya habiendo recorrido unas tres cuadras más, se detuvo y dijo – No puedo seguir de esta manera. Acabo de recordar que le prometí a alguien que le ayudaría con algo. No estoy seguro de que se trate pero, por lo que siento, debe de ser muy importante y no puedo dejarlo ir –. Ceslo dio la media vuelta y comenzó a correr de regreso. Pero esto no sería fácil, ya que las personas que pasaban junto a él no se lo iban a permitir. Puesto que decían – No debes de detenerte ni mucho menos regresar lo que ya has recorrido. Debes de continuar – Ceslo – Pero, ¿hacia dónde se dirigen?. No creo que sea a donde voy – Ellos – nosotros nos dirigimos a la perfección de todo. Donde nadie puede ser más ni menos. Donde todos haremos y tendremos lo mismo – Ceslo – No, ¿no creen que sea algo aburrido un lugar así? – Ellos – nada es aburrido. Mientras todos sigan las reglas que se nos han impuesto, todo estará bien – Ceslo – no puedo aceptarlo – y no se detuvo para nada. Pero las voces de las personas parecían estar junto a él y no lo dejaban. Los pasos de Ceslo eran demasiado lentos y no lograba alejarse mucho de ellos. Los brazos de estos comenzaron a convertirse en unas cadenas que lo seguían y, conforme lo iban alcanzando, era la muestra de que muy pronto ya no podría escapar de sus garrar. Ceslo no volteo a ver a pesar de querer ver cómo eran sus rostros ahora.

Una oscuridad comenzaba a cubrir poco apoco el cuerpo de Ceslo y el camino se iba desvaneciendo. No podía encontrar alguna forma de salir si el camino desaparecía por completo, por lo que Ceslo comenzó a tirar con todas sus fuerza para romper las cadenas y, con lágrimas en los ojos, dijo – no me puedo dar por vencido. Pero, si este fuese mi final, quiero por lo menos haber dado todo de mí y romper estas cadenas. Ya que hay alguien que me espera – Sonrió – Bueno, aunque no esté ahí, sé que podrá arreglárselas para dejar todo esto. Ya que al final siempre lo ha hecho –.

Ceslo extendió su mano derecha, mientras ya la oscuridad le cubría casi todo el cuerpo. Lo único que se podía ver de Ceslo era la mitad de su rostro y un poco de su pierna izquierda, la que no podía mover más. Las lágrimas eran cada vez más, al pensar que no logro con su objetivo. La oscuridad seguía apoderándose de Ceslo con una rapidez increíble, ya que él trataba de no dejarlo pero las fuerzas se le iban acabando y no podía seguir luchando por más tiempo. Llegando al límite, La oscuridad cubrió a Ceslo dejando ya sólo su mano a la vista.

Mientras la mano se iba desapareciendo, Ceslo ya no podía ver nada y en sus pensamientos comenzó a sumergirse. En estos él pensaba – nunca tuve oportunidad contra esto. Las personas pueden continuar en este lugar ya que lo han aceptado. Y yo, que lo he intentado dejar, he terminado así. He terminado devorado por la misma sociedad. Nadie acepta a los demás si no tienen los mismos intereses o si no van a cumplir lo que ellos quieren, ¿acaso no podemos ser nosotros mismos?. ¿Por qué tratan de detener a toda persona que no sigan este esquema que no deja vivir a nadie y se encuentra en un colapso?. No sé el motivo del que se disfrace con otros nombres y, sin que nadie se dé cuenta, sigue siendo lo mismo –.

Antes de que la mano de Ceslo ya no se pudiera ver, sintió como alguien le tomo de ella y le jalaba. Al parecer había quien se preocupase de que terminase en el olvido. Pero, viendo el poder de la oscuridad y teniendo en mente que también podría terminar como él, pesó – no me ayudes, ve y sálvate –. Pero poco a poco Ceslo iba dejando de estar en posesión de esta oscuridad. Primero fue el brazo que salió y luego parte del rostro.

Cuando Ceslo abrió los ojos, se fijó en que era ella. Erol había venido a rescatarlo. Sin embargo, Ceslo , Al poder ya hablar, dijo – Por favor. Déjame aquí y sálvate. No puedo dejar que mueras aquí conmigo – la oscuridad de pronto comenzó a envolver el pie izquierdo de ella. Pero esto no la hizo huir, sino que hizo que jalara con más fuerza a Ceslo. Él, con un dolor en el pecho dijo – no me has escuchado. Te he dicho que te olvides de mí – ella – no puedo creer que en estos momentos comiences a flaquear y dejes que te devoren así. No recuerdo que te haya enseñado a ser alguien así de patético – Ceslo – No es que quiera ser lo sino que no hay salida para esto. Y, si alguno debe de morir, será mejor que sea yo – ella – dime, ¿por qué crees eso? – Ceslo – no te hagas la tonta. Yo leí el reporte y sé lo magnifica que eres. Pero…, en cambio yo – ella – tú, ¿tú qué? – Ceslo – yo sólo sería un estorbo para ti. No puedo ser alguien que valga la pena rescatar de este lugar – ella no le respondió nada.

Ceslo cerró los ojos y relajo su mano. Pero ella, al sentir como se le resbalaba de la mano de Ceslo, con muchas más fuerzas comenzó a sacar cada vez más a Ceslo de esa cortina negra y, rompiendo las cadenas a la vez, logró evitar que Ceslo terminara mal. Sin perder el tiempo en tomar un respiro, sacó una pequeña botella. Abriéndola, succiono toda esa cortina. Al ser que había quedado agotada tras sacar a Ceslo de ahí, no sabía si podría resistir lo suficiente como para capturar por completa esta oscuridad.

Mientras caía de rodillas, sintió como Ceslo la detuvo por detrás. Él, tomándola con una mano y la otra ayudándole a sostener aquella botella, dijo – no te preocupes, te ayudaré – su ojos brillaron tras escuchar aquellas palabras. Pero no podía relajarse aún hasta haber terminado. Por ello dijo – Está bien, te encargo que no me dejes sola – Ceslo – sí –. La sombra iba desapareciendo sin dejar rastro alguno.

Al ver como terminaba a la vez la ilusión conjunto con la sombra, Ceslo dijo – ¿Qué es lo que está pasando? – Ella – no te preocupes por ello. Lo que pasa es que está desapareciendo todo lo que controlaba y por eso

Muy pronto veremos de nuevo la realidad –. Mientras hablaban, terminaron de succionar a la sombra y todo desapareció. Lo que quedo fue un cuarto vacío y sin una sola salida.

Ceslo, viendo que estaban atrapados, dijo – descansemos un rato. Qué tal si nos sentamos juntos un rato – ella se rió – Ah, y eso por qué fue – ella – no me malinterpretes. Es que me esperaba a que comenzaras a buscar una salida inmediatamente. Pero parece que no le has dado importancia – Ceslo – No es que no me importe salir de aquí. Sino que quiero descansar un poco. Además, tú debes de estar bien cansada – ella – tienes razón, estoy un poco agotada. Así que yo acepto la invitación –. Se sentó junto a Ceslo y comenzó un momento en la que no se dirigieron palabra alguno.

Después de un momento, ella le dijo – está bien. Dime la verdad. ¿Qué es lo que quieres? – Ceslo – nada – ella – no importa lo que digas, a mí no me vas a engañar tan fácilmente – Ceslo – bueno, no puedo hacer nada al respecto. Así que – le dirigió una mirada fija y sería – dime cuál es tu nombre y qué es lo que realmente quieres – ella – conque eso era. Bueno, aunque me lo preguntes, ¿no habías dicho que ya lo sabias? – Ceslo – Eso creía. Pero, después de ver lo que acaba de pasar, ya no creo que sea así – Ella – está bien. Como desees, te voy a decir – tras esto, comenzó a contarle a Ceslo quien era y que su verdadero nombre no se lo podía decir aún. Por lo que podía utilizar el nombre con el que la han etiquetado en este lugar o usar otro.

Aunque Ceslo quiso conocer más acerca de ella, tras ver como ella empezó a desviar las preguntas, dejo de hacerlo y se propuso algún día ser de su confianza y lograr saber más de ella. Aunque el nombre que le habían puesto no era nada bonito para estar diciéndole así y, como ella le seguía enseñando, decidieron que Ceslo únicamente le diría “maestra”. Por lo que no podría seguir esperando el quedarse en ese lugar hasta que algo sucediera, Ceslo se levantó y comenzó a buscar una forma de salir.

Ella, mientras miraba como Ceslo iba de un lado a otro, se rió a carcajadas, esto hizo que él se enojara un poco. Por ello, después de lograr contenerse un poco, dijo – no es necesario que sigas buscando. La salida está más cerca de lo que crees –. Ceslo dejo de buscar y miró fijamente a su alrededor, pero no logro ver nada. Ella volvió a reírse de él. Mientras hacía esto, dio tres golpes con el talón y la puerta apareció enfrente de ellos.

Saliendo de aquel cuarto, Ceslo notó que se encontraban dentro de la cafetería y nunca la habían dejado. Ella, para no dejara de lado todo lo ocurrido, dijo – Quien diría que terminaríamos metidos en este asunto antes de tiempo – Ceslo, un poco sorprendido, respondió – es que, ¿acaso no fue obra tuya? – Ella – bueno, si tenía pensado que esto sucediera pero no que fuese antes de descansar un poco. Así que esto también me sorprendió un poco – Ceslo – pero, ahora que debemos de hacer para demostrar que eres apta para mantener tu puesto –. Ella, con una sonrisa en el rostro, levanto la botella y dijo “con esto”.

Tras demostrar una de las propuestas de ella y, consiguiendo seguir como si nada hubiese sucedido, las vacaciones estaban ya muy cerca de finalizar. Mientras Ceslo pensaba en la propuesta que le habían dicho desde que comenzó a llegar, el final del rumbo era evidente. Ceslo, antes de entrar a la cafetería, decidió sentarse un rato en el parque a pensar un poco.

Después de haberlo meditado lo suficiente, Ceslo entro y, cuando termino el día, dijo – maestra, ya he tomado una decisión – ella – conque ya te has decidido. Bueno, no importa cuál sea tu decisión, sabes muy bien que cumpliré con mi palabra – Ceslo – mi respuesta es… – ella trato de mantener la paciencia – que acepto ser uno de los buscadores – ella – ¿Qué? – Ceslo – así es. Pero la condición es que únicamente será bajo sus órdenes. No pienso seguir a nadie más. Por ello, maestra, quiero que me acepte y me guie – ella – no lo puedo creer. Que poco considerado eres – Ceslo – estoces es un ¿no? – Ella – claro que esa no es mi respuesta. Pero, si estás dispuesto a lo que viene, te aceptaré con mucho gusto – Ceslo – sí, estoy dispuesto a seguirte en todo este camino – ella – muy bien. A partir de hoy serás mi alumno oficial. Pero, a partir de mañana no podrás regresar a este lugar – Ceslo – Pero maestra – ella – no me respondas así. Si te digo que no regreses es porque tengo cosas que hacer y no te puedo atender – Ceslo – está bien. Pero, ¿cuándo regreso? – Ella – no debes de preocuparte por eso. Ya verás que nos encontraremos cuando sea tiempo de que volvamos a seguir –.

Ceslo, a partir de ese día ya no regreso a ese lugar y terminó sus vacaciones en su casa. Ya habiendo empezado enero, recordó que no había escogido que carrera seguir y que sus papás habían tomado una para él. Lo único era que no sabía de qué se trataba ni donde estaba el instituto o colegio -. Pero, ya siendo la segunda semana de enero, Ceslo se tuvo que preparar para ir a su nueva escuela. Al ser que los primeros días no era obligatorio para los nuevos alumnos utilizar el uniforme, Ceslo se vistió como era de costumbre. Pero, cuando su mamá lo vio, le hizo volverse a cambiar y ponerse una ropa más presentable para la ocasión.

Al llegar a su escuela, Ceslo dijo – no recuerdo haber visto que había un instituto aquí. Bueno, da igual – y así entró. Camino hacía el lugar donde se llevarían los actos de inicio del ciclo escolar. Mientras caminaba, miró como pasaban varios estudiantes de grados superiores junto a él. Aunque no sabía ni que iba a estudiar, ya que no le puso importancia cuando le dijeron y lo tomó a la ligera. Sabiendo que su mamá le había apuntado en los cuadernos el nombre de la carrera, sacó uno de estos para ver.

De pronto escuchó que en las bocinas del instituto comenzaron a llamar a todos para iniciar los actos. Ceslo tuvo que correr y, con el cuaderno en la mano, llego hasta el salón. Vio que todos estaban parados en fila conforme las clases. Él se acercó a la tercera del lado izquierdo, donde pregunto por el nombre de la clase que se encontraba ahí. Mientras le decían que esa era su clase, se escuchó como el director empezó a hablar.

Ceslo se formó al final de la fila y escuchó el discurso. Cantaron el himno nacional y la luna de Xelajú (estas se cantan antes y durante los actos de apertura de algún evento o inicio de clases). Después de ello, subió la representante de los alumnos de primer ingreso a dar un discurso. Según se decía que era la que tenía mejores calificaciones. Esta era una señorita con cabellera larga y oscura. Su forma de caminar era elegante y delicada. Tenía una mirada sería y el atuendo que lucía era el uniforme del establecimiento. Estos eran un suéter y chaleco, con cuello “v”, gris con el escudo del lugar, una blusa blanca y falda azul marino.

Ella tomo el micrófono y, después de saludar, dijo – queridos compañeros, a partir de este día, hemos comenzado una nueva etapa para nuestras vidas. Así que, les pido que den todo de sí por lograr sus metas y objetivos. Recuerden que debemos de ser los mejores y, para ello, debemos de estudiar dando nuestros mejores resultados. Nadie es menos aquí, ya que nadie sabe todo. Si quieren saberlo todo, deben de aprender de la vida y de lo que nos enseñan. El que vino sabiendo todo, es un completo tonto que no puede ver más allá de su propia arrogancia. Por ello, no se dejen segar y construyamos nuestro futuro con una sonrisa en el rostro… -.

Luego de haber terminado todos los actos, cada clase se dirigió a sus aulas. Ceslo seguía a todos, ya que no tuvo tiempo de ver donde quedaba su clase. Al llegar a esta, entró y, sorpresa, la representante de los nuevos alumnos era su compañera. Pero, sin poner importancia a esto, decidió ir a tomar un asiento y no destacar mucho ese día. Las clases iniciaron con la presentación de los maestros y de cada uno de ellos. Al terminar el primer día, todos comenzaron a salir. Pero, mientras Ceslo alzaba sus cosas, La compañera se acercó a él y le dijo – No puedo creer que no me hallas reconocido – Ceslo – disculpe, la conozco – Ella – que falta de respeto para tu maestra – Ceslo – dijiste ¿maestra? – Ella – sí – Ceslo – No lo puedo creer. Pero… – ella – no te alteres. Después de todo, esto lo he escogido por ti – Ceslo – ¿por mí? – Ella – así es. Fui y hable con tus papás y por eso estas aquí. Bueno tuve que hablar con otras personas antes de poder hablar con ello, pero eso no es importante – Ceslo – pero, cómo así – ella – así como lo has escuchado. Recuerda que te dije que sería un largo camino y aquí es donde inicia. En este lugar donde aprenderás todo lo que debes de saber acerca de lo que hacemos y de esta manera lograr con todas las misiones que tendremos que hacer. Por ello, esta no es un instituto normal. Aquí estudian todos los que ha de trabajar en nuestra organización – Ceslo – pero, ¿creía que ya habías terminado? – Ella – Así es, pero no puedo dejar a mi estudiante solo. Por eso te acompañare para que logres pasar y así estar listo cuando sea el día de nuestro nombramiento oficial -. Y de esta manera inicia la travesía de Ceslo por encontrar lo que quiere.

Gracias por leer la historia No. 10. Espero que les gustara y dándoles a conocer que nos acercamos cada vez más a la meta y el inicio de las continuaciones de las demás historias.

Les agradezco su atención y espero sus comentarios para poder mejorar

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