Seguramente en más de una ocasión has escuchado esta expresión, a lo mejor dicho por alguno de tus conocidos, familiares o muy posiblemente mencionado por ti. Sin embargo, histórica y culturalmente se ha tenido diferentes percepciones acerca de los tatuajes.
Comenzando nuestro recorrido en Egipto en donde eran utilizados exclusivamente por miembros provenientes de la sacerdotisa y se cree que eran realizados por mujeres; adicionalmente podemos denominar a esta cultura como la pionera en el uso de pigmentos de henna, y el significado de estos se le atribuía a una cuestión de fe, ya que se solía creer que estos ayudarían a la prevención de enfermedades y a ahuyentar peligros que se pudieran presentar.
Como complemento a lo mencionado anteriormente, y a su vez haciendo un contraste, la religión con más creyentes en el mundo ha dejado este tema plasmado en el pasaje bíblico Levítico 19:28, en donde menciona que no se debe de imprimir señal alguna en el cuerpo, sin embargo en este pasaje se encuentran variantes en su traducción y por consiguiente en la interpretación que se le dé; tal es el caso de lo sucedido en la Edad Media en donde se les llegó a prohibir y considerar como herejía y pecado, ya que se creía que era una mutilación al cuerpo de Dios.
Trasladándonos a la cultura polinesia, constituida por pueblos indígenas de aproximadamente mil islas situadas en el centro y sur del océano pacifico, encontramos la tradición tatuadora más amplia, en donde su significado va más allá de lo religioso, aterriza en lo jerárquico y como parte de una estrategia para lidiar batallas.
Se sabe que los miembros de la comunidad se comenzaban a tatuar a muy temprana edad, marcando la transición de la adolescencia a la madurez, siguiendo un ideal en el cual cada persona deseaba llenar cada espacio virgen de su piel, esto como símbolo de respeto, por lo que entre más tatuajes se tenían más respeto poseía esa persona. De igual forma usaban el cuerpo como lienzo para plasmar las estrategias contra sus enemigos para salir victoriosos en el campo de batalla.
El tatuaje como distinción de esclavos y criminales comenzó en la antigua Grecia, ellos le aprendieron las técnicas de tatuar de los Persas y las emplearon para marcar a esclavos y criminales de esta forma fuera fácil identificarlos en caso de un posible escape.
Más allá de lo anterior mencionado, el tatuaje usado como forma de expresión llegó debido a los marineros que lo fomentaron y los polinesios (también llamados meoríes) que evolucionaron su concepto e hicieron que llegara a EUA antes de la época de colonización. Esto permaneció en silencio hasta que llegaron los años 70´s impulsados por el movimiento hippy, el cual exigía una completa libertad de expresión.
Es interesante como cada cultura le ha dado diferentes percepciones a los tatuajes, de tal forma que pasa de ser un sentido de fe a un símbolo de respeto o inclusive para distinguirte debido a delitos cometidos, la realidad es que día con día se dejan atrás las etiquetas sociales que llegaron a dominar la mentalidad de las generaciones anteriores y se le da paso a un nuevo fragmento de esta historia cuyo final aun no esta escrito.
OPINIONES Y COMENTARIOS