Algo que contar

Si estuviéramos en la edad antigua donde se escribía en un pergamino con pluma y tinta esta carta se hubiese escrito con sangre, lágrimas y un lienzo llamado dolor, donde cada letra que se traza sobre el lienzo trae como consecuencia una herida que mana sangre de recuerdos y soledad inmersos en un pensamiento sufrido. Hoy el único medio que tengo para expresarme es este viejo computador que pareciera comprender cada letra que sale de mi mente y recuerdos que atormentan mis noches, como un ruido que aumenta su intensidad y que se hace oír cada vez más y más fuerte. No hay peor mal que sentirse solo, donde tu única compañía es el viento que susurra una fuerte tempestad que se agranda con los días y a que a su paso va acabando con todo lo que se encuentra enfrente.

No pienso ser desagradecido, pero siento que todo lo que me acontece solo me pasa a mí, estar atrapado en una habitación abierta donde puedo ver la salida pero aun así no se si acudir a ella, no es solo ver la vida pasar sino sentirla, en esto está el sentido al existir a la esencia de la vida, aquel que no ha sufrido ni ha llorado no conoce aun lo que es sentirse vivo, sentir traspasar una estaca al corazón y resistir el dolor, luego un puñal al alma y seguir caminando, en ese momento te das cuenta que estas vivo, cuando las lágrimas caen al suelo como una cascada buscando refugio y consuelo de alguien que te pueda comprender pero en todo el mundo no existe. Ya ni en los momentos más tranquilo dejo de pensar en que hubiese pasado si hubiera tomado otras decisiones o si hubiese descargado mis cargas en alguien. De pronto mi vida hubiese tomado otro rumbo, pero para que pensar en lo que no se hizo ni se podrá cambiar, es como el viejo dicho ¨De que sirve llorar sobre la leche derramada¨.

Existen sonrisas falsas que alimentan la mente, con rencor y decepción, sonrisas que aparecen como fotografías en mi memoria y dan a conocer el significado de hipocresía y falsedad, es como una pequeña flor atrapada en medio de espinos gruesos y afilados que buscan destruirte pero a la vez reconocen la belleza de tus pétalos, se torna confuso todo lo que acontece, no encontrar un solo destinatario confunde más y hace que el corazón se acelere y piense que tal vez los más cercanos planean tu caída.

En casos como estos es mejor el silencio, aunque él mismo te consuma por dentro con una voz queriendo estallar. Tal vez mi punto de vista sea retrogrado y no muy intelectual como una voz insegura en medio de un salón de clases, que aunque tengas la razón el miedo te controla y te hace pensar si la vida de los demás sería mejor si ya no te escucharan más, esperando un silencio perpetuo llamado muerte.