El mago secreto

Ema

-coronel, coronel. Aquí le habla Yosef. Conteste coronel -, el coronel, con una voz desalentada, contesta – Yosef, aquí el coronel -, Yosef – coronel espero sus órd… – es interrumpido por el coronel – te agradezco Yosef por ser leal todo este tiempo – con voz triste – pero creo que hemos perdido. El enemigo ya nos tiene. Todos los que estaban de nuestro lado nos han traicionado. Solo tú has logrado mantenerte de mi lado. Así que te doy la última orden – con voz fuerte – Yosef -, Yosef contesta – Sí coronel -, coronel, – a partir de hoy. Quedas libre de la Fuerza Secreta de Magos. Desde este momento puedes hacer lo que quieras. Así que, vete, corre, huye. No te quedes aquí, ya que nadie más conoce aún tu identidad mas que yo – se corta la comunicación.

Yosef intenta recuperar nuevamente la comunicación pero no lo logra. Así que decide ir al cuartel del coronel. Corre con todas sus fuerzas, para no ser detectado al utilizar magia, pero se encontró con una patrulla de enemigos. Yosef se pregunta – ¿Qué voy a hacer?. No puede esconderme por mucho tiempo, ya que la vida del coronel está en peligro. No me queda de otra – Yosef levanto su mano derecha, mientras decía – aquí y ahora, cada uno de mis enemigos quedarán fuera de mi camino – de repente aquellos magos sintieron un poco de miedo – Farsin – una luz apareció debajo de todos y desaparecieron, consumidos por aquel ataque.

Yosef continuó su camino, pero esta vez se teletransporto, ya que sabía que lo habían detectado y sería una pérdida de tiempo continuar corriendo. Llegó a la oficina del coronel, estaba por abrir la puerta cuando escucho una voz que hablaba con el coronel – dígame coronel. Entonces me dirá quién es ese mago suyo – el coronel contesta – no sé de qué me habla – la voz – no se haga él tonto. Usted ya sabe, el mago más joven que ha tenido. Dicen que es muy fuerte a pesar de ser todavía un niño de trece años – el coronel – no he escuchado nada hablar sobre él -. Yosef se asomó un poco para ver de quién se trataba. Era una mujer de negro, y tenía una marca en su mano derecha, la cual era la marca de sus enemigos.

Yosef decidió entrar, mientras tanto, la mujer ya había perdido la paciencia y decía – escúchame señor de segunda. Si no me dices quien es te voy a matar. Así, que si aprecias tu vida me lo vas a decir -, pero, a pesar de lo que ella decía, el coronel no dijo nada. Yosef entró dando un ataque de paralización, pero ella se dio cuenta y lo esquivo. Se volteó, mientras decía – Conque te vendiste aquí por Forex. No tuve que buscarte, me has ahorrado mucho tiempo. Ahora, muere – y lazo un hechizo de ráfaga de viento. Fue tan rápido que Yosef casi no lo logra esquivar.

El capitán, con todas sus fuerzas, hizo un gran hechizo – Aquí y ahora, ya no hay tiempo ni sueños. Anula toda magia y has que mi oponente desaparezca, sin dejar más rastros de lo que a pasado. R -, miró a Yosef y le sonrió – Retordestru – y todo el ejercito, que los había invadido, desapareció. Aquella mujer desapareció y no pudo hacer nada para evitar el hechizo del coronel.

El coronel calló al suelo, después de haber echo eso, ya no tenía mucha fuerza. Yosef corrió a levantar al coronel, mientras intentaba curarle todas sus herida pero todo fue imposible. Yosef se puso a llorar y, el coronel, con sus últimas fuerzas dijo – Yosef, quiero encargarte algo muy importante. Pero antes quiero que me digas si lo deseas hacer – Yosef, con lágrimas, dijo – haré todo lo que me ordene, coronel -, el coronel continúa – Yosef. No tomes esto como una orden, sino, hazlo con la libertad de decidir tomarlo o dejarlo -. Sacó un papel de su bolsa y se lo entregó a Yosef. Yosef la tomó y lo iba a leer, pero el coronel le dijo – por favor Yosef. No lo leas aún. Vete lejos de aquí y, si decides hacerlo, protege a esa persona -, Yosef responde rápidamente – No coronel, me lo voy a llevar. Usted no va a morir aquí, ya lo verá -, el coronel, con lágrimas, dice – ya es muy tarde para mí. No creo poder continuar viviendo por mucho tiempo. Pero tú, que aún eres muy joven, tienes una larga y maravillosa vida por tener. No la desaproveches y vive aprendiendo a ser feliz. Nunca te rindas, aunque la vida parezca tan cruel; tan difícil de comprender y manejar; tan egoísta y hasta te haga dudar, recuerda siempre podrás vencer, nunca olvides tu motivo por el cual deseas vivir – y con estas palabras murió el coronel.

Yosef salió corriendo y, a pesar de estar en un mar de lágrimas, se fue hacia las montañas. Decía, mientras corría – no es justo, no es justo. No debías de hacer ésto coronel, yo pude haber terminado con ella sin ningún problema. La pude haber echo polvo -. Se encontró con un gran grupo de enemigos. Se cubrió la cabeza con su capucha, los miró y, mientras continuaba corriendo, ellos le lanzaron diferentes ataques.

Yosef, salió volando y los soldados se rieron diciendo – ¡Ah!, nos equivocamos, sólo era un pobre niño, no debíamos de preocuparnos mucho -. Yosef se levantó, seco sus lágrimas y, sumergido en su frustración, dijo con todas sus fuerzas – ustedes fueron los causantes de que el coronel muriera. ¡Se unieron a los enemigos y ni cumplieron con su deber!. Ahora, están junto con ellos cómo si nunca nada hubiera pasado. Por eso – levantó su mano – no seré compasivo con ninguno de ustedes. ¡Retorno, Retorno. Destello de meteoros, lava derritan y terminen con todos -. De pronto todos estaban corriendo y, a pesar de usar todos sus hechizos, no podían continuar.

En eso, Yosef reaccionó y anuló el hechizo justamente antes de haberlos matado. Así que, se transporto a las montañas. Una vez estando ahí, sacó el papel, que le había entregado el coronel, y lo empezó a leer. Al terminar de leerlo, Yosef lo aguardo y se dirigió hacia un pueblo lejano. En el pueblo buscó, por todos lados, un lugar dónde poder dormir.

Al no encontrar ningún lugar, decidió dormir en unas rocas que, cuidadosamente había colocado, estaba cubierta por diferentes cosas, como un nido, que Yosef trajo. Se acostó y, a pesar del frío de la noche, durmió. Empezó a caer la lluvia. Yosef, que no podía ir a ningún lugar, se quedó ahí, mientras se revolvían sus lágrimas con la lluvia. Y así, pasó la noche.

Al siguiente día, Yosef se levantó y continúo con su búsqueda. Vio de casa en casa, tratando de encontrar a un persona que, según la carta, él debería de estar con ella hasta ser ya independiente. Aunque ha Yosef se le hacía un poco raro, ya que él era independiente y casi no necesitaba de los demás para sobrevivir. Yosef se preguntaba – ¿Dónde podré encontrar a esa persona?. Además, no especifica bien cómo es -.

Yosef empezó a alejarse cada vez más del pueblo. No podía creer que, a pesar de buscar en cada casa de distintos pueblos en que había pasado, no lograba encontrar a esa persona. Yosef no sabía que hacer, sólo se le pasaba por la cabeza – debería de ser tan fácil encontrar la con magia. Pero no puedo hacerlo, sino, estaría incumpliendo con él coronel. Ah, no se qué más hacer. Pero aún no me puedo rendir -, en eso, vio una pequeña casa a lo lejos. Era una casa humilde. Yosef se acercó a ella para revisar si vivía alguien ahí.

Yosef no sabía si entrar o no pero, lo único que podría hacer era refugiarse por el momento y disculparse después con la persona de ahí. Yosef se preguntaba, después de haber entrado -¿será qué vivirá alguien aquí?. Esta casa ofrece el estar abandonada. Todo aquí está muy sucio y, por el polvo que he encontrado, diría que hace ya mucho tiempo que no vive nadie aquí -. Yosef subió al cuarto de arriba, ahí se pudo dar cuenta se que si había alguien en ese lugar. El dormitorio era el único que estaba arreglado de toda la casa.

Yosef, al ver que sólo había una habitación arreglada y por como se encontraba el resto de la casa, llegó a la conclusión de que ya no había nadie viviendo ahí. Toda la casa se encontraba en muy mal estado y descuidada, lo único que podría explicar lo del cuarto era que tal vez alguien había tomado un pequeño descanso en ella y, como sólo lo uso para pasar el momento, limpio únicamente el cuarto que uso. De todas manera, la persona que hubiera pasado ahí ya tenía que tener, de haberse ido, por lo menos unos tres días.

Pero, como en ese momento, lo que necesitaba era un lugar donde pasar la noche mientras encontraba a quién estaba buscando. Bajo a la cocina y, encontrando algo de comida, comenzó a cocinar y, después de una buena cena, se dirigió a dormir. Al acostarse en aquella cama, pese al color rosado, no era un mal lugar para descansar. Él nunca había sentido comodidad al dormirse, como la que le daba aquel lugar. Ya que siempre dormía en los campos o en las duras literas de la base. Aquella noche fue muy pacífica y, habiendo encontrado un lugar donde resguardarse de la fría noche, era una gran suerte que había tenido.

Al siguiente día, Yosef estaba durmiendo tranquilamente aún cuando de repente, sintió como que alguien lo intento atacar. Al sentir que algo venía hacia él, rápidamente movió su mano y, con precisión, logró agarrar aquel objeto. Aunque aún se encontraba soñoliento, trató de distinguir lo que era. Medio miraba que era una sartén pero, como se acababa de despertar, pensó que era sólo un sueño.

Por un momento, mientras terminaba de abrir los ojos, Yosef reaccionó, al recordar que se encontraba sólo y que aquel sartén era real y no un producto del sueño, y se levantó rápidamente y dirigió su mirada en dirección de donde vino aquel sartén. Volteó rápidamente y, preparándose para atacar a la responsable de aquel acto.

Estando a punto de atacar y deshacerse de él enemigo, se detuvo al ver a una niña que, a pesar del miedo que tenía de él, trataba de estar calmada y firme sin que se diera cuenta de ello. Pero como Yosef había estado entrenando y puesto en la batalla muchas veces, no era tan fácil el engañarlo, por lo que se dio cuenta rápidamente.. Sin siquiera atacarla, se levantó y, con una voz firme, dijo – dime, ¿Quién eres y qué es lo qué quieres? – ella, sin decir ninguna palabra, lo miró fijamente y, quitándose uno de los zapatos, se lo lanzó. Yosef, al esquivar aquel ataque, se movilizó rápidamente y le dijo – dime – la agarro – ¿por qué me atacas? -, la niña, que ya no podía mantener la calma, dijo – ¡suelta me! -, Yosef, – no lo haré hasta que me lo digas. Además, no es algo bueno que ataques a alguien que se encuentra durmiendo -, la niña, – te he dicho que me sueltes -, Yosef, – y, ¿por qué debería de hacerlo?. Además, este lugar me pertenece ahora -. La niña, al escuchar aquellas palabras, quedó en silencio por un momento.

Al no saber que poder contestarle, comenzó a pensar – qué, qué, ¿qué es lo que dijo?. Que ahora este lugar le pertenece, eso no es así. Ni puede estar pasando algo como esto. No, no puede ser así. Yo no lo puedo aceptar no lo permitiré. No dejaré que se quede con este lugar. Sino, sino, sino no habrá un lugar donde…. -. De pronto dejo de temblar y, con coraje y convicción, dijo – no, no ¡no lo voy a permitir!. Me oíste -, Yosef, sorprendido, dijo – qué es lo que acabas de decir -, la niña, – lo que acabas de escuchar – se libero de Yosef y, mirándolo de frente, continuó diciendo – no permitiré que te quedes con mi hogar. No puedo dejar que nadie se quede con esta casa. Por que, por que, por que si no lo hago. ¡No podré volver a verlo nuevamente! -, Yosef, – ¿volver a verlo? -, la niña, – Sí, así que ¡vete de aquí! -, Yosef, – dime, ¿a quien estas esperando? -, la niña, – a mi papá -, Yosef, un poco monótono, – ¿papá?, estas esperando a tu papá -, la niña, – Sí, por eso, es que he estado protegiendo este lugar hasta que él regrese -, Yosef, – y, dime, sabes dónde se encuentra ahora -, la niña, deprimida – no, no lo sé. Él se fue un día diciendo que iba al ejército y, desde entonces, no lo he visto -, Yosef, – y ¿cómo sabes que va a regresar? -, la niña, – para serte sincera, aunque no me recuerdo como es él, se que debe de regresar. Ya que mi hermana así me dijo -, Yosef, – disculpa, pero te podría preguntar cómo se llama -, la niña, dudando aún de Yosef, no quiso responder. Pero, viendo que Yosef seguía firme, sacó una foto para mostrarle quién es su papá y, de ésta manera, poder hacer que él se fuera.

Yosef, al tomar aquella foto, quedó completamente impactado, no podía creer de quien se trataba. La miró y preguntó – ¿Cómo te llamas? -, la niña, – mi nombre es Ema – Yosef, al oír quien era, quedó completamente sorprendido y, sin decir ninguna palabra, le regreso su foto. Ella tomó la foto y, viendo que Yosef se iba lentamente con una cara triste, lo tomó de la mano, mientras decía – Oye, ¿qué te pasa? – Yosef, que se quedaba cada vez con menos fuerzas, trato de no cruzar miradas y continuar. Pero, debido a la insistencia de Ema por saber lo que le pasaba a Yosef, él se tuvo que detener. La miró firmemente y dijo – no es de tu incumbencia -, Ema, – puedes decir que no es de mi incumbencia pero, pero no puedo dejar a alguien que está triste irse así nada más – Yosef – y ¿por qué? -, Ema, – por que mi hermana me ha enseñado que debo de ayudar a las personas cuando se sienten tristes y, además no sé qué es incumbencia – sonrió. Yosef, por otro lado, que se quedó indiferente pero sorprendido a que pudiera decir algo así, a pesar de que él la había agarrado, y también el que no supiera que era lo que le había dicho.

Sin siquiera querer perder más tiempo, dijo – mira, aunque no sepas que es incumbencia, no significa que no puedas entender estas palabras. No es algo que te importe -, Ema, – Ah, con que era eso. Pero, eso no cambia lo que quiero decir. Si estás triste, no puedo dejar que te vallas así nada más – Yosef, con un suspiro, la miró seriamente. Ema, al ver que Yosef la miraba seriamente, se quedó quieta esperando a que le dijera algo. Pero, para su sorpresa, en cuestión de un instante, él comenzó a correr y salto hacia el balcón. Ema, reaccionando, comenzó a correr tras de él. Yosef, que tenía mucha experiencia en correr, debido a su entrenamiento, se iba alejando rápidamente. Ema, que se quedaba atrás, al ver que no lo podría alcanzar, gritó – no te dejaré ir -. Yosef, que se iba alejando cada vez más, pensaba – qué le pasa a esta niña. No entiende la diferencia entre los dos y, aún así, sigue corriendo. Bueno, se dará cuenta pronto y me dejará de seguir -.

Yosef, que se iba desapareciendo de la vista de Ema, estaba determinado a no involucrarse con ella. Ema, que no podía seguir corriendo, por algo sin sentido, dijo – no puedo rendirme. Si no hago, no podré cambiar -. Pero, a pesar de todos sus esfuerzos, terminó perdiendo lo de vista. Se detuvo y, mirando hacia los lados, se dio cuenta que se encontraba muy lejos de la casa. Decidió regresar pero, sin siquiera poder pensarlo, ya se encontraba nuevamente corriendo para alcanzar a Yosef. Sus pensamientos comenzaron a surgir – no, no puedo rendirme tan fácil. Sé que lo voy a encontrar -.

Con las fuerzas renovadas, continuó tras Josef con una convicción que ni sería posible describir. Pero, al llegar a lo profundo del bosque, se detuvo y miró por todos lados. Había estado tras Yosef tan atentamente que no se había dado cuenta del camino. Y, al darse cuenta de no lo podía encontrar, se paró y miró al cielo. Aguantando las lágrimas, que cada vez le invadían más y más, comenzó a caminar con la esperanza de encontrar el camino de vuelta a casa. Por ser que lo había estado persiguiendo por bastante tiempo, no era de extrañar que fuese ya muy tarde. Se podría decir que ya la hora era entre las dos y tres de la tarde. Y, como se concentro en lo que quería, ni siquiera se había dado cuenta de que no había comido nada. Comenzó a sentir como le comenzaba a gruñir el estómago. Viendo a su alrededor y los árboles, con la esperanza de ver algunas vallas o frutas para comer, pero era imposible ver alguna. Y así continuo pasando el tiempo.

Después de haber caminado ya un rato, con sus manos agarrando sus estómago debido al hambre, vio a lo lejos un río. Esto la puso muy feliz, puesto que esto significaba que podría encontrar comida y le podría servir de guía para volver a su casa. Corriendo, Ema comenzó a sentir como todo estaba empezando a arreglarse. A pesar que no logró alcanzar a aquel invasor de su casa aunque también sentía lástima al ver lo triste que estaba, no podía hacer nada en ese momento. Pero, aunque llegara a tardar en poder llegar a encontrarlo, se propuso lograr ayudarlo.

Al llegar cerca al río, comenzó a caminar en dirección al este. Siendo que el sol comenzaba a ocultarse, decidió ver de primero algo que comer y, si fuese necesario, un lugar donde pasar la noche. A lo lejos logro ver un pequeño arbusto de bayas. Se acercó y, al notar que estas se encontraban ya listas para comer, comenzó a recoger algunas para el camino y comer un poco. Al no haber tomado en cuenta el tiempo que se hizo cuando comenzó a perseguir a Yosef, quien no era más que un intruso para ella, la noche la tomó en el camino. No tuvo otra opción que quedarse durmiendo ahí entre unos árboles.

La noche era frío, debido a época del año en que se encontraban. Quiso encender una fogata pero, debido a la oscuridad de la noche, no pudo encontrar algunas ramas secas para hacer una. Temblando junto al árbol, se recostó e intento dormir. Mientras se oían los ruidos de los grillos, saltamontes, la corriente del río y otros animales nocturnos, ella trató de calmarse y poder ser optimista en que el día de mañana lograría regresar a casa y, después después de ello, trataría de volver a buscar al invasor. Pero, de pronto, comenzó a sentir algo mucho más difícil de imaginar. Las lágrimas estaban a punto de caer, mientras ella decía en voz baja y casi tartamuda – papá, mamá, hermana. ¿Dónde están?. Ya verán que soy fuerte y que, aunque sea difícil ahora, algún día los voy a volver a ver-.

Ema, conteniendo las lágrimas, trato de dar un sonrisa mientras miraba las estrellas. La noche comenzó a pasar. Al amanecer, ella se despertó y, al verse sola, comenzó a caminar mientras comía algunas de las bayas que le quedaban. Se acercó un poco al río y miró como es que andaban unos peces. Y, continuando y su camina, se dio cuenta de que desde hace un rato la venían siguiendo.

Ema, presintiendo que podría tratarse de algo malo, comenzó a caminar cada vez más rápido. Mientras más rápido iba, los pasos comenzaban a oírse más y más. Ella, sin pensarlo ni un instante más, comenzó a correr. Cualquiera pensaría que sea normal entrar en pánico en un momento como este pero, para Ema que se había encontrado sola por mucho tiempo, no podía tener el lujo de ponerse así.

Ella, mientras corría, comenzó a ir entre los árboles. Su destreza era mucha, ya que lo hacía sin ninguna dificultad. Al llegar a un risco, comenzó a ver los rostros de las personas que la perseguían, aunque no lograba distinguirlos muy bien, podría decir que se trataba de una mujer y un hombre. Ellos se encontraban encapuchados con unas túnicas negras y, mientras se acercaban a ella, comenzaron a decir – al fin te hemos encontrado -. Ella, viendo hacia abajo, sonrió y dijo – díganme que es lo que quieren -, no le contestaron. Ella, al ver que no le iba a contestar nada de lo que dijera, dijo – no sé por qué es que me persiguen. ¿Podría ser que se halla equivocado de persona? -, la mujer – no creo que nos hallamos equivocado. Tu eres nada menos que Ema, la hija de uno de los comandantes de la región – Ema al oír esto, dijo – quizá sea alguien más -, el hombre – buen, no importa lo que digas. Al fin y al cabo, sabemos que eres tú. Ya que te hemos estado buscando y vigilando por mucho tiempo. Y por eso sabemos que tu papá es Gerbin -.

Ema, al reaccionar ante aquel nombre, sin decir nada, tan sólo sonrió y se lanzó. Ellos, al ver esta reacción, sin perder ningún momento, evitaron que ella cayera atrapando la en una ráfaga de aire y atrapando la de esta manera. Ema, mientras ellos comenzaron a llevarla, trató de librarse de aquel hechizo moviéndose de un lado a otro. Los dos que la capturaron se reían, mientras decían «esto fue fácil», «si muy fácil». Ema, pensaba – no puede ser, si no logro librarme de esto, no podré regresar a casa y si papá y mi hermana no me encuentran se irán sin mi otra vez -. La situación de Ema se volvía cada vez más difícil de ver alguna salida. Pero, al llegar al río, ellos vieron a un pequeño niño que se encontraba de pie enfrente se ellos. Este se encontraba con une sudadera y un trapo en el rostro, por lo que o era tan fácil de poder ver de quien se trataba.

Ellos, aunque lo vieron, no le pusieron importancia alguna, ya que no representaba ningún peligro para ellos. Pero, al acercarse, él les dijo – díganme, ¿hacia dónde se dirigen con esa niña? -, ellos sólo lo vieron y se rieron y, sin detener su marcha, continuaron. Al ver que no les hacía ningún caso, los detuvo, al ser que deshizo su hechizo y la niña cayó al suelo. Ellos enojados, le lanzaron una ráfaga de aire para que se apartara de su camino. Pero él los deshizo sin ningún problema. Después de estarle lanzando el mismo hechizo, comenzaron a frustrarse y caduceo iban lanzando unos más fuertes.

Al ver que o lograban vencerlo ni dañar lo, comenzaron a preocuparse. El niño se rió y dijo – esto no es divertido. Así que terminaré con ésto de una sola vez – de pronto comenzaron a sentir como la tierra se movía y, sin poder hacer nada fueron lanzados por un gran viento. El niño sólo miró como estos iban desapareciendo de su vista. La niña se levantó y, mientras el niño miraba fijamente a las dos personas que había enviado a volar, lo agarro y dijo – al fin te atrape -. El niño, sorprendido, dijo – disculpa, pero yo no te conozco – ella sin decir nada, le quito el trapo de su rostro y después dijo – a ja. Es el intruso – el la miro y dijo – ¿Cómo es posible que me hallas reconocido así? -, Ema, – por que tienes los mismos ojos triste atrás de esa sonrisa.

Yosef al ver lo que ella decía y sintiendo algo que nunca había reconocido antes. El hecho de que fuera una enemiga y que podía confiar en sus palabras, le hizo decir – si soy yo. Aunque no puedo creer que seas así de detallista. Nunca me imagine con encontrarme con alguien así -, Ema – eso no importa ahora. Lo que importa es terminar lo que habíamos estado hablando antes -, Yosef – esta bien. Pero primero debemos de regresar te a casa. Te deben de estar esperando ya – ella lo miro y sin tener ninguna objeción con aquello, dijo – esta bien pero no te vayas a ir -, Yosef – esta bien -, Ema – pero para confirmar que eso no pase te voy a tener que agarrar -, Yosef – eso no será necesario. Te diré un secreto, este será la manera en que podrás confiar en mi y que no me iré. Además, mi nombre es Yosef – se acercó y en el oído de Ema le dijo su secreto. Y de esta manera Yosef la llevó a su casa.

El encargo

Ya habían pasado algunos meses desde que Yosef conoció a Ema. Al ser que ella vivía sola y, debido a los peligros que ella tenía que pasar debido a su padre, Yosef decidió quedarse por un tiempo en su cuidado, mientras regresaban su papá y su hermana.

Yosef le había preguntado a Ema desde hace cuanto que no los veía, a lo que ella le contestó – pi pues todo fue muy repentino. Estaba con mi hermana viviendo aquí pero, un día, vinieron unos hombres. Ella, sin decir nada, sonrió y alistó su equipaje para ir de excursión. Yo le pregunté a dónde iba, ya que quería ir con ella, pero sólo me dijo «espérame aquí. Yo regresaré, tan sólo tengo algo que hacer. También, cuando llegue papá, dale un fuerte abrazo de mi parte si aún no he regresado» y me dejó sola. -, Yosef, – ya hace cuanto tiempo hace desde que se fue – Ema miró hacia el suelo y, por un momento, no dijo nada. Luego levantó la mirada y dijo – bueno fue ya casi un año -.

En ese momento Yosef comenzó a entender el motivo por el cual ella se había enojado tanto con el cuando se quedó aquella noche en su casa. Ella no enojo simplemente por querer sino que fue por que pensó que él se quedaría con la casa, donde es el punto de reunión con su familia. A pesar de que el nunca llegó a conocer a sus padres I hermanos, él no quería que ella se quedara sin esas esperanzas tal vez y sólo se tal vez, si se mantenía por un poco más de tiempo n ella mientras esperaba a que ellos regresaran, podría comprender que era ese afán que la tenía por su familia, algo que le llamaba demasiado la atención

Aunque ya había algunos meses desde que él se había quedado con ella, decidió preguntarle al fin si tenía alguna foto de su familia. Ema, dirigiéndose a una gaveta de una mesa de la sala, sacó una foto. La vio por un instante y, entregándose lo a Yosef, dijo – Ésta es la única foto que me dejó mi hermana antes de marcharse – . Yosef la tomó y, viendo aquella foto, pensó – Éste hombre lo he visto en algún lado pero, esta niña me parece familiar. ¿En dónde la habré visto? – sin siquiera lograr recordar dónde los había visto con exactitud, sólo quedó en poder cuidarla hasta que todo llegara a ser diferente.

Pero, ya había transcurrido más el tiempo y esto no podría continuar así. El que pasara unos meses no significa que la hallan olvidado pero, al ser que ya tenía unos dos años, no podía seguir ignorando tal situación. Yosef, aunque ya se había acostumbrado a vivir con ella, no quería verla triste, por lo que comenzó a buscar a su papá y hermana de Ema.

Al salir ya de mañana, solamente dejó dicho esto – Ema, no te preocupes por nada. Yo iré a buscar a tu familia. Nadie te hará daño, ya que dejaré protegida toda la casa. Así que… -, Ema, – no es necesario que lo hagas, ya ha pasado tiempo y, aunque no regresen, por lo menos ya no me siento sola. Así que, por favor, no vallas -, Yosef, – debo de hacerlo. Cuando regrese, dejaré de ser un mago. Así que te pido que no se lo digas a nadie. No puedo dejar que nadie más sepa de lo que soy -. Y con ésto último desapareció.

Mientras comenzaba a adentrarse más y más en el bosque, comenzaba a pensar – no puedo creer que haya hecho algo como esto. Bueno, eso ahora ya no importa -. Paso caminado por unos tres días, cuando se encontró con unos bandidos. Al verlos decidió tomar otro camino. Dejándolos atrás, se daba por seguro el ni haber tenido que ver algo con ellos.

De esta manera, al darse cuenta que estaba en territorio de bandidos, tuvo que ir con demasiado cuidado para no ser sorprendidos por ellos. El sólo tener que ir en forma de un ladrón que se esconde de la ley, aunque en este caso eran nada menos que bandidos y asesinos, tuvo que idear se miles de formas para pasarlos. De esta manera, entre dejando un campo lleno de trampas cuando tenía que ir a dormir como yo mantenerse en guardia en todo momento, pasaron los días.

Al haber pasado ya un mes, comenzó a pensar que esto podría ser un poco más difícil de lo que se había imaginado. Habiendo hecho su ropa en forma de un mendigo, se encontraba junto a un río, mientras se preparaba para comenzar a pescar, sintió de pronto que alguien se acercaba. Salto hacia la copa de un árbol para poder ver de quien se trataba. Estuvo esperando sigilosamente por unos segundos, cuando de pronto vio que alguien estaba tratando de escaparse de unos ladrones que lo perseguían.

Yosef, sin intentar entrometerse, solamente se quedó mirando lo que ocurría. Además, parecía que no podía defenderse por unas heridas que tenía en los brazos. Comenzó a pensar si ayudarlo sería bueno o no. Sin más en que pensar, comenzó a idear una clase de espejismo para evitar que se dieran cuenta de su presencia. Mientras hacía esto, comenzó a pensar – ¿esto estará bien?. No puedo creer que en momentos como este comience a querer ayudar a alguien – , mientras comenzaba a sacudir un poco las ramas, los bandidos comenzaron a alertarse y uno de ellos se dirigió hacia el lugar donde se estaba Yosef.

Yosef, al ver que se acercó, sin siquiera dudar un segundo más, creo una soga, con la que lanzó sobre el bandido y, mientras este lo esquivaba, lanzó una piedra. Logrando darle a este en la cabeza, se lanzó encima y con gran astucia logró aplicarle una cierta técnica para paralizar lo. Siendo así, miró inmediatamente al otro bandido que, al ver a su compañero caer, dio un silbido. De pronto las aves comenzaron a volar descontrolada mente, como si tratarán de escapar de algo.

Yosef al ver el grave peligro en que se encontraban, se dirigió rápidamente al ladrón, sin dar a ver por completo su habilidad militar, trató de distraer al ladrón lanzando una pequeña piedra que tenía en la bolsa. Este no trató de esquivarlo, ya que sabía que no le podría hacer ningún daño. Pero, lo que no se esperaba era que Yosef había logrado tirarlo con el impulso de un hechizo sin tener que decir ninguna palabra. Esto hizo que el impacto no fuera lo que el bandido esperaba. La al recibir el impacto, no fue la piedra la que lo tocó sino que fue un hechizo de aire que le hizo soltar a la persona que estaban persiguiendo. Yosef, aprovechando la oportunidad, la tomó en sus brazos y, dándole un golpe en la parte de atrás, lo puso inconsciente. El bandido se levantó inmediatamente y, cuando estaba a punto de atacar, Yosef sacó unas bombas de luz de su bolsillo y las arrojó. El bandido cerró rápidamente sus ojos, mientras los cubría. Yosef, aprovechando la luz que emitía está bomba, se teletransporto.

Justamente, cuando el efecto de la bomba de luz había acabado, llegó unas sombras. Estas eran las que este bandido había enviado dado la señal de soltarlas a sus demás compañeros pero, como Yosef había escapado sin dejar ningún rastro, estas no podían hacer nada. El bandido refunfuñando dijo – ese horrible mendigo me las va a pagar cuando lo encuentre -, miró a su compañero y, sin siquiera detenerse a ayudarlo, lo agarro del brazo y tiro, mientras decía – no seas un holgazán y levántate, que tenemos mucho por hacer -. Este no respondió por más que le estuvo haciendo esto con más fuerza. Al creer que sería en vano lo que trataba de hacer, lo dejó tirado y, con agitando la mano, dio la orden de regresar a las sombras.

Mientras tanto, en una cueva se encontraba Yosef con la persona que andaban persiguiendo y, mientras vigilaba que nadie los hubieran seguido, curaba a esta con una posición curativa que llevaba consigo. Al ser que estaba algo oscuro en la cueva y, aprovechando el atardecer, sentía que posiblemente podría entrar se a salvó ahí para poder pasar la noche. Además, ni podía dejar a esta persona herida sola.

Mientras esperaba a que se recuperara y recobrara el conocimiento, hizo una pequeña fogata para poder estar calientes ante la fría noche. Comenzaba a pasar las horas en que él comenzó a sentir un poco más de precaución, ya que no me había gustado para nada lo que sintió cuando aquel bandido silbo. Por ello, levantando una barrera al rededor de ellos, tuvo que o ocultar a la vez la presencia de su poder para que no lo localizaran. Esto era un poco molesto para Yosef, ya que debía de hacerlo de tal manera que cubriera un buen área o por lo menos toda cueva. Habiendo hecho esto, se recostó y durmió.

Al siguiente día, se levantó y noto que ya no se encontraba la persona, por lo que pensó – de seguro ya se recupero y decidió irse. Bueno, no lo culpo, yo hubiera hecho lo mismo -. Pero, antes de continuar el viaje, quito la barrera y, sin dejar rastro, continuo. Al parecer a Yosef le comenzó a sentir algún tipo de advertencia o de querer ser más precavido desde que salió de la cueva. Por tal razón tomó el camino de la barranco, que vio más adelante después de haber realizado un recorrido algo amplio.

El camino no fue fácil. A cada instante se comenzó a encontrar con algunos guardianes y vigías que habían invocado los bandidos, por ello tuvo que tener mucho cuidado de no ser atrapado. Pero, lo que comenzó a pasar por mente era si la persona se encontraba a salvo o si lo habían llegado a atrapar. Pero, como medida de seguridad, Yosef le había colocado un rastreador cuidadosamente sin que se diera cuenta. Esto era para no estar completamente preocupado por eso

Al fin se haber pasado ya una semana desde que entró, se encontró con una guarida. Recordando lo que había pasado durante su tiempo en el ejército, se dio cuenta de que posiblemente en ese lugar se podría encontrar la hermana de Ema. Pero, mientras más comenzaba a acercarse, comenzó a pensar – ¿Qué le diré a Ema si jo lo hallo?. ¿Será que me estará esperando?. Espero que lo que estoy a punto se hacer termine bien. No quiero defraudar la – comenzó a acercase poco a poco. Al estar casi en la entrada, noto que está se encontraba completamente vigilada. Por lo que, antes de salir de los arbustos, creo una ilusión con el cual logró despistar a los guardias.

Aprovechando y, para poder conservar un poco más de tiempo, hizo que este comenzara a atacar. Miente estos comenzaron a detener a quién creían que les estaba atacando, Yosef se infiltro por la guarida en una pequeña ventana. Al estar dentro, pudo ver que este estaba protegido con varias trampas. Por lo que comenzó a avanzar sin miedo y esquivando cada una. Trató de no activar ninguna, por lo que tuvo que ser paciente en algunos pasillos y demasiado cauteloso cada vez que se encontraba con alguno de los que pasaban.

Poco a poco logró encontrar la cárcel, donde se suponía que debía de estar la hermana de Ema. Al ver que el guardia salió un momento de su puesto, esto debido a que lo llamaron, ocultándose entre las sombras, se acercó a las celdas. Al ver que casi todas se encontraban vacías y, las que si se encontraban en uso, ni tenían más que criaturas de habían capturado. Yosef prefirió no sacarlas, al ser que eran demasiado peligrosas y revoltosas.

Pero, mientras caminaba de celda en celda, noto que había una pequeña puerta en el piso de madera. Se acercó y cuidadosamente la abrió. Viendo por todos lados, esto para confirmar que no viniera nadie, y entró. Esta estaba completamente oscuro pero, al ver al lo muy profundo, logró darse cuenta de una pequeña luz que empezaba a disminuir de poco a poco. Yosef se preguntaba que podría ser esa luz que miraba. No podía descartar el que se tratase de una trampa como la posibilidad de que fuera ahí donde se encontrara alguien.

Este no era una simple entrada a un sótano o algún lugar dónde dejaran alguien para que no sea tan fácilmente rescatado debido a la falta de atención dada a las cosas más simples. Al parecer se encontraba cubierto por algún tipo de he hechizo, por lo que parecía no lo era. Entre más se profundizará, parecía como si no hubiera ningún fondo en aquel lugar. La luz se miraba tan cerca como le hacía sentir que se encontraba mucho más profundo de lo que en realidad miraba. Al no poder encender ninguna luz para poder notar con exactitud cómo era el cuarto, no Yosef no tuvo más opción que tomar una decisión rápida.

Viendo hacia atrás y viendo que se encontraba tan cerca de la salida como podría ser una completa mentira, pensó – esto no puede ser así. Sólo me queda comprobar una cosa. Pero, si ni fuera cierta, terminaría en un grave aprieto y posiblemente deambulando por siempre o quién sabe cuánto tiempo en este lugar. Además, no puedo descartar que sea una forma de hacer perder la paciencia y, por ello, la cordura de cualquier persona sería probada aquí. Si no hago algo rápido, podría terminar enloqueciendo. Todo esto debe ser por el poco oxígeno que entra -. Se detuvo y, mirando por un momento detenidamente hacia aquella luz, se lanzó desde donde se encontraba.

Todo comenzó a parecer como una mala decisión, al ser que este ni paraba de caer. De pronto todo cambio de perspectiva, al parecer era mucho más hondo de lo que aparentaba. Yosef se encontraba como en una caída libre desde el volcán de Fuego. De repente, para sorpresa de Yosef, todo comenzó a aclarase, al ser que al fin comenzó a acercarse a la luz. Se comenzó a escuchar como un sonido de las olas en un gran mar. Yosef, que había cerrado los ojos al comenzar a creer que había sido una mala idea y comenzar a idear una forma de escapar de esa situación, abrió los ojos y vio frente a él un capullo gigantesco azul.

Al encontrarse a punto de entrar en el, rápidamente se envolvió en una especie de capa negra que había sacado de una pequeña bolsa que traía en su costado derecho. Al al impactar con el capullo azul, todo comenzó a escucharse como si se encontrara sumergido en el agua. Yosef, al comenzar a sentir el frío y húmedo del lugar, inmediatamente se desenvolvió de la capa y, reteniendo la respiración, comenzó a nadar. Yosef, al lograr salir a la superficie, dijo – Esto podría haber parecido un poco mal de no haber utilizado a tiempo la capa. Bueno, de momento, si he logrado salir del agua, debe significar… Ahí, sí, tierra -. Delante de él se encontraba una isla, al parecer desértica. Se dirigió hacia aquel lugar con todas sus fueras. Hubiera sido irónico el no haber tratado de llegar utilizando magia pero se había dado cuenta de que no debía de utilizar magia hasta ser necesario, de lo contrario, podría llamar la atención de los guardias de afuera y terminar siendo atrapado sin haber logrado encontrar su objetivo.

Al llegar al fin a la isla, se recostó bajo la sombra de una palmera. La noche comenzaba a entrar poco a poco. Yosef miró hacia arriba, mientras pensaba – esto debe haber sido hecho para poder encontrarse como en una isla desierta, ya que incluso se puede apreciar el día y la noche, hasta me hace creer que veo las estrellas y el cielo – luego dijo – esto ha sido una buena jugada. El o los magos que crearon esto, de seguro deben de ser muy buenos. Por eso, – sonrió – esto será divertido hasta cuanto tiempo podrán continuar con esto. Bueno, eso lo veré mañana – y habiendo dicho estas últimas palabras, se durmió.

Al llegar la mañana, Yosef se levantó y decidió ir a dar una vuelta y ver si había algo en esa isla. Mientras comenzaba a avanzar, se dio cuenta de que había algo que comunicaba cada pequeño detalle de la isla con el o los responsable de ello. Por tal razón comenzó a ir corriendo por el suelo sin procurando evitar tocar cualquier cosa innecesaria. Pero, como comenzó a sentir un poco de hambre, pensó – debo de apresurarme en encontrar y explorar la isla, de lo contrario, terminaré muerto de hambre o tendré que destruirlo dispuesto a que muera quien se encuentre en este lugar ğ. Aceleró cada vez más el paso. Pero, entre más profundo se encontraba de la isla, más parecía que se encontraba completamente desértica. Pero, tomando una decisión precipitadamente, decidió encaminarse en el punto más alto de todo el lugar. Viendo que este esta cuenta con dos montañas, eligió la que parecía más apropiada para lo que él buscaba.

Yendo por la montaña de la izquierda, comenzó a notar que al parecer no podría continuar ocultando su presencia por mucho tiempo. Esto era debido a que las plantas de la isla comenzaron a moverse y se empezaron a escuchar cada vez más ruidosa. Parecía como si las alarmas se encontrarán a un instante de sonar y alarmar al guardia de seguridad la llegada del ladrón.

Sabiendo que ya no podía seguir así, decidió utilizar magia para llegar pero, recordando que posiblemente se encontrara alguien ahí, no lo hizo. Después de una hora de correr, al fin llegó a cima. Se detuvo un momento para poder recuperar el aliento y, una vez había descansado un poco, miró desde la punta hacia el gran mar y cerró los ojos. Comenzó a decir – la oscuridad ha envuelto todo pero no puedo seguir así sin más. Debido a ello, la localización de mis aliados es fundamental para poder encontrar la luz. Por ello, nada se podrá ocultar por más tiempo – al terminar de decir esto, comenzó a pasar como una ola de aire por toda la isla

Al pasar unos minutos, Yosef abrió los ojos diciendo – es como creía. Deberé de destruir este lugar y salvar al mismo tiempo al prisionero. Esto no será nada fácil -. Se paró firme y, colocándose en posición para correr, fijo su rumbo hacia la unión de las dos montañas. Cada vez iba más y más rápido. Al sentir que le hacía falta más velocidad dijo – aceleración, incrementa más y más, hasta quedar satisfecho. Pero, la resistencia será comprobada y la lentitud no valdrá más, acelera -. Al estar a punto de llegar al punto que se había planteado, se lanzó y, mientras caía, comenzó a dar vueltas como un remolino.

Al impactar con la tierra, envuelto en un manto rojo y azul, lo perforó. Esto le ayudó a lograr entrar al lugar donde se encontraba una persona encadenada. Yosef, para cubrir su identidad, se colocó una capa rasgada por los extremos de abajo y que parecía estar sucio. Se acercó lentamente a esta, mientras examinaba si había alguna trampa a su rededor. Al encontrarse frente a esta, la miró y dijo – al fin te encontré -. Rompió las cadenas y salió de ahí.

Pero, al estar casi afuera, se detuvo de repente. Cerró los ojos y escucho detenidamente, la alarma había sido activada. Yosef ya ni podía hacer nada, tendría que escapar de ese lugar antes de que lo destruyeran o intentaran atacarlos desde afuera. Pensando en una forma de salir, cuando de pronto se escuchó una gran explosión. La isla comenzó a destruirse. Esto no parecía nada bueno. Yosef miró hacia abajo, mientras su rostro mostraba lo frustrado que comenzaba a encontrarse. Pero, mientras más tiempo se quedaran, el éxito de salir ilesos era menor.

Yosef, tomando de su saco una pequeña canica, dijo – no tengo opción, tendré que utilizarlo -. Lanzó la canica, mientras que al mismo tiempo se cubría con la capa capa negra. Toda la isla comenzó a llenarse cada vez más de fuego y el mar tomó un color rojo como la sangre. Los árboles que caían al mar se derretían, ya que éste se había vuelto como ácido pero a la vez no podía mantenerse calmado. El escenario parecía como la llegada de un gran huracán a la isla. Yosef, que no salió a la superficie, debido a que el aire comenzó a ponerse pesado. Una clase de somnífero comenzó a bañar la isla. Este caía desde el cielo hasta el suelo. Por tal razón que el cielo si tiño de un color rosado. La tierra parecía como si fuera una gran obra de arte, al comenzar a teñirse de colores entre azul, verde, amarillo y anaranjado. Pero esto no era nada más que la advertencia de que no se debía de pisar en el, ya que cada uno de estos colores era entre veneno, ácido, y fuego.

Yosef, tratando de resistir ante tal trágico paisaje, pensó – sólo un poco más, por favor, sólo un poco más. Debo poder resistir un poco más -. La canica iba cayendo y chocando un poco con las paredes de aquel lugar. El sonido de este era lo único que hacía que Yosef mantuviera la calma. Pero, al ser que el tiempo se había casi terminado, la canica al fin logró tocar lo profundo de aquel lugar y, sacando una luz blanca, se escuchó una gran ráfaga de viento salir de esta. Yosef, al escuadra la ráfaga de aire, dijo – lo hemos logrado – y con ésto comenzó a cubrir todo el lugar y a absorber todo

Al pasar unos minutos desde que esta comenzó a absorber todo a su camino, se detuvo. Yosef, quitan se la capa, miró que la había desaparecido y dijo – Conque la puerta también era parte del hechizo con el que la habían atrapado -. Entonces se escuchó como venían corriendo por las gradas varios de los guardias, alertados por la destrucción de la puerta y el capullo.

Yosef, sabiendo que ya no se podía hacer nada por prevenir su atención y, como se encontraba inconsciente el prisionero, decidió huir de aquel lugar usando las sombras. Tomó entre sus brazos al prisionero y, dando un paso hacia la pared, golpeó su talón entre sí y de esta manera fui absorbido entre las sombras. Justo había hecho esto, cuando entraron los guardias.

Yosef, aprovechando la oscuridad de la noche, salió sin dejar ningún rastro. Mientras escapaban, logró notar algo que lo inquietó un poco. Uno de los guardias, que se cubría el rostro con la capucha de su capa, tenía en su costado derecho una llave dorada en forma de un pino. Mientras todos los demás estaban alertados por lo que había pasado, él sólo sonrió y fijo su mirada hacia la dirección de Yosef. Al sentir aquella afilada mirada, Yosef entendió que no sería bueno si este comenzara a actuar y que debe de haber algo más en todo lo que estaba ocurriendo, por lo que explicaría el poco interés en el escape de un prisionero. Cual sea la razón y el secreto que este guardara, no podía detenerse a averiguarlo, ya que se tendría que exponer demasiado y no era algo tan necesario en ese momento. Yosef tomó como prioridad el salir ilesos de aquel lugar y cumplir con lo que le dijo a Ema.

Al haber logrado salir de aquel lugar, Yosef decidió tomar un descanso al encontrarse cerca a un río. Esto debido a que podría utilizarlo para huir si se encontraran en peligro. Exhausto por haber tenido que destruir y escapar de aquel lugar, Yosef decidió dormir. Pero, antes de descansar, reviso y curó todas las heridas que tenía, el ahora su protegido, para poder regresar con Ema a la mañana siguiente.

Esto sería como un gran descanso y haría sentir lo mejor, debido a que se había sentido mal al estar viendo a Ema sin nadie. Lo que le parecía muy notable de ella era su gran fuerza de creer en lo que le decían y no dejarse derrumbar tan fácilmente. Yosef mientras caía preso del sueño, comenzó a repetir en su mente la imagen de aquel día en que se encontró con Ema y el encargo del coronel.

A la mañana siguiente, se despertó y decidido a por fin continuar el camino, se dio cuenta de algo que no había visto antes. Sin saber que decir, tomó entre brazos a la hermana de Ema. Sabiendo que esto era lo último que podía hacer, comenzó a flotar y de esta manera estuvo viajando con ella, quien aún no despertaba. Esto era debido a que Yosef le rocío un poco de polvo para dormir, ya que quería evitar que ella lo viera usando magia. Día y noche viajo Yosef, a pesar del sueño y el cansancio, no se detuvo. Habiendo fijado su meta, estuvo de esta manera por cinco días seguidos.

Al comenzar el sexto día, Yosef al fin logró ver la casa de Ema y, con una sonrisa entre alegría y tristeza, dio su último esfuerzo por llegar. Se paró en frente de la casa. Estaba a punto de tocar, cuando de repente Ema apareció entre los árboles,quien al verlos gritó fuerte de la alegría y corrió hacia ellos diciendo – Yosef, bienvenido -. Yosef volteó y le dijo – he encontrado a tu hermana – y recostado la en el suelo, calló rendido. Ema, al verlo, se fue a levantar los y rápidamente los entró a los dos.

Ya habían pasado dos días, cuando Yosef por fin despertó. Éste, tan sólo se levantó y, sin decir nada, estaba a punto de irse, cuando entró Ema a la habitación. Ella, al verlo ya despierto y con energías, sonrió y le dijo – Yosef, que bien, ya al fin despiertas -. Yosef no se pudo ir y sólo dijo – Sí, gracias por haberme puesto aquí. Pero.. – mirando hacia la ventana – como te encuentras -, Ema – bien, pero lo importante es que lograste cumplir con lo que me habías dicho -, Yosef, – Sí. Pero, hablando de eso, ya se despertó tu hermana -, Ema, un poco confundida por la manera inquieta en que él lo preguntó, dijo – si, incluso salió un rato. Pero, ni debe de tardar en regresar. Mientras tanto, que tal si comes algo -, Yosef, – eso suena bien. Bueno, iré a dar una vuelta mientras preparas algo -, Ema, – por supuesto. Este – en voz baja – me alegra que hallas regresado y no me abandonaras -. Yosef no logró escucha bien aquellas palabras pero no tenía tiempo e preguntar sobre ello.

Una vez salió del cuarto Ema, Yosef salió afuera de la casa. Pero, apenas había caminado un poco, cuando se encontró con la hermana de Ema. Ella, al verlo, dijo – no crees que no deberías de estar aquí -, Yosef – me alegra de que estés bien. Bueno tienes razón pero ¿por qué lo dices? -, ella – no creas que no sé que eres como muchos que fingen ser una cosa pero son otra. Déjame decirte algo – se dirigió hacia Yosef y, parándose firme, continuó diciendo – de seguro debes de ser algún ladrón como para encontrarte en un lugar así. Por eso, sólo puedo darte una advertencia. Si tratas de hacer algo, te aseguro que lo lamentarás. Ya que, ya que…. – hablando con fuerza – Ema es mi única familia que me queda y no dejaré que nadie más se acerque a ella – Yosef sonrió y dijo – no debes preocuparte, ya no molestare más – y con ésto se fue se aquel lugar.

Mientras se alejaba, sin siquiera haber dicho adiós, pensaba – coronel, ya he de cumplir con su encargo, así que ni se preocupe – y con ello en mente, desapareció entre el bosque. Pasando por varios lugares, fue con toda su energía hasta encontrar aquel lugar que estaba buscando desde un principio.

La oscura forma del futuro podía ocultar mucho más de lo que Yosef se podía imaginar, por lo que no podía dejar pasar más tiempo. Por ello, al lograr llegar al lugar indicado y estando tan cerca de poder cumplir con el encargo del capitán, pensó – bueno, creo que logré hacer algo antes de ya no poder saber más allá de mi imaginación -. Abrió la puerta de una pequeña casa que se encontraba en la cima de una montaña y, sabiendo que ya no podría atrás, sólo pudo decir – espero que todos estén bien y, quizás, – sonrió – me hubiera gustado haberme despedido de Ema. Lástima que no me quedé ni siquiera para poder probar su comida por última vez -. Entro y, con una luz que cegaría a cualquiera, desapareció. La puerta se cerró y con ello la casa poco a poco comenzó a desaparecer junto con los rayos del sol. Todo parecía como si no se tratase más que una ilusión, si alguien lo hubiera visto.

Conforme desaparecía la casa, se comenzó a escuchar una pequeña voz que decía «muchos de los que han logrado encontrar este lugar, nunca lograron salir. Tú, ¿serás capaz de salir?» las cuales se repetían una y otra vez hasta que el sol enfocó su luz en la mejor posición del atardecer y, junto con los árboles y hierva que comenzaron a crecer en aquel lugar para no dejar rastro de la existencia de haber estado algo ahí, un pequeño cántico de aves se comenzó a escuchar conjunto con la noche que entró. De ahí, no volvió a aparecer aquella casa otra vez.

La promesa

Ya había pasado unos meses desde que Yosef había desaparecido. Ema se sentaba cada tarde junto a la puerta de la casa esperando poder verlo regresar, aunque esto no podría ser posible después de lo que él decidió hacer. Su hermana, tiene que se llama Cori, comenzaba a sentirse un poco culpable. Ella, desde hace poco, no podía sacar de su mente el que fuese su culpa, ya que le había dicho a Yosef que no se acercara a Ema y que se fuera. Mientras ella pensaba en esto cada vez que miraba por la ventana cuando Ema se sentaba cada tarde a espera el regreso de Yosef.

Ema miraba desde la puerta el, a veces, frío atardecer, mientras en su mente pensaba – ¿hasta cuando vas a volver?. No puedo creer que te hayas ido sin mí y sin decirme algo por lo menos. Sé que me dijiste que encontrarías a todos pero, ¿acaso esa es una razón para irte sin decir nada?. No puedes ver que aquí haces falta para mantener aquel… – al darse cuanta que ya había anochecido, entró y fue a prepara la cena. Mientras entraba, dijo – Bueno, sé que volverás. Después de todo, lo prometiste, ¿no? -.

El pasar de este tiempo era un poco irritante, ya que Ema no lograba entender que pasaba ni el por qué seguía con la esperanza de que él regresara, si bien sabía que ya no lo haría al haber encontrado a sus hermana y, aunque fuera a buscar a su papá, sería la única vez que se podrían volver a ver. Cori, que comenzaba a estar más alerta al haber encontrado un rastro sospechoso cerca de la casa, no podía dejar que Ema saliera sola o que pensara en buscar a Yosef.

Pero, a pesar de todo lo que hizo para poder mantenerla distraída y que se olvidase de todo, terminó siendo un fracaso. Y, un día cuando ella salió a pescar, estaba a punto de llegar al lago cuando de pronto escucho unas voces. Estos no eran más que unos magos de guerra. Ya que el escuadrón al que pertenecía Yosef perdió, muchos de los invasores lograron ingresar al territorio cada vez más. El tiempo desde que eso sucedió ya había sido mucho y, los enemigos, lograron ganar bastante territorio desde entonces. Cori había estado peleando con muchos de ellos para evitar que llegarán a encontrar su casa y proteger a su hermana pero, en una de esos enfrentamientos, ella y sus compañeros que se encontraban con ella terminaron capturados.

Todo había sido muy repentino, ya que fue justo después de haber logrado vencer a un pequeño grupo. Ellos bajaron la guardia, ya que pensaban que todo había terminado, pero no se imaginaban que les habían tendido y trampa y los atacaron apenas se despistaron. Sus compañeros fueron llevados por aparte y ella, al ser la capitana de, terminó encerrada en un mundo cárcel aislada de todo contacto y consumiendo su poder para que no lograra escapar. Estuvo ahí hasta que fue rescatada por Yosef, aunque ella no lo sabe y piensa que alguien más la rescato. Por tal razón, se ocultó detrás de un árbol, mientras trataba de pensar en algún plan para alejarlos de aquel lugar. Sin embargo, a pesar de tener experiencia en estrategias, no podía hacer nada con tantos de ellos a la vez. Lo único que se le venía a la mente era – debo de sacar a Ema de este lugar antes de que la encuentren -.

Aprovechando que ellos se encontraban distraídos, mientras comenzaban a discutir un plan para poder comenzar a conquistar esta parte, Cori corrió en dirección a casa para sacar a Ema de aquel lugar. Pero, mientras se dirigía hacia la casa, fue emboscada a mitad del camino. Unos magos salieron en medio de los árboles, mientras uno de ellos decía -Ah!, tanto tiempo sin verte. Quién hubiera imaginado que escaparías de tu prisión – Cori – Ja. ¿Por quién me tomabas?. No puedo creer que todavía quieran pelear conmigo si conocen con quien se están metiendo -. A pesar de que se miraba completamente serena y en guardia, Cori se estaba preocupada de que se dieran cuenta de Ema.

Mientras ella comenzó a avanzar rápidamente hacia ellos para apartarlos del camino y continuar, fue detenida de pronto. Era como si su cuerpo se inmovilizara y no le permitiera continuar. Cori, trato de recuperar el control de su cuerpo pero, justo cuando casi lograba salir de aquel hechizo, apareció a su espalda una mujer que cubría su rostro con una máscara de madera. Ella le dijo – ni crees que es inútil seguir luchando. Además, ni tu padre logró vencer me en ningún sólo encuentro que tuvimos -, Cori – no, no será siempre así – mientras seguía luchando por poder moverse continuó diciendo – acaso no te has dado cuenta de que ya no soy igual que cuando me atrapas te aquel día. Pero – sonrió – debo admitir que no fue fácil salir de aquel lugar donde me mantuviste por mucho tiempo – logrando al fin moverse y tratando de agarrarla mientras daba vuelta – pero, pero te vencere esta vez -.

La mujer, al darse cuenta, retrocedió rápidamente para evitar que Cori la tocara. Cori, sin siquiera detenerse a preocuparse por los demás magos que la acechaban, se lanzó hacia aquella mujer. Mientras le lanzaba fuego y aire para detenerla, la mujer lo evadió y al mismo tiempo se reía. Llegando a un árbol, Cori pensó que la había acorralado y, haciendo que la tierra se formase como un capullo para retenerla, miró inmediatamente a los otros magos y dijo – gracias por ser pacientes y esperar sus turnos para ser destruidos -. Los magos comenzaron a asustarse, ya que aquella mujer era su superior y nadie la había vencido, ni siquiera todos ellos juntos. Pero, mientras Cori se preguntaba para atacarlos, el capullo fue roto y la mujer, con una gran sonrisa en el rostro, dijo – que interesante, puedo ver que es verdad que has mejorado un poco. Pero.. – recostó su mejía en su mano derecha, mientras deba una expresión de estar pensativa – ni puedo imaginarme que lograras escapar sola de aquel lugar -, Cori, – bueno, sólo en eso tienes razón. No logré escapar sola de aquel lugar. Ya que, cuando desperté, me encontraba fuera de aquel lugar. Pero – Cori puso una cara burlona – me debo de imaginar lo frustrada que estabas al escuchar que te habían vencido y con toda aquella seguridad que colocaste. Sabes, ahora que me recuerdo, me pusiste en aquel lugar ya que me consideras una amenaza -.

La mujer se enfureció pero, recordando y viendo como ella había tratado de detenerla, dijo – Tienes razón, te considere una amenaza. Pero, ahora, me doy cuenta de que siempre estuve equivocada. Ya que he luchado contra alguien mucho más poderoso que tú y, si él estuviera aquí, de seguro te pondría a llorar – con estas últimas palabras, la mujer atacó con un puñetazo en el estómago a Cori, quien no logró evadir lo debido a la gran velocidad con que lo hizo. Cori cayó al suelo y, mientras trataba de recuperar el aliento, la mujer la tomó del cabello y la lanzó al aire. Mientras Cori estaba siendo mascarada, Ema se encontraba preparando algo para sorprender a Cori. Esto era debido a que había notado que Cori estaba algo preocupada por ella y, como una forma de agradecerle el que siempre cuidara de ella, Ema pensó en darle una sorpresa. Pero lo que Ema no se imaginaba era que no lograría dárselo.

Uno de los mago logró entrar a la casa y, mientras Ema se encontraba en la cocina, uno de ellos la agarro por detrás y, arrojando le un poco de polvo para dormir, se la llevaron. Ema, quien apenas abrirá sus ojos y trataba de escapar, comenzó a sentir que perdía sus fuerzas y, entre más deseaba gritar, su visión comenzaba a tornarse borrosa hasta que ella cayó en las manos de aquellos magos sin poder hacer nada. Lo último que ella pudo escuchar fue – ya la tenemos, dile al jefe que hemos encontrado a la niña que buscamos -. Mientras escuchaba estas palabras, Ema pensó – que, ¿por qué me quieren a mí?. No lo sé pero, lo siento Cori, lo siento papá, lo siento Yosef. No podré darles la bienvenida… -. Y así salieron con Ema entre las manos.

Mientras tanto, Cori, que se encontraba malherida y apunto de quedarse sin fuerzas para seguir, escuchó esto último – Jefa, nos acaban de informar que ya tenemos a la niña y el jefe nos pide que regresemos de inmediato – la mujer miró con furia a Cori y luego, con una sonrisa, dijo – Bueno, creo que tienes buena suerte, ya que te dejaré vivir por un poco más de tiempo. Así que, la próxima vez que nos encontremos, te haré sufrir mucho más – con una fuerte risa, desapareció con todos los magos que la acompañaban. Cori, sin más fuerzas, dijo – Ema, siento. Ni pude protegerte – y se desmayo.

Al parecer el tiempo desde que todo esto había pasado había sido ya tres días. Ema, quien comenzaba recuperar la conciencia, escuchó unas voces que decían – esto es impresionante. ¡¿Quién diría que encontraríamos a alguien capaz de cumplir con todas nuestras expectativas para llevar a cabo el plan definitivo para derrotar al reinado de Bal -. Ema, sin entender de lo que estaban hablando, comenzó a pensar – ¿de qué están hablando estas personas?, esto no se siente como mi hogar, ¿Dónde estoy?, ¿por qué no escucho la voz de Cori? – logrando al fin, después de estar tratando desde hace un rato, abrir los ojos, dijo – ¿Qué es esto? – Ema se encontró en una camilla amarrada de las manos y pies con sogvien (sogas hechas de viento pero, debido a la gran intensidad con la que se encontraba las que sujetaban a Ema, eran de color entre púrpura y azul como un fino hilo que iban al techo o al suelo).

Ema, viendo como habían varios hombres, algunos con bata blanca y otros con una negra, pasando de un lado a otro. Mientras ella se encontraba en un cuarto separado de ellos pero con una gran ventana con la que podía ver hacia el lugar donde se encontraban estos, se escuchó que la puerta se abría. De la puerta entró una mujer con que se cubría el rostro con una máscara, quien no era otra que la que se enfrento contra Cori cuando fueron por Ema. Ella, al ver que Ema se encontraba despierta, dijo – puedo ver te encuentras consciente. Bueno, esto ayudará más – Ema, sin poder hacer nada, dijo – ¡¿Quién eres?!, sácame de aquí o lo lamentarás – la mujer se rió y dijo ğ¿Cómo crees que lo voy a lamentar?. Acaso tu harás algo – Ema, – no – miró hacia el techo y, volviendo su mirada hacia la mujer, continuó diciendo – pero se que te vencerán. Ya lo veras, Cori vendrá por mí – la mujer – ¿Cori?. Acaso hablas de la pequeña que dejé medio muerta cuando te traje -. Ema – Cori esta muerta – y poniendo una mirada que decía «esto es una mentira, no puede ser cierto» mientras dudaba a la vez – de se seguro de debe ser una mentira -. De pronto, recobrando la cordura, Ema miró hacia el techo y dijo – no es cierto, aunque digan eso, ni significa nada hasta que lo vea. Además, aunque la hallan dejado así, sé que hay alguien capaz de rescatarla y por ello no me he de preocupar -. mujer quedó en pensado acerca de lo que dijo Ema y, quedando convencida de que sólo era una forma de ni aceptar la realidad, salieron de ahí.

A Ema ni le quedaban fuerza al pasar los días. Cada día era la misma conversación, ella no entendía el motivo por la cual insistían en repetirle lo mismo pero, a la vez, esto le daba una pequeña esperanza de que Cori se encontraba bien. Aunque ella se encontraba ahí en la camilla sin poder moverse, le parecía extraño de que aún no hacían nada y, el que la retuvieran sin ningún motivo, no era lo que ella esperaría que fuera.

Al haber pasado ya tres semanas desde que tenían a Ema ahí, llegaron unos de los responsables de todo lo que pasaba. Comenzaron a revisar los datos que tenían en las computadoras y en las pruebas. Se acercaron a la ventana, donde se encontraba y Ema ya un poco desilusionada. No podían estar más contentos de ver que ha Ema no le quedaba ya casi mucha voluntad y, aunque casi no le daban comida, era impresionante que todavía aguantara hasta la fecha. Uno de ellos dijo – NM. Esto es cada vez más impresionante, si seguimos así, de seguro que la tendremos a nuestros pies y podremos comenzar con el experimento.

Mientras seguía pasando el tiempo en que tenían a Ema ahí, Cori, quien había logrado sobrevivir, se estaba terminado de recuperar. Ella se encontraba bajo los cuidados de un pequeño encapuchado, quien fue el que la rescato. A pesar de que no decía ni una sola palabra, no permitió que Cori fue tras ellos una vez recuperó el conocimiento. Mientras ella se recuperaba, él comenzó a sanar poco a poco sus heridas y, con unos gestos, le indicó que la prepararía para poder luchar contra ellos y que aún no se encontraba en condiciones de ir tras ellos. Cori, quien en ese momento se encontraba totalmente cegada con el hecho de no haber podido protege a Ema, no quiso hacer lo que le había indicado este.

Él, al ver que seria inútil el querer lidiar con ella, la tuvo que detener a la fuerza. Mientras Cori trataba de escapar, él siempre la detenía. Una lucha tras otra se formaba. Cori, la primera vez que lucho contra él, creyó que sería capaz de derrotarlo, pues se dio cuenta de que no usaba ningún otro hechizo más que el de sanar a los demás. Pero esto fue totalmente destruido, al ser vencida y, a pesar de que sólo ella uso magia, no pudo escapar. De esta manera se mantuvo durante dos semanas (lo que serían las tres semanas que Ema había sido secuestrada) de esta manera. Al comenzar la tercera semana, Cori, ya cansada, dijo – ¡¿Qué quieres que haga?!, si no me apresuró, de seguro ya nunca más volveré a ver a Ema -, el sólo sonrió y, levantando la mano, le hizo una señal de que combatieran, Cori, ya cansada, dijo – Muy bien, si eso es lo que quieres, lo haré – Cori atacó y lanzó su mejor hechizo, el cual trataba de paralizar al oponente y luego consumir todo su poder hasta que esté quedara inconsciente. Este, al recibir aquel ataque, no permaneció inmóvil y continúo atacando, Cori, quien sabía que este estaba haciendo lo que ella quería, no podía esperar a a ver hasta cuanto tiempo podía durar. Mientras consumía su poder, ella comenzó a atacarlo con golpes pero no pudo vencerlo y él terminó desatando se de aquel hechizo.

A pesar de lo que hizo Cori, no lograba vencerlo. Pero, había comprendido de que debía comenzar a mejorar y comenzó a dejarse guiar por él. El tiempo seguía pasando, ya habían transcurrido unas dos semanas desde que Cori comenzó y, terminando la segunda semana, el encapuchado la dejó salir de la casa y, dando un salto y girando, comenzaron las hojas a bailar hasta crear una palabras que decían «ahora puedes ir.

Cori corriendo hacia donde se encontraba Ema, quien podría encontrarse ya perdida. Cori no podía sacarse de la mente el haber perdido tanto tiempo en entrenarse y, sobre todo, el motivo haber comprendido lo que le quería decir aquel encapuchado. Pero, mientras corría, sólo podía pensar en «Ema, perdóname por llegar tarde, pero ya casi estoy. Así que, espérame un poco más».

Pero la situación no era tan fácil para Ema. Ella ya se encontraba totalmente confusa y ya no podía seguir en pie las palabras de que vendrían a rescatarla, al contrario, comenzó a pensar de que eso no podía ser cierto y que nunca saldría de ahí. A pesar de que ya no le daban ningún alimento, ella seguía manteniéndose como si eso no fuese así. Esto era algo impresionante para las personas que la estaban observando, pues no era posible que alguien se encontrara todavía de pie a estas alturas y, sobretodo, para una niña. Pero, el ver como Ema comenzaba a sumergirse en la desesperación, era lo que ellos más esperaban con grandes ansias. El experimento no podía llegar a ser posible si Ema no llegaba a la desesperación total, por ello, entre más pronto terminara desesperada, más rápido comenzarían la fase final del experimento.

Pero, estando llegando a ese estado, Ema escuchó de pronto que todo comenzó a ser más fácil n gran escándalo. Ema comenzó a pensar – ¿Qué es ese ruido?. Será algo grave que habrá pasado – mientras decía eso, comenzó a sentir algo muy dentro de ella. Al parecer comenzaba a recordar algo que había pasado hace ya muchísimo tiempo. Mientras recordaba, dijo – es cierto. Hay alguien que vendrá por mí. No puedo darme por vencida aún -. Retomando fuerzas, Ema sonrió. Mientras comenzaba a alborotar se también ahí en el laboratorio. Uno de los observadores se irritó al ver como Ema comenzaba a recuperarse

Lo que había ocurrido era que Cori había logrado vencer a la seguridad del laboratorio y comenzaba a dirigirse hacia donde se encontraba Ema. Todos se encontraban en alerta, ya que si llegaba, sería el fin de todo. Cori, se uno en uno, iba venciendo a quién se interpusiera en su camino y no se quedaba mucho tiempo ahí, ya que debía de rescatar a Ema antes de que fuese demasiado tarde. Pero, ya estando ya casi por lograr llegar con Ema, fue detenida por los mismos que la habían atrapado en aquel lugar hace mucho tiempo. Cori, de pronto se vio envuelta nuevamente en aquella oscura sombra de donde había salido. Quedándose quieta y sin poder moverse, miró hacia ambos lados, pero no hallaba ninguna salida.

Cada segundo que pasaba, Cori miraba que todo terminaría como la otra vez y todo sería en vano. Pero, cuando ella se encontraba ya casi vencida, una ráfaga de viento sopló y desapareció aquella cortina de sombra. Cori, estando ya fuera de peligro, abrió los ojos y trató de ver aire quien se trataba. Pero esto fue inútil, ya que desapareció sin dejar ningún rastro. Pero, recordando que debía de ir por Ema, miró hacia el frente. Le comenzó a parecer raro el no encontrar ningún solo enemigo mientras continuaba corriendo. Cada vez más cerca de rescatar a Ema se e encontraba. Pero, conforme pasaban los minutos comenzaba a sentir que debía de ser precavida.

La atmósfera de repente se tenso. Algo estaba mal. Para Ema, este tiempo comenzó a ser un punto decisivo, ya que pasaba por su mente si podría ser que al fin la habían venido por ella o era una invasión para terminar en algo peor. Todos seguían corriendo de un lado a otro y, comenzando a ver que podía ser una oportunidad para escapar, comenzó a tratar de romper el sogvien. Se movía de un lado a otro y, mirando el sogvien, pudo notar que este empezaba a ser inestable. Quizás sea por la gran conmoción que había o ya que había estado así por bastante tiempo. La cuestión era que esto representaba una esperanza para Ema de poder regresar a casa.

Ya estando a punto de lograr romper el sogvien, cuando entro la mujer de capucha. Ella la miró y dijo a unos de tres encapuchados más que entraban al cuarto – no pierdan el tiempo, debemos de sacarla de aquí -. Ema, al escuchar esto, dijo – no, no no… – la de la capucha pensó – ¿Qué le está pasando?. Será que al fin a llegado a su límite – Ema continuo diciendo – no, no me van a llevar a ningún lado. No lo harán – la mujer se rió y dijo – me sorprende lo fuerte que aún sigues. Bueno, me gustará ver tu tu expresión cuando ya no puedas seguir diciendo eso -.

Comenzaron a acercarse los encapuchados a Ema para llevársela. Ema, recordando lo que ha ka prometido, murmuró – no podrán hacer nada -. Mientras miraba hacia sus pies, ellos se iban acercando poco a poco. Uno de ellos quito el hechizo del sogvien. Ema, apenas sintiendo que ya no tenía que lidiar con ello, se levantó precipitadamente y, mordiendo al que la intento agarrar, comenzó a correr. Mientras el que intento agarrarla ponía su mano en el brazo derecho, donde lo habían mordido, los otros dos fueron tras ella. Ema, aprovechando que había una pequeña mesa, la tiro para evitar que la alcanzase. Pero, aunque estos se cayeron al tropezar con la mesa, todavía tenía que lidiar con la mujer

Se acercó a ella y, siendo que tenía que pasarla para poder salir de ese cuarto, se preparo para hacer todo lo que se necesitara para hacerlo. Ema, con gran determinación, se lanzó contra ella pero no fue suficiente para poder lograr su objetivo. La mujer, con una sonrisa diabólica, la miró y la tomó por el brazo y la alzó. Luego la miró fijamente, mientras Ema comenzaba a sentir dolor en el brazo y cerraba fuertemente sus ojos mientras trataba de resistir el dolor y pensar en algo. La mujer, quien disfrutaba tal escena, dijo – crees que podrás escapar de lo que hemos preparado para ti. Mh, debes estar muy equivocada en tan sólo haber pensado. Nadie podrá salvarte -.

A Ema comenzaba a salir unas lágrimas pero, de pronto, alguien golpeó por detrás a la mujer encapuchada y ésta soltó a Ema. Ema cayó al suelo y, entre el polvo vio unas sombras que corrían muy rápidamente mientras trataban de retener a la mujer. Ema, viendo que la mujer comenzó a luchar, conjuntamente con los otros hombres que la acompañaban, entendió que era su oportunidad para salir de aquel lugar. Levantándose, comenzó a correr en busca de una salida de aquel lugar. Mientras que la mujer la miraba y decía – rayos, no puede ser. Oigan – miró a sus compañeros – no se queden parados sin hacer nada y vayan tras ella -. Pero, siendo que estas sombras eran demasiado persistentes, ninguno de ellos podía hacer nada mas que tratar de alejarlas y atacarlas con hechizos de aire y fuego con la esperanza de poder eliminarlos. Aunque parecía que estas no tenían fin, la mujer comenzaba a enojarse cada vez más y más, hasta que, sin poder continuar, se paró y con una gran fuerza tiro un hechizo de luz y así se deshizo de todas las sombras. Miró hacia la puerta y dijo – ¡Qué hacen ahí!. ¡Vayan tras ella! – todos Corrieron al escuchar su orden sin decir nada.

Mientras tanto, Ema ya había logrado pasar algunas habitaciones. Pero, todo comenzaba a derrumbarse. Por otro lado, Cori aún no lograba encontrar a Ema y cada vez se le hacia más difícil saber dónde se encontraba, esto era debido a que callo en un hechizo que la hacía dar vueltas y vueltas en el mismo lugar sin que ella se diera cuenta. Pero, a pesar de que Ema no sabía dónde se encontraba, siguió de puerta en puerta hasta llegar a encontrarse con Cori.

Cori, al llegar a ver a Ema, se detuvo y, con lágrimas en los ojos, dijo – Ema, al fin te he encontrado – Ema, al verla se dirigió hacia ella pero, justo antes de poder decir algo, apareció la mujer encapuchada con más magos y magas. Por ello, de pronto Ema y Cori se encontraban rodeadas por una gran multitud de magos y magas, incluso habían algunos con armas especiales para la guerra. El escenario no era nada favorable para ellas y parecía estar en gran desventaja. La derrota se escuchaba como se acercaba. Pero Cori cerró los ojos y, agachando la cabeza, dijo relajada – ya he llegado hasta aquí. Y, no puedo darme por vencida – miró a Ema – si he de morir. Que sea… Que sea peleando y ganando esto. Por ello.. Ema, te pido disculpas por haberte dejado sola por tanto tiempo y… – apretó su puño – bueno. Quizás no pasó por mi mente regresar a casa por eso pienso que este será el castigo que me tocó -.

Cori se preparo para comenzar la última pelea que daría, mientras se lamentaba por todo lo que había hecho. Ema sólo pudo ver como Cori se lanzó en contra se aquellos magos y luchaba entre puños y magia, la poca que podía usar debido al cansancio. Ema, no queriendo quedarse sin hacer nada, sé lanzó a ayudar a Cori, quien cada vez comenzaba a quedarse sin fuerzas para continuar luchando. Ema trató de ir quitar a uno de los magos que acaban de agarrar a Cori y no le dejaban luchar. Pero todo era en vano, ya que la mujer agarro a Ema.

Pero mientras ella se regocijaba de la victoria que tenía enfrente, fue de pronto atacada y soltó a Ema. Una gran ráfaga de aire comenzó a entrar por la habitación y los magos fueron separados de Cori. Entre los escombros que caían del edificio, apareció una sombra de alguien que comenzaba a entrar despacio y a desaparecer los diferentes ataques que le lanzaban. La mujer comenzó a prestar atención a este y a prepararse para luchar con todas sus fuerzas.

Entre humo de polvo, se comenzó a ver como avanzaba, mientras todos empezaban a estar nerviosos después de haber recibido aquel ataque por parte de él. Se lograba sentir una mirada afilada que provenía de aquella silueta que comenzaba a ser cada vez más visibles. Pero, mientras ellos se habían quedado petrificados, la mujer encapuchada, reaccionando, vio hacia los lados y notó que el hechizo en el que tenían a Cori encerrada se había desvanecido y, mientras evaluaba la situación en que se encontraban, pensó – no puedo creer, ¿en qué momento logró deshacerse del hechizo?. Todos se encuentran sin poder o hacer algo al respecto. No los culpo, después de recibir aquel único ataque, debe de ser lo suficientemente fuerte o… – reaccionando – es cierto podría ser eso -. Miró a todos sus compañeros y dijo – no sé queden ahí. No es más que un engaño. Recuerden que nosotros también podemos hacer un hechizo igual a ese -. Todos, al oír aquellas palabras, se rieron y, algunos, dijeron – tiene razón, ¿cómo pudimos dejarnos engañar por algo así -. Pero éste, moviendo un poco su mano derecha, dispersó por completo el polvo y se logró ver por fin de quien se trataba.

Entonces la niña corrió hacia él diciendo – Yosef tendrá el poder para destruir a los malos -. Así era, era Yosef quien había venido a salvarla. Yosef sonrió y dijo – Ema, que bueno que este bien -. La mujer, al verlo, se rió ya que no parecía una amenaza. Por lo que Ema, ya estando junto a Yosef, dijo – Yosef es un mago secreto. Por eso ustedes no podrán contra él -. Yosef, al oír aquella afirmación dijo, un poco alterado – no, no. Eso no es cierto. Este – tratando de dar una excusa – sólo soy alguien que ha estado en las montañas y hay.. Este, así, un encapuchado que me ha ayudado a llegar hasta aquí -. Ema sólo se quedó mirando ante aquella respuesta que dio Yosef.

Después de dar una pequeña risa, dio una mirada de enojo hacia todos ellos y se lanzó a pelear. Uno a uno iba atacando y dejando fuera de combate pero, al llegar con la mujer, esta no fue tan fácil de vencer. Ella sí logró bloquear cada ataque que el le daba y era repelido con hechizos. Ella, en uno de los pocos acercamientos que tuvo Yosef para golpearla, dijo – ¿por qué no usas magia?. Acaso crees que soy tan débil como para vencer me con tan solamente a puño limpio -. Yosef sonrió y dijo – yo no seré quién deberá de destruir todo esto, ya que sé que estaremos muy pronto frente a quién en realidad está detrás de todo -,y con eso se alejo para evitar ser lastimado por el rayo que ella le lanzó.

Mientras ella pensaba que era un insolente, Yosef miró a Cori, quien ya había recuperado un poco de sus fuerzas, y le dijo – ¡rápido!, lleva a Ema lejos de aquí. Ya que no sé por cuánto tiempo más podré mantenerme. Así que… – fue interrumpido por una gran bola de fuego. Yosef, viendo que ésto no duraría mucho y el peligro, terminó de hablar, mientras seguía esquivando este ataque que le lanzaban una y otra vez – rápido, ¡esta será nuestra única oportunidad de poder poner a salvó a Ema -. Cori tomó inmediatamente a Ema y, mientras salía, vio como una sombra con capucha entraba a la habitación. Mientras pasaba frente a sus ojos volando, como si fuera en cámara lenta, Cori dijo – maestro – y continúo corriendo hasta salir del lugar.

Estando ya afuera, ella dijo – quién lo hubiera pensado. Parece que, además de haber tratado de entrenarme, sería alguien tan fuerte como para dejarnos el camino sin ningún enemigo. Bueno, si él se ha unido a la batalla, seguro que ese mocoso saldrá vivo. Bueno… – Cori miró a Ema, quien se desmayo después de aquella explosión que hubo mientras salían del cuarto donde se quedó Yosef y quien Cori creía que era su maestro. Cori continuó su camino directo hacia su hogar, ya que sabía que ahí es donde tendría que volver y, esta vez, no tendría que preocuparse por que los siguieran.

Por otra lado, Yosef se encontraba esquivando y aguardando pacientemente que Ema y Cori ya no se encontrasen cerca, ya que no quería que nada les pasara. Pero, mientras revisaba eso, la sombra encapuchada que había entrado, se detuvo justamente enfrente de Yosef, quien y tenía algunos rasguños mientras esquivaba y trataba de darle un golpe a la mujer encapuchada. La mujer tiró, al ver a este, un retrobom. Pero, éste, al recibirlo lo detuvo con sus manos y, como si fuese nada más que caña, la quebró y se deshizo de él.

La mujer, al ver que había detenido su mejor hechizo, dio un paso atrás. Y, mientras le comenzó a invadir el miedo, de pronto llegaron sus jefes Ella, al verlos, se puso tan feliz que dijo, con toda la confianza – ¡ahora si es su fin! – y rió a carcajadas. Ellos se acercaron y, sin pestañear, lanzaron un hechizo, que pudo haber matado a esta mujer por no ser que el encapuchado se pusiera enfrente y lo detuviera. Ella, quedando completamente atónita, cayó de rodillas, mientras decía – ¿por qué?, ¿por qué?, ¿por qué?, ¡¡¡¿por qué~?!!! -.

Ellos, al ver que habían logrado detener aquel hechizo, dijeron – con que nos encontramos con alguien de ese nivel – mientras miraban que atrás se encontraba Yosef, tratando de pensar en un plan para salir de aquella situación. Pero, mientras tanto, ellos comenzaron a reírse y atacaron a Yosef, quien sin sentir, los esquivó con una velocidad y habilidad superior a la que había estado peleando.

Luego, al ver como había esquivado sus ataques, juntos lanzaron un ataque a la sombra, quien trató de detener lo pero, siéndole imposible continuar, solamente se vio una luz blanca que comenzó a salir se este y desapareció. El ataque continuó avanzando para destruir todo, mientras uno de ellos decía – fue un ataque en vano. No valía la pena contra alguien como ellos -. Pero, antes de que llegase a destruir hasta a la mujer, Yosef alzó la mano y, mientras se acercaba aquel ataque, sólo dijo – nada me podrá traspasar, pues he de absorbe todo lo que me pueda dañar y así me dejaré de este peligro para mí y mis aliados. ¡Absgolp! – y así logró deshacerse de aquel ataque. Cerró el puño y no lo abrió.

Al ver lo que había sucedido, uno de los que estaba ahí, dio un paso precipitadamente hacia el frente y dijo ¡Alto! Tú eres… Tú… Eres aquel que soldado que destruyó a todas nuestras tropas a pesar de haber sido traicionado por sus compañeros y que guardaba muy bien la información el capitán. Conocido como… Como «el mago secreto» -. Todos sus compañeros, al oír aquel nombre, voltearon hacia ella y se asustaron. Yosef, quien ya no tenía nada más por qué estar precavido, dijo – Muy bien hecho, ni sé por qué es que conocen ese nombre pero, la verdad, no creo que puedan ser los que estarán contándoles a los demás de mi existencia -, uno de ellos se paró con firmeza y dijo, – no puede ser cierto. Según sólo es una leyenda, ya que nunca lo vimos y tampoco se supo nada de él -. En eso, vieron como se levantaba unas sombras detrás de Yosef.

Yosef, con un rostro sombrío, dijo – ¿Quién diría que me encontraría con uno de los generales que me habían quitado lo poco que tenía. Pero, saben algo – levantó la mirada hacia ellos – ahora es turno de desaparecer por tratar de quitarme lo que he encontrado otra vez. Nunca más dejaré que me quiten algo, así que, si intentan pasar los límites que les deje, tendrán que pagar las consecuencias de ello -. Alzando las dos manos hacia arriba, las sombras se alzaron, y luego las bajó hasta señalarles hacia dónde debían de atacar. Todas las sombras fueron hasta envolverlos por completo y, mientras ellos luchaban por lograr librarse de aquel ataque, Yosef, son la mano izquierda, tocó el suelo y de él salió otra vez aquella sombre encapuchada que según habían matado. La mujer, al ver lo que hacía contra quien estaba luchando, pensó – sí este es el nivel de fuerza que tiene. Entonces, él me pudo haber matado en cualquier instante. Pero, ¿por qué no lo hizo? -.

De pronto ya no había ninguno de ellos y, Yosef, mirando a la mujer, quien le invadió un miedo profundo, dijo – Sí intentas dañar lo que es mío, la próxima vez no vivirás para contarlo – y con estas palabras comenzó a alejarse de ahí. Se dirigió al centro de la guarida y, alzando las dos manos, hizo desaparecer todo el lugar. Eso sí, tomó las precauciones para no matar en el proceso a los que habían sobrevivido. En cuestión de unos minutos, ya no había ningún escombro de la guarida mas que los que aún estaban vivos pero inconscientes tirados entre el césped.

La mujer, mientras miraba que Yosef dejó sanado a cada uno de los que habían sobrevivido, se levantó con todas sus fuerzas y se dirigió hacia el. A pesar de que el dolor era demasiado como para caminar, no se podía quedar así, tenía algo que decirle a Yosef antes de que desapareciera. Yosef, al ver que ella se acercaba, lanzó un hechizo hacia el cielo y, todos los que hacían falta, fueron curados incluyendo la a ella.

Al sentir que ya no le dolía nada y que podía caminar sin ningún problema, corrió rápidamente hacia Yosef, quien estaba dando la espalda y preparándose para irse. Y, con todas sus fuerzas dijo – ¡espera! -. Yosef volteó y, mientras permanecía serio, dijo – no continúes. Dime desde ahí qué es lo que quieres -, ella lo miro y respondió – dime una cosa – retomó el aliento – tú.. Tú, tú fuiste quien nos rescató en una misión suicida que tuvimos cuando muy comenzó a salir el rumor de un soldado bajo el nombre «el mago secreto» que habían preparado para terminar la guerra – Yosef simplemente sonrió y dijo – no sé lo que me estas diciendo. Lo único que te puedo decir es que ya no soy un soldado y que sólo soy un vagabundo de las montañas – ella viendo que Yosef sólo la dejaría con esas palabras, rápidamente volvió a decir – dime, si me uno a ti. Me podrás asegurar que rescatarás a todos los que están bajo el control de ésta organización – Yosef – yo no puedo prometer te nada de eso pero, no obstante, no puedo ignorar a alguien que quiera tener un motivo por el cual seguir. Si lo desean deseas, intentaré de hacer algo – ella, con lágrimas en los ojos, dijo – te lo pido por favor. Salva a mis amigos y familia de este cruel destino – Yosef dijo – lo intentaré pero, antes, debo de terminar algo -. Y con ésto Yosef desapareció.

Ya estando en la casa de Ema, Yosef se acercó a la puerta y, mientras dudaba en tocar, le abrió la puerta Ema. Ella, al verlo, lo abrazó y dijo – gracias, de verdad, gracias por regresar por mi -, Yosef, quien la abrazo después de escuchar esto, respondió – No te preocupes. Recuerda que te prometí que no te dejaría sola y que siempre que estuvieras en problemas regresaría. Así que no tienes nada por qué preocuparte -. Entró a la casa y vio que se encontraba Cori en la cocina, quien se levantó al verlo y le dijo – si que tienes suerte de que llegase mi maestro a tiempo para rescatarte -, continuó caminando y dijo – bueno, como sea. Parece que has logrado ganarte el derecho de ser parte de esta familia. Pero, recuerda, si pones en peligro a Ema – con una mirada afiliada hacia Yosef – nada en este mundo me impedirá destruirte – y así salió. Ema, para justificar la forma de actuar de Cori, dijo – no le pongas atención a lo que ella dijo. La verdad es que, es que – con una voz algo triste – acabamos de enterarnos de que nuestro padre murió y ya sólo nos tenemos las dos. Bueno – retomando el ánimo – ahora también te encuentras dentro de nuestra familia – sonrió.

Yosef, después de aquello, se puso en mente lo que había pasado y pensó – si no hubiera sido por Ema, de seguro nunca hubiera logrado salir de aquel lugar. Quien lo diría – sonrió – ¿será ésto lo que buscaba?. Bueno no importa, lo único que sé es que no dejaré que nada les pase -. Miró hacia el cielo y, mientras se encontraba perdido en sus pensamientos, Ema se acercó a él y lo tomó de la mano. Yosef, sintiendo esto, rápidamente reaccionó y la quito. Ema se rió mientras decía – no puedo creer que te hallas sonrojado – Yosef – no, no – se puso firme y con una mano en la boca hizo un sonido como «m» y dijo – no era eso – miró hacia un lado – sólo me tomaste de sorpresa. Eso era todo -. Ema se rió y dijo – está bien. Pero recuerda, dijiste que ayudarías a todos los que lo necesitaran -, Yosef respondió, – eso sí. Pero, no tienes por qué preocuparte. Ya que siempre estaré al tanto de cualquier peligro que puedan pasa. Ya que, después de todo, eso es lo que hace un hombre -. Ema se enojo y le golpeó en la espalda. Y así es como inicia el largo viaje de Yosef por lograr su, tener un lugar al cual pertenecer y protegerlo. Yosef seguirá mirando hacia adelante hasta lograr su objeto. Volviendo a ver hacia un aquel atardecer, dijo – quizás no halla conocido que es tener un papá o mamá pero… Pero le aseguro coronel que, aunque no sea ahora, algún día cumpliré con su última petición – y así regreso a la casa con Ema, quien se ya había regresado, y Cori.

Gracias por haber leído el mago secreto.

Espero que puedan seguir leyendo la continuación y también las demás historias que estaré escribiendo.

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