A ti mujer que has sido musa de grandes obras, Rostros encantadores de hermosa juventud, Con simple ademán, miradas para ti acechas, Adornando hogares con tu impecable pulcritud Al hombre lo haces soñador, desesperado por verte, Incansable, misteriosa, erudita a los pies del creador, Tu boca endulza la palabra correcta, siempre al frente, En tu andar dejas flores con discreto candor. Oh! bella mujer, joven, audaz, fuerte como nunca, ¿Donde quedó tu sonrisa, donde quedó tu consejo? Se ha teñido de verde y morado la sábana blanca, Los tiempo han cambiado, todo fue como un bosquejo. Amada musa mía, toquemos juntos la gloriosa campana, Si el culpable ha sido el hombre, por todos pido perdón, En cada mujer veo a mi madre, hija, hermana, Avergonzado te digo ¿Cómo no aceptar tu listón?
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