La cámara le causaba emocion, sentimiento, dolor, recuerdos, dinero, era su trabajo y su dolor, era su emocion y su cariño, no habia un dia en el que no aprovechara para tomar alguna foto rapida, incluso de los objetos mas cotidianos, a veces escuchaba incluso que era talentoso, que tenia potencial, y un futuro por delante; esas palabras le llegaban como balas, lo hacian sudar frio y sufrir, lo dejaban fuera de si.

La cámara no era normal sus fotos eran naturales, sin edicion, pero no eran fotos comunes. Aunque profesionales, eran fotos que sabian robar el aliento; su camara, que tenia desde sus años en la universidad, se la pago con trabajos a medio tiempo, tenia una pequeña particularidad, enfocaba de formas fuera de lo comun, en algunos casos enfocaba la mitad del objeto, en otros simplemente enfocaba el fondo, en extraños casos enfocaba figuras que no estaban alli, en algunos casos incluso, y esto era lo mas extraño, tomaba fotos con un exceso de luz roja aun estando en ausencia de luz.

La cámara era una reliquia con cincuenta años en su haber, habia mitos de pertenecer a diferentes fotografos famosos con el paso de los años, algunos mas tragicos que otros, o al menos eso le dijo el anciano que se la vendiera hace ya tiempo, era una polaroid instantanea sacada de los setentas tenia signos de desgaste en su cubierta, y a primera vista no tenia mayores signos que la diferenciara, aparte de su lente. este tenia un color rojizo muy marcado, lo cual sorprendia bastante, ya que a pesar de este lente extraño, la cámara no modificaba el color de las fotos.

La cámara llevaba ya dos decadas con el, dos decadas de sufrimiento, el era un fotografo ya mayor, cuarenta años, pesares y dolores, dias pasados y responsabilidades, una persona practica, a pesar del dolor de aquellos momentos inoportunos, llevaba una vida en calma y bastante cotidiana, rutinaria incluso, que intentaba magnificar con sus fotografias.

La cámara no era una buena compañera de noche, el lo habia descubierto ya hacia años, se enojaba, sonaba, despertandolo, como si estuviera viva, o tal vez algo mas alla. Pesadillas, susurros, risas, que solo el escuchaba, que solo a el alcanzaban. Con el paso de los años habia llevado la camara a multiples lugares en los que habia residido y que le habian servido de paso, nadie escuchaba nada, pero tampoco estaba dispuesto a pasar mas de una noche en ese mismo cuarto, y lo que era mas extraño, tenian la certeza de que la causa de su malestar era ese mismo objeto, esa cámara.

La cámara no se iba de su lado, habia intentado venderla, arrendarla, prestarla, incluso regalarla, siempre que lo intento, si pasaban una noche a su lado, entendian su naturaleza, extraña, ajena, peligrosa, si la recibian de manos de el, perdian el conocimiento, de inmediato, como si un rayo los hubiera golpeado, como si su mente se hubiera nublado.

La cámara no fue exorcizada, algo se intento al menos, pero se prometio que no se volveria intentar, despues de todo esa lente no podria volverse a untar de sangre, y ese plastico se decoloraba, ya de lo que habia pasado. Tampoco se podia dejar sola, al dia siguiente aparecia llena de fotos, extrañas, ajenas, en un lugar tan conocido, pero al mismo tiempo tan diferente, mostraba todo aquello que tomaba en esa noche, como una version quemada o descompuesta, del mismo cuarto, la misma gente, si la habia, y los mismos muebles, una vision de decadencia y corrupcion, completamente desconocida a aquel que mirara o hubiera revisado el cuarto con anterioridad.

La cámara estaba maldita, el lo recordaba bien, sus lagrimas, su sangre, como se rompia su corazon, mientras escuchaba esas palabras, esas cuchilladas a su espiritu, despues de todo, esa tarde era lo unico que soñaba, lo unico que sentia, lo unico que mantenia en su mente, o al menos lo que le mantenia susurrando esa camara, que ella no volveria, pero que tampoco lo dejaria, que ella estaba a su lado, que ella no se habia equivocado.

La cámara aun proferia sus gritos de dolor, sus palabras de amor, sus disculpas, incluso, olia a ella, a ese olor a lilas que la perseguia a todas partes, y que lo hacia suspirar, pero al mismo tiempo no era igual, las lilas olian podridas y a humedad, corruptas, descompuestas por completo, los susurros sonaban lejanos pero llenos de dolor, de gran esfuerzo, y que hacian temblar junto al frio que los acompañaba 

La cámara tomo esa ultima foto, macabra, morbida, enfocada perfectamente, en la foto se sentia como si hubiera movimiento, como si la toma estuviera viva, el parecia un pendulo, deslizandose lentamente al ritmo del viento, completamente diferente a como la conocio, pero igual al ultimo momento en que la vio.

LA CAMARA…

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